Trump y Estados Unidos reparte infelicidad y heces a todos, sean amigos o enemigos

Las declaraciones de Donald Trump, tanto durante su presidencia como ahora ganador de la Presidencia en USA, han generado reacciones completamente negativas no solo entre los que se oponen al imperialismo sino inclusive entre sus aliados que no las comprenden plenamente.

Hay varias razones por las que sus comentarios causan rechazo entre todos los que no son sus irracionales seguidores, siendo para mí la causa principal de ello que el trata de evitar que el pueblo de los Estados Unidos tome real conciencia de la decadencia y agotamiento en que se encuentra la hasta ahora primera potencia mundial, consecuencia de las políticas imperialistas de su clase dominante, la clase de los súper millonarios.

Aunque creo que no tiene ese nivel de cultura, Trump parece que estuviera siempre recitando en su mente "Estos, Fabio, ¡ay dolor!, que ves ahora campos de soledad, mustio collado, fueron un tiempo Itálica famosa... y lastimosa reliquia es solamente de su invencible gente…Todo desapareció, cambió la suerte, voces alegres en silencio mudo". De esta conciencia de decaimiento surge su ya famoso eslogan América Primero y cuando les dice a los otros países imperialistas que no puede ocuparse plenamente en ayudarlos es porque ya no tiene la potencia de antes.

Todo ello lo lleva, en su necesidad de recuperarse del bajón, en primer lugar presentar a Estados Unidos siempre de víctima, como un explotado, siendo precisamente ese país el más explotador y sanguinario que ha conocido la humanidad, superando los desmanes del Imperio Británico y dejando muy atrás la barbarie del imperio romano.

Se estaría así ente un cambio histórico como es el creciente agotamiento de las fuerzas capitalistas que representa los Estados Unidos lo cual podría ocurrir no por la venganza de los oprimidos como esperaba la teoría clásica marxista, sino por el fallecimiento de sus fuerzas, su decrepitud, por su incapacidad de ver y atender adecuadamente sus contradicciones internas, creándose así una justicia donde el castigo que ella ejerce sobre sí misma será la justicia para todos.

En este aspecto Estados Unidos declara delincuentes a los Carteles de la droga en el extranjero, pero no así, a los más poderosos que residen en su propio país, con lo cual deja activo el veneno de su propia destrucción.

Estados Unidos en la cúspide de su poderío quiere buscar enemigos fuera, pero no los encuentra o están vencidos, por lo que tiene que inventarlos en inmateriales, por ejemplo el cambio climático, la inmigración auto creada, o Panamá que por ser pequeña puede ser atropellada para robarle su valor estratégico que es el Canal y cuya experiencia debería ser escarmiento para otros países arrastrados, que como Argentina, Chile, Ecuador, ya que Panamá hizo todo lo que quiso Estados Unidos.

En un acto de soberbia debería abrir las bóvedas de su Banco Central y enviar las seudo-actas de Edmundo al CNE para su verificación.

Todas las causas contra las cuales quiere luchar ese señor Trump, las crearon precisamente ellos mismos, pues ellos como explotadores y dominadores de la producción industrial no han permitido que los países pobres tengan un aceptable nivel de vida, con un nivel de producción agrícola e industrial aceptable o en crecimiento, que le dé a su población condiciones de ver un futuro con algún rayo de esperanza. No. El capitalismo todo lo quiere para sus países centrales y no deja que ninguno encuentre su propio camino, pues enseguida lo arruina o lo invade.

Consecuencia de todo esto son las migraciones masivas que buscan en EEUU la vida que ese país no les deja tener en el propio, pero que Trump presenta como responsabilidad del que se va y no del país que provoca el desarraigo.

Ese escenario que Trump y por supuesto una facción importante de la clase dominante empresarial de los Estados Unidos comparte, es difundido por el politico Trump con un mensaje que llegue, que se acepte, siendo en este caso el medio para ello el lenguaje de desprecio hacia "los inferiores" que somos nosotros los habitantes menos blancos de centro y sur América. Insulta, desprecia, arrincona, acorrala, tal como hacen con sus clases explotadas en su propio país a los blancos pobres, negros, indígenas, inmigrantes. La mayoría.

A todos los países que tienen esas características poblacionales y a otros que no la tienen pero si un interés particular les lanza diariamente sus deposiciones, actitud lógica de un Presidente condenado por delincuente en su propia nación.



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Oscar Rodríguez E


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