Carta abierta a Jean-Luc Mélenchon del ex candidato a la presidencia del Ecuador

Ecuador, Abril 30 del Año Andino 5.529/colonial 2021

Carta abierta a Jean-Luc Mélenchon

Estimado Señor Mélenchon,

En calidad de excandidato a la presidencia del Ecuador en las elecciones 2021 por el Movimiento de Unidad Plurinacional Pachakutik, expreso un respetuoso saludo a usted y al pueblo francés en estos momentos difíciles que vivimos por la crisis climática y sanitaria. Le escribo esta misiva abierta en referencia a su tuit del pasado 13 de abril, en el cual señala lo siguiente: “Rencontre chaleureuse avec notre candidat à l'élection présidentielle en Équateur, @ecuarauz. Il perd à 4 points d'écart. Le candidat vert lui a refusé le soutien. Résultat : 1,7 million de bulletins nuls. La droite gagne.”

Considero importante aclarar la propuesta de nuestros movimientos indígenas, ecologistas y sociales, la cual va más allá de la confrontación entre izquierda y derecha, ambas categorías coloniales, que en nuestra experiencia han sido extractivistas, autoritarias y corruptas. Las izquierdas, por diversas que seamos, debemos intercambiar ideas, debatir e identificar las luchas que nos unan. Es fundamental que usted, los compañeros de Francia Insumisa y el resto de la izquierda francesa y europea, conozcan nuestra posición en la segunda vuelta electoral del 11 de abril 2021. Fueron muchos los elementos que nos impiden apoyar un gobierno bajo el liderazgo del expresidente Rafael Correa, así como sus principios políticos hicieron imposible su respaldo a Emmanuel Macron. Su voto en blanco y la abstención de casi la mitad de sus votantes (según indican encuestas del momento) fueron una muestra importante de crítica al sistema y a las opciones políticas para gobernar; luego su acertada decisión de no respaldar la candidatura de Macron, cuando Francia Insumisa no logró pasar a la segunda vuelta, al alcanzar un porcentaje similar al nuestro en la primera vuelta del 7 de febrero, sin el agravante del fraude del que fuimos objeto, al cual me referiré más adelante.

En estas elecciones teníamos dos opciones aparentemente opuestas, pero en realidad similares. Por un lado, la innegable derecha neoliberal representada por el candidato banquero Sr. Guillermo Lasso quién viene cogobernando con gobiernos de turno desde hace 20 años – desde cuando fue superministro del gobierno de Jamil Mahuad (destituido por corrupción en el año 2000) hasta el actual gobierno de Lenin Moreno (vice-presidente de Correa y su candidato en 2017). Y por otro lado, el progresismo de la izquierda populista del expresidente Correa representada por Andrés Arauz, progresismo que tuvo la oportunidad única de transformar las estructuras socio-económicas y éticas del Ecuador, pero lejos de llevarnos al sueño nos llevó a la pesadilla marcada por privatizaciones, represión, censura y la expansión del extractivismo minero y petrolero. Lejos de defender el sector público, el gobierno de la mal llamada Revolución Ciudada

na organizó una hola de privatizaciones: 1) se entregó la telefonía celular en concesión por 18 años a las multinacionales Telefónica de España y América Móvil (de Carlos Slim, el tercer hombre más rico del mundo); 2) se entregaron concesiones petroleras en los sitios más biodiversos de la Amazonia a multinacionales como AGIP de Holanda, Repsol de España, PetroChina (con pre-ventas y otros casos de corrupción); 3) cientos de miles de hectáreas biodiversas de la Amazonia y de los Andes fueron concesionadas a mineras despojando agua y territorios de pueblos indígenas sin consulta previa a multinacionales chinas y canadienses (ECSA, Jungfield-SouthAmerica, Lundingold, Iamgold, INV Metales, SoldGold, etc.); 4) la privatización de los más importantes puertos marítimos del país (Manta, Bolívar, Posorja, La Providencia).

