¿Quién es John Bolton?
Esta crónica muestra cuán cercanos y partícipes de la misma belicosidad son Trump y John Bolton, su ex asesor de seguridad nacional entre marzo de 2018 y septiembre de 2019, durante el primer mandato del presidente anarcocapitalista. Ayer, al enterarse que, sobre Bolton, pesa la posibilidad de 25 años de cárcel por supuesta extracción de archivos de seguridad nacional y remisión a familiares (su esposa e hija) mediante un servidor privado, Trump dijo: "Creo que es un mal tipo…una mala persona". No es de extrañar. Trump convierte a sus cercanos colaboradores en enemigos cuando no comparten sus in promptu, discrepan de lo que dice o hace o se cansa de su adulonería. Algo que, tal vez, le viene genéticamente, pero que, sin lugar a dudas, tiene que ver con la impronta de sus mentores "libertarios" como Murray Rothbard, por ejemplo, de quién me he ocupado en mis crónicas sobre los "libertarios" Trump y Miley.
"Quien esté libre de pecado que tire la primera piedra"
Lo cierto es que "delitos" parecidos y algunos similares a los que enfrenta Bolton, también figuran en la trayectoria de otros personajes que pasaron por la Casa Blanca. Incluyendo al propio Trump, cuyo juicio por guardar documentos clasificados en su finca de Mar-a-Lago y obstruir su recuperación fue desestimado después de que asumió su segundo mandato. Joe Biden, tampoco es una excepción. Se le acusaba de lo mismo cuando fue vicepresidente de Obama. No se presentaron cargos. Hilary Clinton cuando fue secretaria de Estado de Obama fue acusada de enviar documentación secreta por un servidor electrónico. El director del FBI, James Comey, la exoneró de culpa diciendo que cuando lo hizo "ella no tenía la intención de violar la ley". En el 2015, el ex director de la CIA David Petraeus, admitió haber compartido información clasificada con su biógrafa. Fue sentenciado a libertad condicional tras un acuerdo de culpabilidad con el Departamento de Justicia.
Quién es John Bolton
Lo identifican como un "halcón" de carrera y "un cruel combatiente burocrático". Su belicosidad le sirvió para ser un hombre de confianza en los gobiernos de Reagan, los dos Bush (padre e hijo) y en el de Trump. Este, le dijo a quienes le aconsejaban que se deshiciera de Bolton, que disfrutaba de su presencia en las negociaciones porque "intimidaba" a adversarios estadounidenses como Irán. Bolton, a diferencia de sus dos predecesores en el cargo, no era de los que presentaban al presidente una serie de opciones sobre temas clave y una lista de riesgos asociados a cada opción, según fuentes consultadas. Bolton presentaba al presidente su propia opción y lo hacía en privado. Formado en Yale, el núcleo de la "Hiedra" que reúne a las doce universidades conservadores más antiguas de EEUU, Bolton se identifica como un tipo cerebral y frío. Se dice que tenía un equipo de leales con ideas afines, habilitados para impulsar sus prioridades belicistas. Al contrastarlas con las de Trump en su primer mandato y, sobre todo, en lo que va del segundo, la certeza que se trata de la misma belicosidad no deja lugar a dudas. Bolton la enunciaba abiertamente por la cadena Fox. Esto, disgustaba a Trump. ¿Lo despidió o aceptó su renuncia para arrogarse el derecho de tener las "prioridades belicistas" y ser, el "único" protagonista de su concreción? Entérese de qué "prioridades" se trata. Mañana. Aquí mismo.