Ataque contra NordStream II reanudado con vigor ¿A favor de que intereses?

Traducción desde el inglés por Sergio R. Anacona

Strategic Culture Foundation

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La economía determina los intereses nacionales y la política exterior y es la herramienta empleada para llevarlos adelante. Moscú tiene que luchar en todos los frentes, pero la verdad es que Washington no se preocupa mucho acerca de los ataques químicos al oriente de Guta, el envenenamiento de Salisbury, las intromisiones electorales o ninguno de los cuentos de hadas que se emplean para justificar su política anti Rusia. Esos son solo pretextos para fomentar los intereses económicos norteamericanos en el exterior.

Las exportaciones de gas hacia Europa representan grandes oportunidades, pero los suministros desde Rusia son más baratos y más confiables. Por lo tanto, Estados Unidos necesita deshacerse del obstáculo en su camino –el gasoducto Nord Stream II (NS2) el cual llevará gas natural desde Rusia hasta Alemania. Washington hará cualquier cosa para lograrlo.

El pasado 15 de marzo un grupo bipartidista compuesto por 39 senadores encabezados por John Barrasso, republicano por Wyoming envió una carta al Departamento del Tesoro. Ellos se oponen al NS2 y le piden al gobierno que lo aborte. ¿Por qué? Ellos no quieren que Rusia esté en condiciones de influir en Europa, lo cual sería "perjudicial", aseguran ellos. La herramienta preferida de ellos para implementar esta política obstruccionista es el empleo de sanciones.

Treinta y nueve entre cien es un número que ningún presidente puede ignorar. Se está ejerciendo una gran presión sobre el gobierno. Incluso antes que los senadores escribieran su carta, Kurt Volker, el enviado especial norteamericano a Ucrania, alegó que el NS2 era un proyecto meramente político, no comercial. Sin duda alguna se implementarán otras medidas para incrementar la presión.

Sus leales amigos en Europa metieron su cuchara casi de manera simultánea con los legisladores norteamericanos. El ministro de relaciones exteriores polaco, Mateusz Morawiecki se demostró como un maestro contando historias de horror acerca de las cosas más aterradoras que podrían ocurrir una vez que el gasoducto esté terminado y entre en servicio. El pasado 2 de marzo los voceros del parlamento de Ucrania y Moldovia firmaron una carta dirigida a los presidentes de los parlamentos de los países de la Unión Europea, advirtiéndoles acerca de las consecuencias. "Se trata de un factor desestabilizador" que debilitará a Europa, sostienen ellos. Por supuesto que si. Pagando más por gas transportado en tanqueros que podrían cambiar de ruta hacia un destino diferente si el precio del gas en otras partes resulta más conveniente, naturalmente hará que Europa sea más fuerte. ¡Qué buen razonamiento!

El pasado 11 de marzo los líderes de los parlamentos de Polonia, Latvia y Lituania firmaron otra carta abierta dirigida hacia los parlamentos de las naciones de la Unión Europea para advertirles sobre la construcción del NS2. No se trata de un proyecto comercial, dicen ellos, logrará que Uds. dependan de Rusia. "Gazprom… no es un empresa gasífera sino una plataforma para para la coerción rusa", lo sostiene Anders Fogh Rasmussen, ex presidente de la OTAN que ahora trabaja como consultor para el gobierno de Ucrania. Estonia también se unió al coro como uno de los más fuertes críticos del Nord Stream 2. La Comisión Europea también se opone al proyecto pero carece del basamento legal para impedir que las inversiones privadas se produzcan.

Europa necesita de este producto básico y Rusia lo vende. ¿Qué hace que esto "no sea un acuerdo comercial?. ¿La dependencia? Desde esta perspectiva, cualquier cliente que hace una elección se convierte en "dependiente" del vendedor. ¿Qué impide que ellos adquieran gas de parte de otros proveedores? Todas las rutas marítimas están abiertas en caso que ellos las necesiten.

Polonia y Lituania ya han construido terminales para el gas licuado, pero este es más caro y los precios en la región Asia Pacífico hacen que ese mercado sea más atractivo. Para atraer a los exportadores norteamericanos de gas de esquisto los europeos tendrán que pagar más. ¿No tendrían entonces el derecho de escoger lo que les convenga más?

Como lo demuestra la práctica, escribir cartas no es suficiente. Existen líderes políticos "porfiados" al mando de algunos estados europeos que se atreven a poner sus intereses nacionales en primer plano. ¡Solo piensen en eso! ¿Si "Estados Unidos Primero" es una buena consigna, qué habría de malo con otra política como "Austria Primero"? Un joven valiente que está protegiendo los intereses de su país es el Canciller de Austria, Sebastián Kurz. Él abiertamente apoya el proyecto Nord Stream 2, y sucede que no está solo. Alemania continúa apoyándolo a pesar de la presión. La Canciller de Alemania, Angela Merkel, piensa que el proyecto NS2 "no significa ningún peligro para la diversificación". El grupo de expertos de Energy Research & Scenarios considera que el proyecto "contiene un efecto decreciente en los precios y un aumento del bienestar en el EU-28 en general."

Pero a Washington no le importan mucho sus aliados lo cual quedó claro por su oposición a este proyecto. Sus intereses se centran en si mismo. Estados Unidos no solo está promoviendo su suministro de gas licuado a Europa sino que también está tratando que sea más fácil pagarlo a través de su plan para mantener a Ucrania en su órbita y utilizarla como trampolín justo en la frontera con Rusia. El proyecto Nord Stream 2 hará que el tránsito del gas vía Ucrania resulte redundante, privando a ese país de gran parte del ingreso de 1,8 mil millones de euros (cerca del dos por ciento de su PIB) que obtiene anualmente por concepto de impuestos de tránsito. El golpe contra la economía de Ucrania recortaría el apoyo financiero de Estados Unidos y Europa a Kiev. Por otra parte, los ingresos por concepto del NS2 significarían ganancias para Rusia, que de este modo mitigaría el impacto de las sanciones occidentales. Los países europeos que vehementemente se oponen al NS2 también desean que militares norteamericanos sean destacados en sus países y si su presencia ya existe desean que esta aumente.

Europa está dividida en torno a muchos problemas, pero en la Unión Europea, la OTAN y en el Consejo de Europa existe una corriente pro norteamericana lista para bailar al son de Estados Unidos. Polonia y los países bálticos son felices participantes, lo que sea que suceda se pondrán firmes, harán sonar sus tacones, saludarán y harán todo lo que Washington les diga que hagan. En consecuencia, sus contribuyentes pagarán por el armamento norteamericano a pesar que sistemas menos costosos y más eficientes se pueden adquirir en otra parte. Y así, es la gente común la que tendrá que sufragar el gas de esquisto norteamericano traído por mar en vez de un suministro mucho más barato traído desde Rusia. Es tan sencillo como eso. Los contribuyentes europeos tendrán que pagar por esta política de "Estados Unidos Primero" a menos que los gobiernos de países europeos como Austria y Alemania se mantengan firmes y no cedan a la presión.

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