La destrucción ecológica provocada por el gobierno de Correa es irreparable: luego de haber hecho una campaña para dejar el petróleo bajo tierra en el caso Yasuní, terminó destruyéndole al expandir la frontera petrolera dentro de la reserva y abriendo la puerta al genocidio de los pueblos Tagaeri y Taromenane, ambos en aislamiento voluntario. En este régimen también construyó la hidroeléctrica Coca-Codo Sinclair, un proyecto inviable llevado sin consulta y con sobreprecios que como se sabia provocó alteraciones al Río Quijos y la destrucción de la Cascada San Rafael y de oleoductos de crudo petrolero, provocando una contaminación que afectó a más de 120 mil personas amazónicas.

Infelizmente eso no es todo. El gobierno de la revolución ciudadana criminalizó a 850 defensores del agua y de la naturaleza, la gran mayoría de ellos campesinos y pueblos indígenas, ecologistas; fracturó al movimiento sindical del Ecuador (Frente Unitario de los Trabajadores FUT) y criminalizó a estudiantes y maestros, clausurando la Unión Nacional de Educadores UNE (el sindicato más antiguo del Ecuador) y encarcelando a su presidenta Mery Zamora. Además, Correa limitó el ingreso de estudiantes a las universidades, rompiendo la política histórica del libre ingreso a todos en la universidad, y quebró a la Seguridad Social apropiándose los recursos económicos destinados a los pensionistas y jubilados. La prensa también fue atacada con una ley “mordaza” de comunicación que permitió al ejecutivo controlar los contenidos de noticias, censurar los medios de comunicación y perseguir a periodistas. Todo eso fue posible porque se tomó la administración de justicia, amenazando con destituir a todo juez que diera paso a acciones de protección contra el Estado que vulneraban derechos humanos y de la naturaleza.

Los ecuatorianos no votaron por el delfín de Correa como le gustaría a usted por que han vivido en la piel el autoritarismo, que usó a jueces y fiscales para perseguir quienes opinaban distinto y dejar en la impunidad a los actos de corrupción de su gobierno. A eso de suma la actitud misógina y homofóbica de Correa, su fundamentalismo religioso y su posición en contra de la agenda de género, de los derechos sexuales y reproductivos que impidió reformas legislativas para despenalizar el aborto en casos de violación- en un país en el cual un tercio de los embarazos son frutos de violencia sexual y 7 niñas menores a 13 años dan a luz cada día.

Por último, pese a que este régimen tuvo los mayores ingresos en la historia del Ecuador, lejos de generar bienestar dejó el país más desamparado, desde el aumento de la desnutrición infantil que afecta 1 de cada 3 niños, hasta el aumento de la deuda pública equivalente al 50% del PIB nacional. El gobierno de Correa se definió por la corrupción (actos por los cuales hoy está prófugo de la justicia); hasta los fondos para las víctimas del terremoto en 2016 fueron robados en cerca el 90%. Esta supuesta izquierda progresista tuvo la oportunidad de sacar adelante a nuestro pueblo, pero durante casi 15 años lo que hizo fue desmantelar, privatizar, corromper los recursos del pueblo ecuatoriano.

En fin, lo que nos llama profundamente la atención es que un representante de la izquierda francesa como usted, juzgue nuestras acciones en vez de reunirse con los múltiples actores sociales que venimos resistiendo a estas políticas de despojo del capital modernizante, criterio que ni de lejos compartimos con usted, por ello le invitamos a un diálogo epistémico, sincero, con honestidad intelectual, sin prejuicios y en igualdad epistémica, debatamos el porvenir de nuestros pueblos y el futuro del planeta, para combatir juntos el calientemente global, el patriarcado, el extractivismo, y la colonialidad corrupta del poder.

Nosotros no rehuimos al debate, siempre estamos dispuestos a escuchar, pero de igual a igual. Queremos proyectar una luz de esperanza desde cosmovisiones comunitarias, ecológicas, feministas y anti-extractivas por un mundo donde entren muchos mundos diversos para abrazar la solidaridad planetaria de los pueblos. Es tiempo de democratizar, descolonizar, y despatriarcalizar la izquierda, mas allá del Ecuador.

Fraternalmente,

Yaku Pérez Guartambel



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