Cambio de sistema

Traducción desde el inglés por Sergio R. Anacona

Strategic Culture Foundation 

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*/Es probable que muy pronto los países, aunque a regañadientes, tengan que escoger con cuál de los dos sistemas financieramente incompatibles, tendrán que alinearse. Y uno de ellos ya está obsoleto./*

Comúnmente se acepta que cambiar un complejo sistema profundamente enraizado es virtualmente imposible. El modelo económico neoliberal occidental es el principal ejemplo de esto, aun cuando falla es incapaz de ajustarse a esa realidad. Se trata de un sistema guiado por la avaricia que excluye a todas las otras consideraciones, no existe una gratificación con retardo, las ganancias deben ser inmediatas, la paciencia en este sistema no es apreciada como una virtud. El sistema siempre ha sido bondadoso con aquellos que lo crearon para su propio beneficio. Durante un breve lapso proveyó a una clase media occidental. Pero siempre ha sido cruel y brutal con aquellos en las naciones "menores" del Sur Global. El sistema ha tenido poder, poder militar que ha sido incontrarrestable hasta hace comparativamente muy poco. Los militares estaban ahí para asegurar que las naciones permanecieran dentro del modelo neoliberal dominado por el dólar. Incluso cuando un país trató de liberarse del modelo imperial no tuvo a donde ir. No había alternativa para el sistema bancario y financiero internacional. Hasta ahora.

Rara vez los sistemas cambian de manera efectiva, rara vez evolucionan, estos son desplazados por sistemas mejores, sistemas que a su debido tiempo hacen que los viejos sistemas queden obsoletos. Ahora mismo estamos siendo testigos de esto al tiempo que el modelo económico de China está captando apoyo en todo el mundo con más de 150 países asociándose con China en el BRI, el enfoque de China está marcadamente en contraste con las experiencias previas de sus países asociados con la mentalidad del imperio occidental. El enfoque del beneficio mutuo de ganar-ganar de los chinos se está ganando la buena voluntad globalmente. La generación de buena voluntad nunca ha sido bien considerada en Occidente, no la necesitaba, sencillamente podía presionar o amenazar a los países y someterlos a su voluntad.

El BRI ha sido difamado en Occidente como una trampa deudora, como si los países del Sur Global no supiesen qué es una trampa deudora, todos ellos han conocido al Fondo Monetario Internacional, FMI. No obstante, recientemente incluso la Universidad de Harvard a regañadientes tuvo que admitir que no era ese el caso. Entre los años 2000-2019 tuvo que cancelar más de 3,4 mil millones de dólares en préstamos y reestructurar más de 15 mil millones de dólares de la deuda de África. Recientemente anunció que ahora está cancelando 23 préstamos sin interés a 17 naciones africanas. China también está aumentando las inversiones en África con más proyectos de infraestructura planificados a través del continente.

Las diferencias entre los enfoques de China y del FMI aquí quedan claras. El FMI es una herramienta del capitalismo financiero occidental, su modelo imperial ha sido para mantener al Sur Global siempre empobrecido y débil y así más fácil de explotar. El modelo chino es todo lo contrario, este depende de la prosperidad para todos. A mayor prosperidad más clientes, más oportunidades de negocios.

Desde hace tiempo los motivos de China han sido cuestionados, con certeza no se trata de altruismo, pero tampoco es malvado, China está muy clara en lo que quiere para ella.

El partido comunista todavía gobierna en China pero su economía no tiene nada de comunista. Antes de las reformas introducidas por Deng Xiaoping, el año 1979 China ya había abandonado muchos de los principios del comunismo. Aprendieron de sus propios fracasos en cuanto al colectivismo y el control estatal de la producción como también fueron testigos de estos fracasos en la Rusia Soviética. La principal lección que ellos aprendieron fue que la fijación en cuanto a la "distribución de la riqueza" no consideraba un punto fundamental, tenemos que crear la riqueza antes de distribuirla. Y entendieron que solo la empresa privada aportaba los incentivos para la necesaria creación de riqueza. El crecimiento de China desde el año 1980 ha sido principalmente conducido por la empresa privada. El sector estatal de China cubre principalmente la energía, la educación, la salud, la banca el transporte y la infraestructura. Todo lo esencial para la vida diaria y los negocios, para estar claros, no son gratuitos, pero son asequibles y las necesidades básicas para la vida no explican una enorme proporción del ingreso promedio chino. Liberando así más recursos disponibles para invertirlos en la economía. El estado aporta una infraestructura de clase mundial y la energía asequible que se requiere para que los negocios funcionen. En China el sector estatal está ahí para contribuir a los negocios privados, no para competir con ellos.

Las ventajas competitivas que han estimulado el crecimiento global chino han sido producto de un ambiente proclive a los negocios promovido por el gobierno.

