La oligarquía globalista teme la paz, desea la guerra

La anunciada reunión entre Trump y Putin ya ha producido buenos resultados al revelar la hipocresía de los políticos y de los medios de comunicación de masas. La reunión ha sido motejada como el más grande peligro para la humanidad según la oligarquía globalista occidental, debido al peligro que "la paz podría estallar entre Rusia y Estados Unidos."

A veces la realidad es más extraña que la ficción, lo que sigue exige tanto de la credulidad que las fuentes tendrán que ser citadas y reproducidas con exactitud para que sean creídas.

Un caso en cuestión sería el siguiente título:

https://www.thetimes.co.uk/article/fears-grow-over-prospect-of-trump-peace-deal-with-putin-6f69gqq27

*"Los temores crecen ante la perspectiva de un "acuerdo de paz" entre Trump y Putin". The Times aquí parece no temer una escalada militar en Ucrania, un choque armado en Siria, un envenenamiento de bandera falsa en Inglaterra o una nueva Guerra Fría. The Times no teme un apocalipsis nuclear, el fin de la humanidad, el sufrimiento de cientos de millones de personas. No, nada de eso. Uno de los más autorizados de los grandes diarios en el mundo ¡teme una perspectiva de paz! The Times teme que los presidentes de las dos superpotencias nucleares sean capaces de dialogar el uno con el otro. The Times teme que Putin y Trump sean capaces de llegar a un tipo de acuerdo que ayude a evitar el peligro de una catástrofe global. Estos son los tiempos en que vivimos. Este es el tipo de medios de comunicación de masas con el cual lidiamos. El problema con The Times es que forma opinión pública de la peor manera posible, confundiendo, engañando y desorientando a sus lectores. No es ningún accidente que el mundo en que vivimos esté crecientemente divorciado de la lógica y de la racionalidad.

Aunque el resultado de esta reunión no logre un avance substancial, lo más importante que debe alcanzarse será el diálogo entre los dos líderes y la apertura de canales de negociación para ambos lados.

En el artículo del The Times se supone que Trump y Putin desean alcanzar un acuerdo respecto de Europa. Se insinúa que Putin está manipulando a Trump con el propósito de desestabilizar a Europa. Desde hace años hemos sido inundados con semejantes fabricaciones de parte de los medios de comunicación de masas por cuenta de sus editores y accionistas, todos como parte del conglomerado del estado profundo. En verdad los hechos han demostrado que Putin siempre ha deseado una Europa fuerte y unitaria, tratando de integrarla al sueño euroasiático. Putin y Xi Jinping gustarían de ver a la Unión Europea más resistente ante la presión norteamericana y ser capaz de obtener una mayor independencia. La combinación de migraciones masivas y las sanciones contra Rusia e Irán, las cuales terminan perjudicando a los europeos, abren la vía para partidos alternativos que no necesariamente están dispuestos a acatar las órdenes de Washington.

El enfoque de Trump para la reunión será el de convencer a Putin de poner aún más presión sobre Europa e Irán, quizás para en cambio reconocer lo de Crimea y cancelar las sanciones. Para Putin y para Rusia se trata de un problema estratégico. Al tiempo que las sanciones son dañinas, la principal prioridad para Moscú sigue siendo la alianza con Irán, la necesidad de fortalecer aún más las relaciones con los países europeos y derrotar el terrorismo en Siria. Quizás solo una revisión del Tratado ABM y el retiro de ese armamento de Europa sería una oferta interesante para Putin. No obstante, la realidad nos muestra que el Tratado ABM es un pilar del complejo militar industrial de Washington y que son los países de la Europa Oriental los que desean esos sistemas defensivos - ofensivos en sus propios países, considerándolos como un elemento disuasivo contra Rusia. ¿Son ellos víctimas de su propia propaganda o se trata de los miles de millones de dólares que ingresan a sus bolsillos? De cualquier modo, en realidad no importa. El punto más importante para Moscú será el retiro de los sistemas ABM Aegis Ashore como también los navíos de guerra que portan el mismo sistema Aegis. En todo caso, esto no es algo que Trump será capaz de negociar con sus altos mandos militares. Para el complejo militar industrial, el sistema ABM gracias a su mantenimiento, innovación, comisión directa e indirecta constituye un guisado que demasiados intereses pretenden que se siga cocinando.

