Tres altos funcionarios rusos visitan Estados Unidos

Traducción desde el inglés por Sergio R. Anacona

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Nada como esto ocurrió nunca ni en la mejor de las épocas. Los directores de tres agencias de inteligencia rusas, todos ellos, visitaron Estados Unidos simultáneamente. Se trata de un evento extraordinario sin precedentes, especialmente en momentos en que las relaciones entre ambos países se han deteriorado grandemente. Sergey Naryshkin, jefe de la inteligencia exterior; Alexander Bortnikov que encabeza el Servicio de Seguridad Federal y el Teniente General (dos estrellas) Igor Korobov, jefe de la inteligencia militar rusa, visitaron Washington a fines del mes de enero No mucho ha sido difundido por la prensa pero si se informó que se reunieron con el director de la CIA, Mike Pompeo. No hubo ningún secreto en torno a la visita o intentos de silenciarla. El embajador ruso en Estados Unidos, Anatoly Antonov, mencionó el evento en televisión. El embajador ruso declaró que la visita había sido un éxito y que a pesar de la extrema tensión entre los dos países, sus agencias de inteligencia continuarían cooperando. Tal como él lo dijo "la política es la política, el trabajo es el trabajo. Existen las proclamaciones políticas y está el trabajo concreto."

Por lo menos uno de los visitantes rusos está sujeto a sanciones.

Es obvio que el presidente Trump autorizó la visita ya que él es al único autorizado para levantar las restricciones. Indudablemente que se discutió sobre la amenaza terrorista, tema planteado por el Servicio Federal de Seguridad aunque este equipo estuvo encabezado por el Sr. Naryshkin. Las negociaciones sobre los esfuerzos conjuntos para combatir al terrorismo internacional pudieron haberse realizado en cualquier otro lugar. Semejantes contactos entre agencias de inteligencia no requieren que los jefes máximos encabecen las delegaciones. Por lo tanto, uno debe concluir que las conversaciones giraron sobre una agenda mucho más amplia --debe haber habido algo realmente significativo que discutir en vez de una agenda solo limitada a dos o tres problemas.

El evento se dio en un contexto muy particular. Es importante notar que Kurt Volcker, enviado especial de Estados Unidos para Ucrania y Vladislav Surkov, primer asistente del presidente Putin se reunieron también a fines de enero en Dubai. El funcionario norteamericano es conocido por sus pasantías en la CIA. Muchos observadores encontraron más bien sorprendente que el presidente Trump no dijera nada crítico acerca de Rusia en las declaraciones que hizo en el Foro Económico Mundial de Davos el pasado 26 de enero. Durante su estadía en Suiza el presidente Trump estuvo demasiado ocupado para reunirse con el presidente de Ucrania Poroshenko pero sí que encontró tiempo para conversar con su "amigo" el presidente de Ruanda, Paul Kagamel. La largamente esperada "Lista del Kremlin" no fue otra cosa que una insignificante medida administrativa.

Ha habido informes en el sentido que Washington ha estado buscando la manera de mejorar las relaciones.

Los altos mandos militares de ambos países se reunieron el mes de septiembre del año pasado para discutir Siria.

Muchos otros eventos se están planificando para el futuro. Los jefes de ambas entidades de exteriores se reúnen con regularidad para sostener reuniones privadas. El día 5 de febrero fue una fecha importante, ambas partes informaron que habían cumplido sus obligaciones bajo el Tratado Nuevo START.

Este es el momento en que la marea ha empezado a bajar, en tanto el presidente Trump está viendo cierto éxito en sus esfuerzos por socavar la aceptación pública de la investigación sobre el Russiagate. El presidente ha pasado a la ofensiva. Donald Trump ha autorizado la publicación de un memorándum que sostiene que hubo un abuso de poder de parte del FBI y del Departamento de Justicia en la investigación sobre la supuesta intromisión de Rusia en las elecciones presidenciales de Estados Unidos.

El documento arroja cierta luz sobre el rol del "Estado Profundo" en Estados Unidos y su influencia sobre los medios de comunicación de masas. Esto brinda un indicio acerca de quién desató el escándalo "Russiagate" y por qué, y demuestra que ellos están preparados para hacer cualquier cosa para arruinar las relaciones de Estados Unidos con Moscú y poner piedras en el camino de Donald Trump.

Con la economía en alza, el presidente norteamericano se ha sentido lo suficientemente fuerte para aprobar la visita. Esto demuestra mejor que ningún otro ejemplo que Rusia es demasiado importante como para no hablarle. Ambas potencias necesitan comprometerse en un diálogo y los problemas son tan vitales que no es posible ignorarlos o barrerlos debajo de la alfombra. El presidente Trump nunca ha tratado de negar que desea reparar esa relación. Sus propias palabras "Putin es muy importante". Se trata de un secreto a voces que la química personal de los líderes puede jugar un papel muy significativo para reiniciar un proceso de reconciliación. Con el memorándum publicado, el Russiagate yendo hacia ninguna parte, el presidente podría conseguir más apoyo en el Congreso luego de las elecciones de medio período. La política norteamericana respecto de Rusia podría ser una de las cosas que cambien.

Las posibilidades que Rusia y Estados Unidos se conviertan en estrechos colaboradores son muy poco probables. Esto hace que el compromiso, la reducción de los riesgos de choques y la inter actuación en ciertas áreas sea aún más importante. Los contactos entre los jefes de inteligencia indican que ambas partes de manera seria aportan cambios positivos. Tal vez nunca sabremos qué fue lo que discutieron los funcionarios, pero el solo hecho haberse reunido habla por sí solo. Resulta imposible subestimar su importancia. Bien parece que podría haber una luz al final del túnel.

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