El movimiento popular ecuatoriano pareciera correr el mismo riesgo que en el resto del continente: ser dirigidos por líderes que no tienen idea de que, en coyunturas tan complicadas como las que vive el planeta, y donde la región juega un papel clave, puesto que posee riquezas naturales que son fundamentales para las grandes potenciales, mejor dicho, para las grandes trasnacionales que ahora trabajan en laboratorios en busca de poder construir un ser humano, no parido por un vientre materno, es correr el riesgo de perder. Se equivocaron quienes pensaron que no iban a llegar hasta allí. Pero también los que creyeron que ya se estaba haciendo la revolución en Ecuador.
Ecuador viene de ser un país con niveles de vida muy elevados, adquiridos en los últimos 20 años y con una situación social envidiable para el resto de los países de centro américa, todo gracias a Rafael Correa, a tener una de las mayores crisis, política, social y económica que haya conocido en su historia, en los actuales momentos. Y siempre he insistido en que es necesario asignar culpas. De allí la tremenda equivocación de Correa cuando designa a un traidor y empleado de la burguesía ecuatoriana, como su sucesor. Lo primero que hizo Lenin Molina, fue endeudar el país con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Hoy, el pueblo ecuatoriano, le heredará la deuda a los Bichozno; es decir, cinco generaciones después de muerto éste, aún estarán pagando la deuda al organismo multilateral, pueda que el más nefasto de todos los organismos mundiales de falsa asistencia.
No es distinta la historia de Ecuador a la de cualquier pueblo del continente. El pueblo ecuatoriano es sirviente de una clase que jamás ha creído en discusiones conceptuales, ni en eso que se llama justicia social. La burguesía, al igual que la de toda la región, jamás le importó el pueblo ni su destino. Y el pueblo siempre ha batallado por su "chulla vida".
Pero ha creído todo, inducido por los medios de comunicación y ahora por las redes sociales, y se ha dejado seducir por una falsa y seductora ideología propuesta en campañas de mentiras. Los medios de comunicación son tan pérfidos, y quizás más que en otros países vecinos. Fue la primera batalla de Correa, un economista inteligente, valiente y comprometido, que en esencia no supo cómo organizar una estructura política que le diera soporte a todo el andamiaje que se estaba desarrollando en el Estado. Es por ello que, al llegar Molina, acabó con todo, y su partido, "Alianza País" solo tenía fuerza en el Parlamento y en la burocracia del Estado, pero no en las instituciones. No olvidemos que hasta la policía le intento dar un golpe de Estado. Pero, en esencia, fueron los mismos enemigos que tuvo Lula en Brasil y por la misma razón, como el mismo Lula dijera "No sabía que poner un plato de comida en la mesa de una persona con hambre, era ser comunista". No es un problema de un país, sino un gravísimo problema social, exactamente igual en el fondo en cualquier parte del mundo, hay sin duda, variaciones de forma. Jamás el enemigo va a pensar en sentarse en una mesa a dialogar. ¿A dialogar qué? Quien tiene el poder, no necesita dialogar, sino imponer. Y es una eterna mentira creer que si tiene poder, va a aceptar entregarle un poquito de ese poder al enemigo, para que después venga a exigirle más. Ha sido el error de todos, sobre todo de la ingenua izquierda, porque ninguno ha creído en la necesidad de construir un músculo propio, que es la única posición desde donde se puede negociar. El enemigo no entiende, si no ve los cañones al lado y sabe que le pueden devolver el disparo. Un ejemplo de esos errores es Pedro Castillo, quien va a cumplir un año en el poder y no ha podido hacer nada. Y todavía no entiende que no saldrá del atolladero mientras no eche al pueblo a la calle. Pero para eso necesita la creación de una estructura, es decir, una varguardia que oriente hacia dónde ir; y eso no es posible lograrlo sin la convocatoria a todos los sectores dela izquierda, a los nacionalistas y a todo aquel que quiera convertir a Perú en una auténtica república.
La historia en Ecuador nos dice que Pachacuti, el poderosísimo movimiento indígena de ese país, que incluso ha tumbado presidentes, ha entregado sus posiciones en los más importantes momentos de la construcción de un país. No entendieron que era un error pelear con Correa. Se asegura que sus líderes fueron hipnotizados por la burguesía ecuatoriana, e históricamente han negociado todos los conflictos importantes. Analistas de esa nación aseguran que también lo van a hacer ahora, porque sencillamente no quieren entender de qué se trata, o no les conviene.
Catorce días después, cuatro muertos y un sin número de heridos, por fin el gobierno de Lasso, trata de aliviar el conflicto prometiendo la reducción en los precios de la gasolina y el diesel, por lo que ya el movimiento le ha respondido que no es suficiente. No está muy claro el destino de esta poderosa protesta y si en verdad la burguesía cederá en las peticiones del pueblo ecuatoriano y se sentará a negociar. Y es evidente que allí no existe una vinculación de hecho de todos los sectores afectados, que sería la respuesta adecuada, un poderoso frente popular que haga temblar al gobierno y que incluso pida la renuncia del presidente como condición para sentarse a negociar. Nada de eso se ve por ningún lado. Ojalá y todo esto no termine en un desastre por el bien del pueblo latinoamericano.
Caminito de hormigas…
"Olmos, pregúntale a tus amigos del Psuv por qué no entregan las bolsas clap". No tengo contactos de ese tipo, fue lo que alcance a responder… Vuelvo a preguntar, quién de una base de misiones cobra 12 dólares mensuales a los que usan el gimnasio y se gana 2.400 dólares al mes.
