Y no habrán en tardar las alharacas de cotorras de color: blanco, azul y rojo con 51 estrellas y de pericos cipayeros de la región para pegar el grito al cielo y quejarse ante sus mismos organismos (OEA-ONU-OTAN) de criminalización que masacra pueblos indefensos porque éstos busquen protección ante tantas reiteradas amenazas de invasión por parte de cuanto "presidente" se monte en el Pentágono con su política de absoluto control tras el excesivo poderío del desarrollo nuclear y por el cual persiguen hasta la saciedad al que quiera desarrollarle como fuente energética e ir en avance hacia el mismo desarrollo que les equilibre el inquisidor desnivel que nos impone el Tri-Imperio: EE UU, Inglaterra e Israel.
El orden mundial le quieran o no, está cambiando y aunque hayan altos y bajos, la tendencia inclina hacia conformación de neo esquemas. El capitalismo no encuentra respiradero desde el profundo hoyo negro que le traga, opta como su tabla de salvación incrementar guerras continentales que le subsidien y le prolonguen un tanto más de la inevitable estrepitosa caída económica; Trump es la etapa final, es el estallido de su mismo pueblo que comienza a entender que el "Sueño Americano" no es tal, que le engañaron, que se acabó el disfrute a cotillas de masacrar los demás pueblos sometidos por la fuerza bestial, que el consumismo ya no es economía, que no se puede estar aislado del entorno humano, que ni el KUKUSKLAN va a remediar y sí les va empeorar la relación mundial bajo todo punto de vista.
Que desestimar la existencia de la Gran China, de Rusia, de India y otros como Corea del Norte e Irán, y que negar a ciegas también liderazgo del fenómeno socialista del Sur: La República Bolivariana de Venezuela y arremeter contra ella, no le va a funcionar, ya le han comprobado, porque decisión de libertad, soberanía, independencia y auto determinación nace del pueblo, porque lo que de él nace, es indestructible, porque lo de las bases es incluso su decisión irrevocable, porque el Bravo Pueblo de Bolívar así ya le determinó y así ha de ser su voluntad Constituyente. ¡Venezuela para el mundo sin odios y con paz!
