Binóculo Nº 365

Los derrotó desde su silla de ruedas

La derrota del movimiento popular ecuatoriano a manos de un hombre derrotado y de ñapa en silla de ruedas, me recordó de inmediato a la extraordinaria película Actas de Marusia, del genial director chileno Miguel Litin, film que por cierto ganó un Oscar ese año a la mejor película extranjera.

La película está basada en un hecho de la vida real y narra la vida de un pueblo salitrero en la Chile de principios de siglo pasado. Todos en el pueblo trabajaban para "La oficina", una empresa inglesa que explotaba los minerales en esa región. La desmejora en las condiciones de vida, terminan por exaltar los ánimos y vienen las protestas. Cuando la empresa no puede controlar la huelga, apela al ejército que acaba a sangre y fuego con toda la población. En realidad, mataron a todos, hombres, mujeres y niños. Los hechos se conocen porque el líder de la huelga llevaba una especie de libro diario y antes de morir los últimos combatientes, él envió a un joven con el libro, creo que el único sobreviviente, a escapar al otro pueblo y narrar lo que había ocurrido. "Vayan a organizar" le gritaba al joven que ya corría de las balas de los soldados. Entendió el líder que la clave del problema, siempre fue concientizar para poder organizar y encontrar las respuestas necesarias.

Aunque aún no está claro, y lo veremos en análisis posteriores, el sector de los aborígenes -que no los indios, término incorrecto- que tenía el mayor control de la sublevación en Ecuador, está enfrentado al expresidente Rafael Correa, y todo indica que fue la premisa que imperó para que se negociara con el más ruin -y mire que hay ruines- de los latinoamericanos. Es mucho más triste incluso, entender que el acuerdo es por la eliminación de un decreto, que a final de cuentas solo se modificará, sin que se hayan tomado en cuenta tantos elementos que afectan profundamente al pueblo ecuatoriano. Y lo que resulta incluso más impresionante, es que todos los analistas coincidían en no darle más de una semana a Lenin Moreno en la presidencia. Puestos todos los huevos en una canasta, la derrota se traslada a todos los sectores de la vida ecuatoriana: los trabajadores, estudiantes, obreros, la clase media, educadores, enfermeras, médicos, incluso un sector de los militares. Todos fueron derrotados por igual y nadie pagará ni los muertos, ni los heridos, ni las pérdidas. Y mientras el pueblo ecuatoriano protestaba y era brutalmente reprimido por fuerzas policiales, Moreno festejaba y cantaba rancheras y boleros con los sectores más groseramente de derecha de ese país.

Ahora viene la racia. Comenzarán a marcar y asesinar a todo lo que huela a dirección colectiva. Todo aquel que aparezca en videos dirigiendo a alguien, u organizando algo, morirá sin duda a manos de los servicios de inteligencia, o víctima de un "atraco". Es, por cierto, una estrategia del imperio. No es casual. Ya hemos visto esa práctica. Más de 800 dirigentes populares de diferentes áreas, fueron asesinados en la Colombia de Duque después de los acuerdos de paz. Y sin duda, asesinarán más. Los están haciendo en Brasil, incluyendo gente de la cultura, grafiteros, muralistas, actores y pare de contar. Lo están haciendo en Argentina, ahora lo está viviendo el pueblo chileno y allende los mares, los están haciendo en Europa, más en España ¿Por qué va a ser diferente en Ecuador?

Los hechos son claros y el enemigo es implacable. Mientras la policía asesinaba al pueblo ecuatoriano, los medios de comunicación transmitían la tira cómica Bob Esponja, como una cínica manera no solo de burlarse de los ecuatorianos, sino de decirles que ellos mandaban en Ecuador y que al final, no importaba la cantidad de muertos, sus alianzas con el gobierno y el Fondo Monetario Internacional (FMI) darían los frutos esperados.

Siento que nunca como en este momento se expresa con mayor claridad la lucha de clases. Estamos en una fase superior del capitalismo, que es el neoliberalismo, instrumento groseramente agresivo. Cuya finalidad última es acabar con un vasto sector de la humanidad por la vía de la economía. Más claramente: empobrecer hasta matar a la gente de hambre. Y por ello tampoco debía extrañarnos la agresivísima receta del FMI, cuyas imposiciones, superan con creces las propuestas hechas veinte años atrás. Ahora es el todo o nada. Caminamos al Soylent green "Cuando el destino nos alcance". Ahora estamos más cerca que hace 46 años cuando se estrenó la película.

Por ello nada debe extrañarnos, en cuanto a qué hagan los imperios, con su nueva bandera, el neoliberalismo, "salvaje" como decía Chávez.

Siento que seguimos siendo no solo una izquierda ingenua, pendeja, timorata, sino también absurda, carente de realidad y de actualización. Una izquierda que sigue creyendo en pajaritos preñaos, cuando siempre ha estado claro que el enemigo no soltará ni un ápice de lo conquistado. Se siente dueño de todo y de todos. Y eso no hay forma de detenerlo, si no es por la vía de la fuerza, es decir, la presión con el pueblo organizado, vale decir, con el poder popular. Chávez lo sabía, Lula lo sabía, los Kirchner lo sabían, y todos cometieron el mismo error: le tuvieron miedo al pueblo. Temieron que darle rienda suelta, no les daría un buen juicio, actuaron con paternalismo. Antes de la muerte de Chávez, ya comenzaba a hacer aguas el experimento de una América Latina, sino socialista al menos revolucionaria, la muerte y el encarcelamiento de sus líderes, acabó con el sueño de un solo pasaporte y una autopista panamericana. Apenas Evo Morales y los bolivianos, dan una dura batalla para mantener lo construido. Lo demás, ya es ruina. Y si no se convoca al poder popular, solo alimentaremos al neoliberalismo, sin duda el producto mejor elaborado de la nueva generación de asesinos de la humanidad.

Caminito de hormigas…

Tremenda derrota la sufrida por el imperio y sus lacayos, la estólida oposición venezolana, al ingresar Venezuela en la Comisión Internacional de los Derechos Humanos. Evidencia, sin duda, la capacidad diplomática del gobierno que preside Nicolás.



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Rafael Rodríguez Olmos

Periodista, analista político, profesor universitario y articulista. Desde hace nueve años mantiene su programa de radio ¿Aquí no es así?, que se transmite en Valencia por Tecnológica 93.7 FM.

 rafaelolmos101@gmail.com      @aureliano2327

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