El almirante Craig Faller

En medio de la campaña electoral y de su engañosa curación del virus del Covid-19, el colérico presidente Donald Trump mantiene sueltos a sus perros de guerra (a los más rabiosos) para que descarguen su verbo encendido en contra de Venezuela y del resto de los países que palidecen del odio que destila la elite conservadora y reaccionaria del imperio norteamericano. Trump ha estado lanzando carne fresca a la jauría belicista, amenazando permanentemente con agresiones militares y golpes de Estado (cambios de gobierno forzados) por todo el Continente.

Así, con la perfecta armonía de sentirse amparado por el Destino Manifiesto y la Doctrina Monroe, el almirante Craig Faller se ha convertido en el perro que más ladra amenazando la paz, la soberanía y las vidas de los habitantes de nuestra región. Hay que prestar atención a sus palabras, alerta, pues este veterano de las operaciones de aniquilación y exterminio sobre los pueblos de Irak y Afganistán no ha saciado todavía su sed de sangre. El almirante Faller señala con total impudicia que seguirán con sus acciones de acoso y amedrentamiento, pues "La misión principal de SOUTHCOM es defender a los Estados Unidos" y su objetivo sobre Venezuela es lograr su total "aislamiento" (se cuida de no utilizar el término bloqueo, como el fallido y criminal "embargo" a Cuba que ya supera los 60 años de aplicación) hasta lograr una completa "transición democrática".

Esto ratifica la nefasta y sangrienta historia del imperio norteamericano de acabar a sangre y fuego con los gobiernos que no se subordinan a los intereses económicos y geoestratégicos de ese país. El almirante Faller no esconde sus maquinaciones en curso y confiesa candorosamente que trabajan de manera ardua y que "El plan que estamos haciendo está concentrado en el día después, cuando un gobierno legítimo esté implantado", repitiendo el fallido guion de los presidentes impuestos en Afganistán, Libia o Irak. Se tropieza nuevamente el torpe imperio con la misma piedra, de creerse con la autoridad moral y la capacidad militar para decidir por encima de los pueblos libres, rompiendo sus tradiciones democráticas.

Pero ojo, para lograr el estándar de "seguridad, prosperidad y libertad" que el imperio quiere en su patio trasero, Estados Unidos cuenta con la total subordinación y colaboración de los gobiernos títeres de "Brasil, Colombia, Chile y El Salvador", países que junto a la logia neoconservadora del Cartel de Lima han sincronizado sus estrategias para incrementar las acciones de injerencia en los asuntos internos de Venezuela, y peor aún, han colaborado activamente en los actos criminales ejecutados en contra del país.

El almirante Faller concentra bajo su mando todos los recursos materiales, logísticos y de inteligencia para implementar sus distintos planes de acuerdo a los escenarios aprobados por el Pentágono, empezando por la amenaza permanente de despliegue militar. Su manual de operaciones contempla las acciones de acoso y bloqueo total de las actividades áreas y marítimas del país. Por eso su amplio despliegue por el Mar Caribe, realizando violatorias intrusiones con sus barcos y aviones sobre nuestra frontera norte. Todo un escenario de múltiples provocaciones, esperando una contraofensiva de nuestra Fuerza Armada Nacional Bolivariana, la cual se ha mantenido en todo momento con la ecuanimidad y el profesionalismo necesario para no caer en el ardid montado por los halcones norteamericanos.

Si de verdad estas fuerzas militares estuvieran aquí para combatir el "crimen transnacional", lo que el Comando Sur debería implementar es el inmediato bloqueo aéreo y naval sobre los territorios donde el Estado colombiano permite, con total libertad, la siembra, producción y exportación de toneladas de cocaína hacia Estados Unidos y Europa. Los estudios genéticos realizados y monitoreados por la DEA sobre el origen de la droga que ingresa a Estados Unidos invariablemente señalan su impronta colombiana. Así pues, que detrás de tanta alharaca, Estados Unidos no pasa de ser un cómplice-cabrón necesario para su socio criminal. Su moral se mueve de acuerdo a los intereses políticos y comerciales, aplicando entonces la premisa de que con su aliado del Cartel de Lima ni con el pétalo de una rosa. Impunidad total.

Pero esto no es problema para el almirante Faller y su patrón, el delincuente Donald Trump. Pañuelo en la nariz y a mirar para otro lado. Estados Unidos ratifica una vez más su doble rasero y el desvergonzado uso de la amenaza de agresión militar para imponer por la fuerza sus caprichos. Una demostración evidente de que su metabolismo vital como imperio agresor, lo ha convertido en un parásito voraz y destructor. En pleno siglo XXI, y a pesar de tantos sangrientos fracasos, Estados Unidos sigue utilizando su fallida amenaza de guerra como mecanismo para disuadir y arrodillar a las naciones y sus gobiernos soberanos.

Frente a las agresiones y amenazas, el pueblo venezolano se ha mantenido firme, en unidad absoluta, demostrando así que defenderá a capa y espada la paz, la democracia, la soberanía e independencia frente a los apátridas, los traidores y todas las agresiones imperiales. Nada ni nadie podrá doblegarnos.



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Richard Canán

Sociólogo.

 @richardcanan

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