El Marinkovich de Bolivia

Qué apellido tan boliviano ese que lleva (o trajo) el nazista que “heredó” las mejores tierras de casi toda la martirizada Bolivia. Sería interesante confirmar la procedencia de sus abuelos judíos-nazis, venidos a la América Latina, precisamente de la República Yugoeslavia, por no poder convivir en un país con el sistema socialista. Ni siquiera en el dirigido por el fundador de los pueblos no alineados, como lo fue el Mariscal Tito.

Es que los hombres de esa secta recalcitrante, como los que entraron por Argentina, fueron parte de los que se hicieron las victimas del nazismo, no obstante ser ellos los que provocaron la guerra nazi-fascista de exterminio de las razas que, según los de sangre aria, no merecen sobrevivir. Simultáneamente a esa fobia contra las razas “inferiores” aprovecharon la confusión, consecuencial de las masacres, para adueñarse de los capitales atesorados por los industriales alemanes y, en la estampida, hicieron grandes depósitos en la banca sin fachada norteamericana y, con su conciencia bien “lavada”, pidieron cobijo en estos países donde fueron comprando las mejores tierras; las mas importantes industrias, acompañadas de los grandes consorcios comunicacionales, desde donde emprenden sus criminales campañas de terror.

Ya el Marinkovich boliviano sacó las garras criminales contra la raza que “…no merece sobrevivir”. Antes las mantenía encapotadas en guantes blancos como los de Goicochea, con los que descabellaba y reponía gobernantes a su medida. No se notaba su injerencia porque los vasallos del imperialismo fueron blandengues y, por lo mismo, el pueblo era indiferente.

El hombre sacó las garras, claro, porque el imperialismo norteamericano, a través de su embajador kosoveño le dio el visto bueno para que se quitara el simulacro. Una demostración “humana” cual samaritana primeriza, indicativa de que el nazi fascista se siente guapo y fuertemente apoyado por las armas de un loco que va camino al tribunal del mundo. O mas bien, al tribunal de los pueblos, el cual es mas fuerte que los tres gatos que maúllan en la “media luna” boliviana. Aunque, si a ver vamos, el problema para este continente no sería el hecho que los nazi-judío racistas “maúllan” como gata ladrona. Es que, como vimos por televisión, esos criminales que gobiernan la región mas acaudalada de Bolivia están matando a quienes no gritan “secesión ya”. Persiguieron a un pobre muchacho, que llevaba una capotera de estudiante en sus espaldas; los fustigaron hasta el desmayo y, una vez en el piso, lo remataron a patadas, con esas patas asquerosas de la ignominia.

Señoras y señores de la oposición venezolana ¿aplaudirán ustedes este criminal procedimiento de parte de la gente del “sabio” Rosales si Brownfield, Cúcuta-Maracaibo, le ordenara una campañita de secesión? Además, como para un diploma Bush, los nazi-judío-racistas de Bolivia parece que contrataron a la gente de Súmate para que les lleve una nómina para acabar con la raza vulgar que apoya al “indígena montuno y sin familia” Evo Morales, a quienes a partir del domingo próximo, irán matando de a diez cada 4 horas. Previamente, los “demócratas” de Santa Cruz, encabezados por el “demócrata” mayor, Branco Marinkovich, los amarrará de pie y manos como a cualquier “cojío a lazo”.
Mientras anotamos el amago por parte de los judío-nazi-fascistas, Bolivia, con nosotros, grita con fuerza: Patria, Socialismo o barbarie. Venceremos!


Pedromendez_bna@yahoo.es


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Pedro Méndez


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