Traducción desde el inglés por Sergio R. Anacona
Strategic Culture Foundation
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Durante casi treinta años desde la desintegración de la Unión Soviética, Estados Unidos y sus principales aliados de la Europa Occidental, Gran Bretaña, Francia y Alemania, han creido que son la invencible e indetenible punta de lanza y vanguardia de la especie humana.
La presunción que la democracia y el libre comercio al estilo occidental conquistará el mundo es mantenida de manera axiomática y permea los sistemas educativos y la intelectualidad de todas estas naciones.
Sin embargo, esta presunción de moral y superioridad e inevitabilidad ideológica de parte de los líderes de Estados Unidos, la Unión Europea, la OTAN y las naciones del Grupo de los Siete (G-7) no ha sido confirmada por ninguna evidencia concreta y verificable.
Todo lo contrario, los propios informes del Departamento de Estado implacablemente han documentado a través de lo que va del siglo XXI que cada país donde Estados Unidos ha intervenido ya sea directamente, aplicando el poderío militar o indirectamente desestabilizando los gobiernos en ejercicio y exigiendo a otros factores que se alcen para desestabilizar los gobiernos en ejercicio –el resultado ha sido no la felicidad sino inevitablemente la desgracia.
Si uno observa a Ucrania, Afganistán, Kosovo, Irak, Libia, Somalia o Siria, el patrón es siempre el mismo: Las tasas per cápita de tráfico de personas, incluyendo la esclavización de niños para su explotación sexual, el crimen organizado, el tráfico de estupefacientes, la tasa per cápita de adicción a las drogas duras y la posibilidad concreta de sufrir muertes violentas se han disparado luego de cada intervención militar de Estados Unidos y/o sus aliados. La expectativa de vida y los niveles de calidad de vida como también el registro del PIB han caído de manera catastrófica en cada caso.
Aunque la creación de la Organización de Shanghai para la Cooperación (SCO sigla en inglés) el día 15 de junio del 2001 no logró mellar la paradigmática ceguera occidental, su arrogancia y complacencia acerca del verdadero futuro de la "la Vía del Mundo". Actualmente vemos la misma y extraordinaria complacencia exhibida por las elites occidentales ante el crucial acceso de la India y Paquistán a la SCO.
La importancia histórica y geoestratégica mundial de este evento no debe ser subestimada. Durante 17 años desde que se fundó la SCO Estados Unidos y sus aliados de la Unión Europea han llevado adelante una y otra guerra menor de desestabilización y agresión. No obstante, todas y cada una de aquellas desventuras han sido un estratégico e incluso táctico fracaso.
Estados Unidos y sus aliados de la OTAN han demostrado ser aficionados a provocar guerras en todo el mundo. A través del terror y los más estrechos cálculos de auto engrandecimiento, pequeños países desde Estonia hasta Georgia se han aglomerado bajo su bandera.
Ahora, sin embargo, de un solo tajo dos gigantescas naciones y potencias nucleares del Sur de Asia –la India y Paquistán—han echo a un lado sus rivalidades existenciales y sospechas y ambas han buscado la seguridad y la protección dentro del ámbito de la SCO. Y hay más, ambas naciones son democracias anglo-parlantes.
¿Cómo pueden ahora y en particular Estados Unidos y Gran Bretaña alegar que ellos sostienen la causa de la democracia cuando la más grande y la más populosa democracia en la tierra –nación de casi 1,3 mil millones de personas y la otra nación democrática y anglo parlante con una población de más de doscientos millones de personas, se han unido a la SCO?
¿Cómo puede Estados Unidos y la OTAN, la Unión Europea o el Grupo de los Siete alegar que ellos sostienen los valores democráticos en el mundo cuando las dos democracias con una población conjunta suman más de 1,5 millones de personas –que duplica la población combinada de las 28 naciones de la Unión Europea y casi cinco veces la población de Estados Unidos—y que han optado por ingresar a la SCO?
¿Por qué ambas, Delhi e Islamabad, decidieron semejante histórica medida? Evidentemente lo hicieron en gran medida porque ambas naciones temen los futuros designios coercitivos de las alianzas occidentales contra cualquiera de ellas.
Por lo tanto, a pesar de los esfuerzos de Estados Unidos para maquinar Cambios de Régimen desde Ucrania hasta Brasil, el ingreso de la India y Paquistán a la SCO confirma el aislamiento de la OTAN en el ancho mundo, el encogimiento de la expansión de la alianza hacia la Europa Oriental llega solo hasta el extremo occidental de Eurasia y a la periferia de Asia Oriental.
Esto es por lo tanto una catástrofe estratégica auto infligida que la visión fantasiosa de una maquinación global estratégica y una mundial "cruzada por la democracia" ha propinado contra sus propios autores. En vez de aislar a Rusia o China o a ambas –meta absurda si alguna vez la hubo—mal concebida y fallida neoconservadora y neoliberal, hegelianos de la niñez de Francis Fukuyama, se han aislado ellos mismos.
Así como el capitalista Estados Unidos, la comunista Unión Soviética y el paleo-colonialista Imperio Británico, todos ellos, eventualmente unieron fuerzas para aplastar la amenaza del nacismo, los neoconservadores y neoliberales fanáticos de la Revolución Global Permanente (PGR sigla en inglés)—al estilo democrático—han gastado millones de millones de dólares e iniciado guerras que han costado millones de vidas humanas—solo para conseguir aislarse ellos mismos.
La solución para esta catástrofe global para las fuerzas de Occidente es en realidad muy simple y práctica. Sería poner fin a la política de interminables intervenciones militares, poner fin de inmediato a la implacable expansión de la OTAN y en verdad permitir que cualquier nación dentro de la alianza pueda de manera tranquila y eficiente decidir abandonarla cuando lo desee.
Todas las naciones que conforman la OTAN dirigida por Estados Unidos deben solemnemente también respetar la primacía del derecho internacional e implementar y respetar todas las decisiones tomadas por el Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas donde el derecho permanente a veto todavía esgrimido por Estados Unidos y sus aliados, Gran Bretaña y Francia brinde una amplia y legal protección diplomática para que sus propias tácticas coercitivas y expansionistas se vuelvan contra ellos.
Esto es lo que los líderes de Occidente deberían hacer. Pero, por supuesto, no lo harán. ¿Cuándo los tontos voluntariamente han abrazado la sabiduría?
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