Cumbre Putin-Trump podría producir resultados prácticos

La cumbre ruso-norteamericana se llevará a cabo

https://www.reuters.com/article/us-usa-trump-putin/trump-putin-to-meet-on-july-16-in-helsinki-officials-idUSKBN1JO1A5

el día 16 de julio en Helsinki. Ningún avance impresionante es inminente. Este evento será muy diferente a la histórica visita de Richard Nixon a la URSS el año 1972 cuando tres grandes acuerdos sobre seguridad fueron firmados. Existe una gran brecha entre lo que los líderes quieren conseguir y lo que en realidad pueden hacer, aparte de intercambiar cortesías, hacer algunas bromas, palmotearse la espalda y estrechar manos para las cámaras. Pero, a pesar de todas las profundas divisiones en torno a muchos problemas, las tensiones que están siendo muy altas, las actitudes negativas del congreso norteamericano hacia Moscú y otros factores que ensombrecen la relación, la cumbre planificada podría producir resultados concretos y tangibles, contrario a lo que generalmente se cree.

Si la historia puede servir de guía, dividiendo la agenda en "canastas" haría sentido, esto posibilitó el Acta de Helsinki el año 1975.

https://en.wikipedia.org/wiki/helsinki_Accords

Una canasta debería incluir problemas que son de fundamental importancia pero cuya solución todavía se ve relativamente distante. Otra canasta podría contener los problemas para los cuales algún grado de éxito podría lograrse ahora mismo o en el futuro cercano. La tercera canasta podría dejarse para problemas diversos que requieren cierta discusión. Algunos de estos podrían surgir de manera inesperada.

La primera canasta podría incluir el Nuevo START, el Tratado INF, las relaciones Rusia-OTAN, los problemas relacionados con el 50º aniversario del Tratado de No Proliferación de Armamento Nuclear del 1º de julio y también otros problemas relacionados con el control de armamentos que necesitan ser tratados con el objeto de impedir retroceder

https://www.strategic-culture.org/news/2016/06/15/arms-control-non-proliferation-looming-crisis-slipping-through-cracks-public-attention.html

hacia una carrera sin restricciones y una peligrosa confrontación. Existen algunas áreas donde pueden lograrse acuerdos pero cuya ratificación es normalmente un procedimiento muy complicado y que lleva tiempo. Necesitamos recordar la positiva experiencia de las Iniciativas Nucleares Presidenciales

https://www.strategic-culture.org/news/2017/01/05/pnis-forgotten-pages-modern-history-html

(PNIS) y hacer un uso práctico de ella. El avance en el control de armamentos es crítico para un mejoramiento general en las relaciones bilaterales. No es normal tener una situación en la cual los grandes acuerdos parecieran tener un pié en la tumba y es necesario cambiar esta situación. Si se reanima el diálogo sobre el control de armamentos, uno podría decir que la reunión cumbre ha dado un gran paso hacia adelante.

El momento es propicio para que las partes comiencen a aflojar las tensiones que han sido incrementadas por los planes norteamericanos de defensa anti proyectiles balísticos en Europa. Medidas para la verificación mutuamente acordada podrían ser preparadas para que sean consideradas por los expertos, si los líderes les indican que se sienten a la mesa redonda y comiencen a trabajar, se podría lanzar un diálogo sobre seguridad cibernética a nivel de grupos de trabajo. Los presidentes podrían intercambiar opiniones acerca de la vía para gradualmente terminar la guerra de sanciones.

La segunda canasta debería incluir la reactivación del Acuerdo Sobre Incidentes Marítimos

https://www.state.gov/t/isn/4791.htm (INCSEA) y el acuerdo sobre la Prevención de las Actividades Militares Peligrosas

https://en.wikisource.org/wiki/Prevention_of_Dangerous_Military_Activities_Agreement

Esos dos acuerdos que actualmente parecen un tanto olvidados han demostrado su efectividad y constituyen una base legal sobre la cual construir. Los presidentes podrían confirmar la validez de aquellos históricos acuerdos y comprometerse a cumplirlos con el propósito de evitar las chispas que podrían producir un gran incendio –escenario que debe ser evitado a toda costa.

Las partes podrían comprometerse a honrar el Acta de Fundación OTAN-Rusia de 1997 especialmente la

https://www.NATO.int/cps/su/natohq/official_texts_25468.htm>

cláusula que obliga a las partes a no desplegar fuerzas militares considerables en las proximidades de las fronteras de unos y otros. Estados Unidos podría acordar suspender aquellas actividades en Europa que son consideradas por Moscú como provocaciones y preparativos de guerra

https://www.defensenews.com/smr/nato-priorities/2018/06/25/poking-the-bear-us-air-force-builds-in-russias-backyard/

https://www.strategic-culture.org/news/2018/04/24/furtive-glance-at-us-ongoing-war-preparation-against-russia-html

para una intervención militar. A cambio de eso, Rusia podría abstenerse de desplegar algunos sistemas de armamentos que podrían alcanzar blancos norteamericanos en Estados Unidos continental.

Los presidentes podrían acordar hacerse más transparentes cuando se preparen ejercicios militares. Incluso ellos podrían limitar su dimensión. Algunas medidas para la edificación de confianza podrían ser acordadas dentro del formato bilateral y que podrían ser agregadas al Documento de Viena.

https://en.wikipedia.org/wiki/Vienna_Document

Es obvio que la agenda incluirá a Siria. Se trata de un problema que necesita ser discutido de manera muy franca a puertas cerradas. Es importante comprender las metas que cada lado quiere alcanzar y ver si las divergencias existentes podrían ser reducidas. Los presidentes podrían acordar no tomar medidas o hacer nada que pudiera agravar la situación en Ucrania. Si pareciera inminente que no hay acuerdo en torno a qué hacer, el problema podría ser aplazado por cierto lapso de tiempo.

Los líderes podrían acordar revitalizar sus contactos bilaterales a diversos niveles, incluyendo a grupos de trabajo, organizaciones no gubernamentales, expertos, académicos, legisladores, empresarios, etc. El número de diplomáticos destacados en cada país –que decayó luego de la oleada de expulsiones—podría ser aumentado, lo cual haría que los servicios consulares y de las embajadas fueran más eficientes. Las medidas en esa dirección también podrían ser aprobadas durante esta reunión.

La tercera canasta podría incluir un intercambio preliminar de opiniones sobre una potencial cooperación bilateral en Libia, incluyendo un sondeo en torno a maneras de promover proyectos económicos y culturales de cooperación bilateral. El inicio de negociaciones con el propósito de evitar roces militares en el Ártico podría contribuir a la creación de un ambiente mucho mejor. Este problema podría no ser tan urgente como otras cuestiones de seguridad, pero una mejor comprensión de las intenciones de uno y otro podría fomentar un avance general en la relación. La perspectiva de un programa espacial conjunto también debería ser estudiada.

Vladimir Putin y Donald Trump cuentan individualmente con bases sólidas, tales como su química personal sobre la cual construir. No existen varitas mágicas que pudieran blandir para hacer que los problemas fundamentales que dividen a los dos países desaparezcan, pero ellos podrían cambiar el curso e iniciar un avance paso a paso aquí y allá. En consecuencia, las dos naciones se comprometerían para dialogar y no para confrontar.

Traducción desde el inglés por

 Sergio R. Anacona

Strategic Culture Foundation

Nota.- Sus comentarios y opiniones acerca de este artículo serán bienvenidos en

www.strategic-culture.org



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