Chavez, Por eso te quieren eliminar ¿Quién manda?, Qué Obama, qué Kennedy, qué Bush, ni qué ocho cuartos (III)

parte I   http://www.aporrea.org/internacionales/a66507.html     

parte II  http://www.aporrea.org/internacionales/a66869.html   
 
Montagu Norman era entonces el presidente del banco de Inglaterra, y el mentor de J.P. Mor-gan, quien le reverenciaba por haber sido el promotor de su carrera como banquero. Pero lo inquietante eran las “prácticas financieras reverenciadas” por la Reserva Federal y los demás bancos centrales. Los banqueros internacionales querían usar el poder financiero de Estados Unidos e Inglaterra para forzar a todos los otros países importantes a operar “a través de bancos centrales libres de todo control político, con capacidad para resolver todas las cuestiones financieras internacionales mediante mutuos convenios, sin interferencia alguna por parte de los gobiernos”. Quigley describe las metas de más alto nivel de las dinastías de banqueros de la siguiente forma:

“… nada menos que crear un sistema mundial de control financiero en manos priva-das capaz de dominar al SISTEMA POLÍTICO de cada país y la ECONOMÍA DEL MUNDO, entendido como un todo. Este sistema debía controlarse a la manera feudal, con los bancos centrales del mundo actuando en forma concertada mediante convenios secretos fijados a partir de reuniones y conferencias frecuentes y privadas.

El eje del sistema sería el Banco de Pagos Internacionales (BIS) con sede en Basilea, Suiza, conformado por un banco privado propiedad de los bancos centrales del mun-do y controlado por ellos, los que a su vez constituían sociedades privadas.

En manos de hombres del calibre de Montagu Norman del Banco de Inglaterra, Ben-jamín Strong de la Reserva Federal de Nueva york, Charles rist del Banco de Francia, y Hjalmar Schacht del Reichsbank, cada banco central buscaba dominar a su gobier-no mediante su habilidad de controlar los préstamos al Tesoro, manipular divisas, influir en el nivel de la actividad económica del país y actuar sobre los políticos dis-puestos a colaborar por medio de recompensas en el mundo de los negocios”.

También se pregunta Skousen sobre las metas propias de las familias dinásticas de banque-ros que han conformado el poderoso cartel de banqueros mundial que se ha adueñado de la economía del planeta. Nos asegura Skousen algo que eriza los cabellos de la nuca a cual-quiera que creía vivir en un mundo donde “el pueblo elige sus representantes y es soberano en sus decisiones”:

“Existe un creciente volumen de pruebas que corroboran que los altos centros de poder político y económico han estado forzando a toda la raza humana hacia una sociedad global, socialista, de orientación dictatorial. Lo más incomprensible es el hecho de que este desplazamiento hacia la dictadura, con su inevitable destrucción de mil años de luchas para lograr la libertad humana, está siendo tramada, promovi-da e implementada por los líderes y los super-ricos de las naciones libres, cuyas posiciones de influencia los hacen aparecer como los principales beneficiarios de una sociedad de libre empresa, orientada hacia la propiedad, una sociedad abierta en la que se ha logrado tanto progreso. Sobre todo, ellos deberían saber que, para que este sistema sobreviva, deben preservarse la libertad de acción y la integridad del derecho de propiedad. ¿Por qué, entonces, los supercapitalistas intentan destruir estos derechos?”

El Dr. Quigley, como iniciado y colaborador del G300 da una respuesta tan asombrosa que parece, a primera vista, virtualmente inconcebible. La lógica se hace evidente después que se reúnen y se integran todas las referencias dispersas que existen sobre el tema, es decir, cuan-do se comienza a distinguir la imagen siniestra que muestra el rompecabezas a medio armar: Que la jerarquía mundial de la dinastía de banqueros y los super-ricos tiene como meta es apoderarse de todo el planeta, y que lo haría mediante una legislación socialista si viene al caso, pero sin rehuir tampoco recurrir a una revolución comunista si fuera necesario.”
El Sr. Skousen dedica una gran porción de su libro describiendo la manera precisa en que las elites bancarias y financieras prepararon el terreno, y llevaron al poder y luego consolidaron a Stalin y Lenín, en Rusia, a Hitler en Alemania, y a Mao Tse Tung en China, ¿Qué podemos esperar de estas personas que llevaron al poder a los tres más sanguinarios tiranos del Siglo 20 y los hicieron confrontar entre ellos para beneficio de sus negocios y su poder universal. Hay que reconocer la razón que tenía Victor Hugo cuando exclamaba en el Siglo 19: “Pobre gente! Creen que mueren por la Patria, cuando en realidad mueren por unos pocos industria-les.” Que conforman parte del G300, por supuesto.
Grupos de Influencia

Nos proporciona W. Cleon Skousen una descripción de un grupo de influencia conocido como el Grupo Bilderberg, según la información que se tenía en 1970. Nos cuenta que:

“…sus conferencias se realizan todos los años con carácter de cónclave maestro de planificación internacional. Son secretas y la asistencia se limita a los huéspedes especialmente invitados. Estos resultan ser unas 100 personas del círculo interno más alto, que representan las cuatro principales dimensiones del poder, o sea: las dinastías internacionales de banqueros, sus sociedades involucradas en grandes emprendimientos internacionales, las fundaciones norteamericanas exentas de impuestos, y los representantes del establishment que han obtenido altos cargos de gobierno, especialmente en el de los EE.UU.

Estas conferencias están siempre presididas por el Príncipe Bernardo de Holanda quien, junto con su familia, goza de una enorme fortuna en la Royal Dutch Shell Oil Corporation. Cerca de él se verá siempre a David Rockefeller, que representa a su familia y especialmente a la Standard Oil de Nueva Jersey, una de las más importantes estructuras societarias que existen. Resulta interesantes y significativo observar que en las últimas tres décadas, mientras ha habido revoluciones políticas en distintas partes del mundo, estas dos compañías terminan casi siempre recibiendo todas las concesiones de petróleo y gas natural. Esto vale especialmente para África, el Medio Oriente, América del Sur y el Lejano Oriente.

Además parece que las instalaciones de estas compañías figuran virtualmente fuera de los límites de los bombarderos de ambas partes de cualquiera de las guerras recientes. Mencionamos esto porque el Dr. Quigley parece estar en lo cierto cuando alega que las fuerzas políticas y económicas de la Tierra se están tejiendo para formar un gigantesco y monolítico poder global total.” Creadores del Tratado de Kyoto
Como se demostrará en el informe, el Grupo de los 300, o G300 (así llamado por falta de un nombre oficial más apropiado), es un grupo compuesto por alrededor de 300 a 400 personas que se conocen entre ellas personalmente, y determinan mediante su enorme poder económico y financiero, sus influencias políticas a través de funcionarios-empleados y agentes ubicados en posiciones claves de los más importantes gobiernos del mundo, cuáles serán las políticas económicas, financieras y sociales que se implementarán cada año en el mundo.

paradigma88@hotmail.com



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Oswaldo Leal


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