Europa emergió de la Segunda Guerra Mundial devastada y dividida. Ciudades en ruinas, economías colapsadas y una sociedad marcada por la pérdida eran la realidad de todos. Es así como esa hecatombe total, económica, social y política estaba configurada por aspectos como la destrucción humana, millones de personas murieron en esta conflagración, millones de mutilados, heridos y millones de personas que abandonaron sus países para nunca más volver. Se estima que millones de personas estaban sin hogar y eran refugiados que habían huido de territorios ocupados o de la violencia del conflicto. A nuestro país Venezuela llegaron miles de ellos, inclusive décadas después de terminar el combate y no siguen llegando hoy porque no tenemos condiciones para recibirlos, sino aquí estuvieran.
Luego tenemos después de referirnos a la devastación humana, tenemos la destrucción material ya que hubo una desmedida y vasta pérdida de las infraestructuras urbanas e industriales en Europa Occidental, especialmente en Alemania, Francia, Holanda, Bélgica. Edificios, puentes y fábricas fueron dañados o destruidos, lo que afectó gravemente la capacidad productiva y de transporte en la región. En la Unión Soviética y sus aliados la situación era peor por razón que, además del dominio ideológico que quería la Alemania Nazi, la guerra se hizo contra el socialismo y la Unión Soviética bajo la negra sentencia consigna: Tierra arrasada. Por donde pasaba el ejército nazi en Rusia no quedaba nada.
A pesar de las tensiones, Europa logró consolidarse políticamente, reconstruir infraestructuras y establecer las bases para un futuro próspero y unido. En esta reconstrucción europea post conflicto, las empresas del estado jugaron un papel crucial en la reconstrucción de Europa occidental después de la Segunda Guerra Mundial.
Las empresas estatales se convirtieron en herramientas fundamentales para impulsar la recuperación económica, ya que los gobiernos podían dirigir y lo hicieron, recursos y esfuerzos hacia sectores estratégicos como la energía, el transporte y la industria. Y después de luchar tanto contra el socialismo, con las empresas del estado lo tenían internamente. A largo plazo no lo soportarían, aunque se niegan a entender que el socialismo es un momento natural en el desarrollo de las sociedades y todas tienden a ello y cuando no se dejan llevar por la tendencia como es el caso de Estados Unidos, se paga un alto costo en conflictos.
Además, estas empresas se convirtieron en una fuente de empleo y ayudaron a estabilizar la economía, lo que fue esencial para restaurar la confianza en el futuro.
Aunque mucho se ha hablado del Plan Marshall que también incentivó la colaboración entre gobiernos y empresas estatales, facilitando la modernización y el crecimiento fue la intervención del estado nacional europeo a través de sus empresas la clave para la reconstrucción y el desarrollo sostenible de Europa occidental en las décadas posteriores a la guerra. Este plan Marshall no fue desinteresado ya que se quería reforzar los lazos entre los países europeos y Estados Unidos. Mientras, los países del este socialista se vieron apoyados en su reconstrucción integrados al sistema económico soviético.
El Papel de las Empresas Estatales en la Reconstrucción de Europa Occidental fue especialmente significativa en sectores como la energía, el transporte, las comunicaciones y la industria pesada, por las capacidades que ellas aportaban en el contexto de devastación generalizada, como la planificación centralizada y la coordinación estatal permitieron abordar de manera eficiente las necesidades más urgentes de la población y de la economía.
En el aspecto económico las empresas estatales podían realizar inversiones a largo plazo, en proyectos que el sector privado, debido a la incertidumbre y la falta de capital, no estaba dispuesto a asumir lo cual ayudó a estabilizar las economías nacionales, proporcionando bienes y servicios esenciales a precios asequibles y controlando los sectores esenciales.
Con su aporte las empresas estadales europeas sentaron las bases, aun activas, que permitieron retomar el desarrollo industrial europeo y fomentaron la industrialización y la modernización de las economías nacionales, contribuyendo a su crecimiento a largo plazo a la Europa de hoy que lucha con el fantasma del socialismo que invocaron Marx y Engels y que el pequeño Plan Marshall americano no pudo desendemoniar. Otra guerra se avecina.
Oscar Rodríguez Estrada 22 de septiembre de 2024