Pensamiento veloz y lento: porqué occidente no puede ver el ascenso de Rusia y China

Traducción desde el inglés por Sergio R. Anacona

Strategic Culture Foundation

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¿Por qué los dirigentes políticos occidentales, expertos y académicos, todos ellos continúan ignorando el notable avance en la cooperación económica y estratégica alcanzada entre Rusia y China y sus vecinos?

Durante los últimos seis años el presidente de Rusia, Vladimir Putin y el presidente Xi Jinping de China, se reunieron con el objeto de sostener conferencias en no menos de treinta oportunidades.

El presidente Xi realizó una visita de estado a Rusia desde el día 5 al 7 de junio donde sostuvo conversaciones bilaterales con el presidente Putin que arrojaron como resultado la firma de dos acuerdos para fortalecer la estabilidad estratégica global en la era contemporánea. Luego, desde el día 8 hasta el día 10 ambos líderes asistieron al Foro Económico Internacional de San Petersburgo (SPIEF sigla en inglés).

No hubo nada siniestro o secreto en torno a estas reuniones. Todo lo contrario. Fueron cubiertas de manera extensa por la prensa rusa y china que celebró los grandes avances logrados por la creciente cooperación de dos de las más grandes y poderosas naciones del mundo.

El volumen de intercambio comercial entre Rusia y China se espera que continúe su aceleración y alcance nuevas metas, duplicando el alto nivel alcanzado de alrededor de 108 mil millones de dólares, como lo señaló el ministro ruso de economía.

El intercambio comercial entre Rusia y China solo en productos agrícolas y alimentos procesados alcanzó un alza de casi un 30 por ciento durante el año 2018 por encima de los 5 mil millones de dólares. El volumen de intercambio comercial bilateral es actualmente de 108 mil millones de dólares arrojando un crecimiento de un 25 por ciento en solo un año y pareciera estar creciendo aún más rápido.

La importancia de estos desarrollos en el equilibrio global de poder y en los patrones de inversión y comercio es muy clara. Rusia aceleradamente se está convirtiendo en una superpotencia exportadora de alimentos y posiblemente alcance un nivel que no había alcanzado desde antes de la Primera Guerra Mundial.

Actualmente, Rusia tiene éxito en la lucrativa venta de trigo a precios competitivos y a un costo más rentable a Indonesia que Australia, que es vecina de Yakarta.

Las sanciones económicas asestadas contra Rusia por Estados Unidos y por los países de la Unión Europea y Canadá, luego de Crimea y las dos provincias orientales de Donetsk y Lugansk que optaron por separarse de Ucrania luego del golpe de estado de Maidan en el 2014 produjeron espectacularmente efectos indeseados.

Las sanciones apuntaban a poner a Rusia de rodillas y obligarla a aceptar la neo colonización en marcha de Eurasia por parte de Washington, Wall Street, Londres y Bruselas. Se suponía que Rusia debía aceptar el dictamen del golpe de estado de Kiev y mucho más o ser arrastrada a la infernal hambruna de los años 90.

(Esa siniestra época, todavía es más bien torcidamente alabada en todo Occidente como un “breve período dorado de libertad” y no como la horrible Gran Depresión con Esteroides cosa que yo vi repetidas veces con mis propios ojos durante aquellos años, así fue).

En todo caso, las sanciones resultaron un tiro por la culata. Demostraron la superioridad de una realidad mercantilista, industrial e inversionista sobre los sueños de Libre Comercio y Un Solo Mundo de los neoconservadores, neoliberales y otros afines que yo traté de denunciar en mi libro publicado el año 2012 titulado “Aun Así Deberíamos Ser Nosotros”.

Luego de la imposición de sanciones contra Rusia, en el país la producción nacional de alimentos procesados y muchas otras industrias prosperaron para satisfacer la demanda causada por el fin de la importación ilimitada de alimentos procesados y de otros bienes de consumo. La producción agrícola de Rusia se disparó.

Inadvertidamente, las chapucerías de Estados Unidos y la Unión Europea contribuyeron a crear un vasto mercado protegido a través de toda Rusia y sus vecinos Euroasiáticos. Actualmente, las empresas e industrias creadas para ese mercado están madurando y se aprestan para expandirse a través del Medio Oriente y Asia.

Este asombroso desarrollo explica por qué el Foro Económico Internacional de San Petersburgo sigue creciendo cada año tan rápidamente en cuanto a escala y valores. También explica por qué los medios de prensa y los líderes occidentales permanecen tan ridículamente ciegos ante el creciente éxito y prosperidad de Rusia.

Ellos prefieren aferrarse al despreciable y racista cuento de hadas que el pueblo ruso es incapaz tener éxito en los negocios, la industria, la agricultura y la excelencia. Ellos nunca visitan Rusia para ver la realidad con sus propios ojos. Prefieren vivir en un ridículo mundo propio de su estridente imaginación. (A partir de Peter Pan y Harry Potter ¿quiénes han sido los mejores en la creación de sueños que los británicos y los norteamericanos en Hollywood?).

Del mismo modo, los líderes occidentales están ciegos y no ven los lentos pero constantes y sistemáticos logros de Rusia y China bajo los presidentes Putin y Xi debido a que esos líderes son prácticamente invisibles para sus contrapartes occidentales.

Los líderes democráticos occidentales, con la parcial excepción del presidente de Estados Unidos Donald Trump, son iletrados económicos que creen de manera ciega en el libre comercio, fronteras abiertas y crecimiento caótico. No pueden reconocer el valor de la planificación lenta, cuidadosa y constante con estrategias inversionistas a largo plazo. Desde Abraham Lincoln hasta Lyndon Johnson, los líderes norteamericanos pudieron y pensaron actuar de esa manera, pero nunca lo hicieron.

Sería demasiado lento para una satisfacción instantánea, las mentalidades tipo “logremos una ganancia rápida y al diablo lo demás” de Wall Street y la City de Londres y de sus actuales títeres políticos para que lo comprendan. El desplazamiento lento pero seguro en el desarrollo a largo plazo de las infraestructuras, la industria y las comunicaciones es algo sencillamente invisible para ellos.

Es por eso que los líderes occidentales hoy en día están literalmente ciegos ante los enormes cambios en el poder mundial que han estado lenta y masivamente ganando impulso desde el inicio de este siglo. Pero la ceguera no puede impedir el Alza y la Caída de las Naciones. Pronto las realidades concretas del Nuevo Mundo se harán evidentes para todos.


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