Desde el punto de vista del Kremlin, el retiro de las sanciones sigue siendo necesario para la restauración de relaciones normales con Occidente. Pero, sería difícil de alcanzar dado que Moscú tendría poco que ofrecerle a cambio a Washington. Los estrategas del Pentágono exigen el retiro ruso de Siria y terminar su apoyo en el Donbass, además del cese de las relaciones con Irán. Sencillamente es mucha la divergencia existente como para alcanzar una posición común. Además, las sanciones de Europa contra Rusia benefician a Washington y perjudican a los europeos y por lo tanto socavan lo que es un gran competidor de Estados Unidos. El retiro de Estados Unidos del Plan de Acción General Conjunta (JCPOA sigla en inglés) podría ser visto bajo la misma luz, impedir que los aliados hagan negocios con Irán.

Putin se mantendrá fiel a su compromiso con Siria y con sus aliados, incapaz de traicionar su palabra ni siquiera por el reconocimiento de Crimea. Por otra parte, como ya se dijo, la prioridad es el retiro del ABM; y mientras que Crimea ya está bajo el control de la Federación de Rusia, Siria sigue siendo un territorio inestable con el riesgo de proyectar el terrorismo hacia el punto débil de Rusia en el Cáucaso. Para Moscú su involucramiento en Siria siempre ha sido una cuestión de seguridad nacional, y esto ciertamente sigue siendo lo mismo ahora, aún con las ofertas poco realistas de Donald Trump.

Debemos tener presente que Putin apunta hacia una estrategia a mediano y largo plazo en el Medio Oriente donde Irán, Siria y todo el arco chiita se contrapone a la agresión y hegemonía saudita-israelí.

Esta extraña alianza ha emergido como la única manera de detener la guerra y reducir la temperatura en la región, debido a las locas acciones de Netanyahu o Mohammad bin Salman las cuales son bloqueadas por una poderosa fuerza militar iraní.

Impedir una confrontación entre Irán y Arabia Saudita/Israel tampoco significa que Teherán aparezca débil o aislado. Tales consideraciones parecen estar más allá de los estrategas en Washington para no decir en Tel Aviv o Riyad.

Al tiempo que es difícil lograr un resultado positivo de la reunión entre Trump y Putin, es importante, en primer lugar, que la reunión se produzca, contrario a lo que The Times piense. Los medios de comunicación de masas y el conglomerado de poder que gira en torno al estado profundo temen especialmente a la diplomacia. La misma narrativa que se proclamó semanas antes y después de la reunión de Trump con Kim Jong-un se repite ahora respecto de Trump reuniéndose con Putin.

Washington basa su poderío en la fuerza tanto económica como militar. Pero este poder también descansa sobre la posición que asuma y la imagen que proyecte. Estados Unidos y su estado profundo consideran que negociar con opositores es malo y contraproducente. Ellos consideran que el diálogo es sinónimo de debilidad y cualquier concesión es interpretada como una rendición. Este es el resultado de setenta años de excepcionalismo norteamericano y treinta años de unipolaridad que han permitido que Estados Unidos desarrolle la capacidad de decidir de manera unilateral el destino de otros.

Hoy en día, en un mundo multilateral, la dinámica es diferente y por ende más compleja. No siempre se puede aplicar una mentalidad de suma cero como lo hace The Times. El resto del mundo reconoce que un diálogo entre Putin y Trump como algo positivo, pero no debemos olvidar que como en el caso de Corea, si la diplomacia no produce un avance significativo, entonces los halcones que rodean a Trump estarán de nuevo en ascenso. Las tareas para Rouhani, Putin y Kim Jong-un son complejas y muy diferentes unas de otras pero comparten en común la confianza en que el diálogo es la única manera de evitar una guerra catastrófica. Pero, aparentemente, la paz para todos, no es el mejor resultado.

Nota.- Sus comentarios y opiniones acerca de este artículo serán bienvenidos en

www.strategic-culture.org

Traducción desde el inglés por

Strategic Culture Foundation Sergio R. Anacona

http://www.strategic-culture.org



 



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