Su modelo de banca pública le permite a China capacidad para construir enormes proyectos de infraestructura con préstamos a largo plazo y bajo interés. No solamente en China sino en más de cien países alrededor del mundo. Esto produce crecimiento, desarrollo y prosperidad. Lamentablemente en Occidente el capital privado rechaza el desarrollo de infraestructuras porque el beneficio es muy bajo y tarda mucho en madurar. ¿Por qué ya nada se construye en Occidente actualmente? Esa es la razón. El modelo occidental de "capitalismo financiero" incentiva todo lo que sea negativo. Los depredadores financieros se han separado de la economía física, real, durante demasiado tiempo. Esto radica en el centro de los problemas que hoy enfrenta Occidente. El modelo chino es más de "capitalismo industrial" como solían hacerlo en Occidente cuando todavía invertían en la industria. Cuando se invierte se construye, se desarrolla y todos ganan, excepto por supuesto los depredadores financieros. La banca pública nacional es lo que el poder financiero ha estado violentamente resistiendo durante siglos. Y lo siguen haciendo.

Según el Banco Mundial, más de setenta países están peligrosamente acercándose a caer en mora en sus deudas internacionales. Tradicionalmente el FMI ya estaría encima de esos países para administrar algunas de sus soluciones neoliberales a sus problemas. No obstante, no tienen soluciones que cubran el hambre y la creciente indignación de los pueblos que no pueden cubrir las necesidades básicas de su vida. La única preocupación del FMI es que al margen de los problemas del país, el servicio de la deuda es la cosa más importante. Al FMI no se le conoce por su bondadosa naturaleza cuando se trata de deudas y como cabría esperarse, no se preocupa mucho por la buena voluntad.

China ha demostrado en África que su condonación de la deuda ha sido razonable y comprensiva de los problemas de otras naciones. Para muchos países sufrientes, China podría ser su última y mejor esperanza para evitar un futuro control financiero de parte del FMI.

Muchos países de África y América Latina se están alejando del sistema financiero occidental y están desarrollando sus propias divisas regionales. Estos países nunca han tenido la oportunidad de desarrollar sus propias economías de manera independiente de la interferencia occidental. Para ellos, el ejemplo planteado por el modelo económico chino indica cómo un país puede alzarse de entre la pobreza y convertirse en la economía más dinámica del mundo en solo tres generaciones. No es necesario adoptar el modelo político chino y China tampoco lo sugeriría. Sin embargo, las lecciones económicas aprendidas de China sobre cómo manejar una economía política, cómo industrializarse y cómo desarrollarse será empleado por muchas naciones recientemente independizadas.

El modelo neoliberal ya experimenta los estertores de la muerte y está a punto de desatar un cataclismo financiero global sobre todos y aun así presume de sermonear a los países acerca de sus economías. Se trata de un sistema que no puede protegerse a sí mismo de su propia avaricia y arrogancia y ahora todos lo pagarán. Ese modelo ha demostrado todas sus fragilidades. Como el modelo chino, el modelo neoliberal depende de la prosperidad de su economía interna pero a diferencia del modelo chino, ellos nunca invirtieron en su propia prosperidad. Poca o ninguna infraestructura ha sido construida en Norteamérica o Europa Occidental durante décadas, la evidencia de esto yace en todas partes y puede servir como metáfora de la más amplia decadencia societaria. El neoliberalismo no va a desaparecer de la noche a la mañana pero ya se ha demostrado como obsoleto desafiado por un modelo productivo y una mentalidad más equitativos y productivos. Muchos países se verán forzados a replantear sus economías en el futuro cercano avalados por la escogencia, la mayoría de los países no escogerían el modelo neoliberal sino otro, un sistema mejor, uno como el chino pero con sus propias y únicas características nacionales.

En el año 2008 durante la última quiebra del sistema financiero occidental este amenazó con llevarse consigo la economía mundial. Mientras que en Occidente la respuesta fue austeridad y recortes, China lanzó la Iniciativa BRI (sigla en inglés) y aumentó sus inversiones en todas las áreas. Al iniciarse la crisis China perdió 30 millones de puestos de trabajo, costo que China recuperó en un año. Las políticas chinas salvaron la economía del mundo de un colapso total a través de sus incrementadas adquisiciones de materias primas y alimentarias. Actualmente se enfrenta a un dilema similar. Con una filosofía económica que depende de la prosperidad global, ¿qué hace Ud. cuando todo el mundo está quebrado? Si Ud. no contribuye en asistir a los países socios en reconstruir sus economías, su propio modelo estará en peligro.

El tan mentado desacople ya está ocurriendo. Los diferentes bloques están reajustándose, Estados Unidos/Europa, Rusia y China están siendo presionadas por Occidente para no hacer negocios con el otro lado. La amenaza de las sanciones ya no tiene el peso que tuvo alguna vez y son ampliamente resentidas, incluso ampliamente ignoradas. La mayoría de los países proclama su neutralidad por lo menos públicamente. Muy pronto es probable que la mayoría de los países aunque a regañadientes tengan que elegir a cuál de los dos sistemas financieros incompatibles se unen. Uno de ellos ya está obsoleto.

Las opiniones de autores individuales no necesariamente representan aquellas de

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