La huida de Afganistán

El descalabro de Estados Unidos y sus aliados de la OTAN en Afganistán es apoteósico. Su experimento de guerra "preventiva" en contra del terrorismo (Al-Qaeda, el Estado Islámico y las milicias talibanas) ha terminado en catástrofe. Sorprendiendo al mundo entero, en unas pocas semanas las fuerzas talibanas tomaron provincia por provincia, casi sin resistencia alguna. Desde Herat, pasando por Helmand, Kandahar y Jalalabad hasta llegar al mismísimo Kabul. Una vez tomado el palacio de gobierno, los victoriosos líderes talibanes se han apresurado a asegurar que pretenden conformar un "gobierno islámico inclusivo", donde todos podrán vivir sin "riesgo para la propiedad, la vida y el honor". Veremos.

La toma de Kabul por parte de los talibanes es el colofón de 20 años de errores y torpezas por parte de los descerebrados estrategas norteamericanos. Nadie se explica cómo unos 75.000 combatientes talibanes mal equipados y peor armados, lograron barrer con un muy superior ejército regular conformado por más de 300.000 soldados afganos, adiestrados y equipados por Estados Unidos según sus manuales élite de operación y con la más avanzada tecnología.

Tremendo fracaso que un ejército mejor preparado y equipado haya sucumbido tan fácilmente. Se habla de una enorme desmoralización producto de los elevados niveles de corrupción de los mandos superiores, los bajos sueldos de los efectivos bajos y medios, la desorganización y, por sobre todo, la carencia absoluta de motivación para enfrentar a un enemigo (los talibanes) que combatía con gran empeño, eficacia y hasta patriotismo en contra del ejército de ocupación yanqui. Así no hay fervor posible, tampoco hay fidelidad, porque el ejército afgano solo era visto como el defensor del invasor extranjero, de sus impopulares presidentes títeres y de toda la lógica de corrupción que imperaba en el país.

En el experimento, el gobierno de Estados Unidos despilfarró más de "822 mil millones de dólares en la guerra" que no pudo ganar. Nunca llegó a controlar territorios más allá de la burbuja alrededor de Kabul. El resultado sí es claro, miles de muertos, heridos y desplazados. Señala la Acnur que "hay alrededor de 2,6 millones de refugiados afganos en el mundo (400.000 se fueron en lo que va de 2021), la mayoría repartidos entre los vecinos Pakistán e Irán". Pero en Turquía y toda Europa están encendidas las alarmas pues se espera una oleada mayor, tal como ocurrió luego de sus guerras "preventivas" en Irak, Libia, Siria y Yemen, países víctimas de la imposición forzosa (vía militar) del modelo occidental.

Destaca que todos los presidentes impuestos en Afganistán por la tozudez y soberbia de Estados Unidos, desde Rabbani, Karzai, hasta Ghani han carecido de legitimidad y reconocimiento por gran parte de la población del país. La incapacidad para propiciar acuerdos entre los principales actores tribales generaron las condiciones propicias para una permanente situación de ingobernabilidad, caos, violencia y una cruenta guerra civil. Además, a donde llega Estados Unidos y su estamento militar, se destaca por desconocer las realidades históricas, culturales, territoriales y tribales de la población local. Todos los presidentes títeres "gobernaron" confinados a las zonas seguras de Kabul, mientras el resto del país estaba controlado de facto bajo el dominio de los señores tribales y de los líderes talibanes.

Durante los 20 años de ocupación norteamericana, los talibanes y los señores tribales lograron convertir a Afganistán en el mayor productor de drogas del planeta (a la par de Colombia). En las mismísimas narices frías del ejército más poderoso y despiadado que haya conocido la humanidad. Bajo el manto protector de las tropas norteamericanas, Afganistán alcanzó el privilegio de ser el mayor productor de Opio del mundo, pasando de sembrar unas "74.000 hectáreas" de amapolas al momento de la invasión en el año 2001, a cultivar en 2017 una cifra récord de "328.000 hectáreas dedicadas a este cultivo en todo el país", fallando en absolutamente todos sus planes de erradicación y sustitución de cultivos. Alto sospechoso. Pero explica claramente una de las principales fuentes de financiamiento utilizada por todos los grupos en disputa para financiar su maquinaria de guerra.

Cuando apareció Trump en el horizonte su única y obsesiva idea era sacar a Estados Unidos de las "guerras Interminables". No por la loable búsqueda de justicia y paz para esos pueblos. Su inescrupuloso propósito era ahorrarse los millardos de dólares que estas guerras "preventivas" representaban para el erario norteamericano. Por eso no le tembló el pulso para autorizar cordiales encuentros con los líderes talibanes, enemigos acérrimos de sus aliados en Kabul. Encabezados por el secretario de Estado, Mike Pompeo, el gobierno norteamericano firmó en febrero del año 2020, el llamado "Acuerdo para Traer la Paz a Afganistán", donde Estados Unidos acordó su "retirada definitiva" del país. A cambio los líderes talibanes se comprometieron a "No permitir que el territorio afgano fuese utilizado para planear o llevar a cabo acciones que amenazaran la seguridad de Estados Unidos". Cabe destacar que a partir de este acuerdo, fue claro el decidido apoyo político y logístico para los talibanes por parte de países como Qatar, Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudita. Ya nada nos sorprende.

El vertiginoso repliegue de las tropas de Estados Unidos y sus aliados de la OTAN, aunado al rápido avance sobre el territorio de las milicias talibanas, que no enfrentó resistencia alguna, precipitaron la caída súbita del gobierno y la huida del presidente impuesto por el imperio invasor. La cobardía e inmoralidad de Estados Unidos y sus aliados de la OTAN quedó expuesta a todo el mundo al difundirse que en su huida del país, dejaron abandonados y a su suerte a miles de colaboradores que durante años fueron utilizados para sus fines militares durante la ocupación. El repudio planetario obligó a los "escurridizos" norteamericanos a organizar improvisados operativos de evacuación masiva del personal "dejado atrás" como si fueran objetos desechables. El operativo de evacuación aérea ha permitido la salida de casi 60.000 personas, en su mayoría colaboradores cercanos a los gobiernos de Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, Alemania y España. Hasta el propio director de la CIA, William Burns, tuvo que sentarse a negociar con los líderes talibanes para que permitan que se mantenga durante más tiempo los operativos de evacuación internacional de su antiguo personal. Mayor vergüenza.

El desastre ocurrido con la invasión militar estadounidense en Afganistán es un tremendo precedente para los infaustos apátridas esparcidos por todo el mundo, que anhelan y auspician inescrupulosamente una ocupación militar extranjera en su país. No toman escarmiento de que todos los que venden su alma al imperio terminan abandonados y traicionados a las primeras de cambio.

La huida de Afganistán se convertirá en un referente mundial sobre las catastróficas consecuencias de las sanguinarias guerras de "liberación" impuestas por los nefastos gobiernos estadounidenses que solo persiguen esquilmar las riquezas locales, sean estos lingotes de oro, petróleo o toneladas de opio.



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Richard Canán

Sociólogo.

 @richardcanan

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