Rusia y China se unen en la exploración espacial

Rusia y China están a punto de firmar un acuerdo sobre exploración espacial conjunta este mes de octubre, acuerdo que se prolongará desde el año 2018 hasta el 2022 y que contempla misiones tripuladas a la Luna por primera vez. El acuerdo bilateral cubrirá cinco áreas que incluyen la exploración lunar y del espacio profundo, desarrollo de materiales especiales, colaboración en el área de sistemas satelitales, observación remota de la Tierra e investigación sobre la basura espacial. Se trata del primer acuerdo bilateral que cubre una asociación que se extenderá por cinco años. El acuerdo será firmado con el telón de fondo de una carrera en la exploración espacial que Estados Unidos está tratando de ganar. Visto así, ambas partes decidieron unir esfuerzos. Durante el pasado mes de febrero el gobierno de Trump solicitó a la NASA que estudiara la posibilidad de lanzar una misión tripulada de un super cohete que se espera sea lanzado el próximo año y plantear así el retorno de seres humanos a la Luna.

La entidad rusa de lanzamientos espaciales Glavkosmos también está trabajando con sus socios chinos en experimentos conjuntos a bordo de la Estación Espacial Internacional, EEI. China estaba interesada en adquirir los motores de cohetes más poderosos del mundo, RD producidos por Energomash mientras la entidad rusa Sistemas Espaciales Rusos mostró interés por la tecnología electrónica china.

El primer módulo de la estación espacial china "Beiyín" se espera que sea lanzado el año 2018. El proyecto será completado el año 2022. Según está planeado, una misión espacial china será enviada al planeta Marte el año 2020 para depositar un vehículo robótico de investigación científica. El año pasado China puso en funcionamiento el más grande radiotelescopio del mundo de medio kilómetro de diámetro. En el año 2014 China empató a Rusia lanzando alrededor del mismo número de satélites, 47 (un 72 por ciento de aumento en el lapso 2011-2014). Rusia lanzó 118 satélites durante ese período (número que aumentó 20 por ciento durante el mismo lapso).

China planifica enviar cosmonautas a la Luna antes del 2036. En el mes de marzo pasado China anunció planes para el lanzamiento de sondas espaciales para recuperar muestras de suelo lunar antes del fin de año en lo que los medios estatales denominan competencia con las ambiciones del presidente Trump de revitalizar la exploración espacial norteamericana.

La sonda lunar china Chang’e está pasando por la última ronda de pruebas y se espera que esté lista para el lanzamiento. Este lanzamiento comprenderá nuevos desafíos para China en cuanto a recolección de muestras, despegue desde la Luna y el reingreso a alta velocidad a la atmósfera de la Tierra, lo cual hace que esta misión "sea una de las más difíciles y complicadas misiones espaciales" dentro del programa de Exploración Lunar de China. El presidente de China, Xi Jinping ha planteado que China se convierta en una potencia global en la exploración espacial. "No hace mucho tiempo el gobierno de Trump anunció su ambición por regresar a la Luna. Nuestro país también anunció planes para una serie de misiones hacia el espacio profundo", dijo al funcionario del Science & Technology Daily.

Las misiones chinas Chang’e – 4, Chang’e – 5 y Chang’e – 6 tienen mucho en común con las misiones rusas de aterrizaje lunar, Luna – 27 y Luna – 28. Al reunir ambos proyectos se pueden lograr grandes avances.

Rusia tiene una gran experiencia y la tecnología de punta para compartir. China tiene sus propios logros tecnológicos y abundantes recursos financieros. Es dificultoso explorar el espacio exterior individualmente de manera extensiva, de tal modo que la unificación de esfuerzos resulta algo natural. Ambas partes tienen mucho que aportar el uno al otro.

Durante la década de los 90 el proyecto de la Estación Espacial Internacional, EEI era impensable sin la participación de Rusia, de manera que Estados Unidos y otras naciones occidentales se unieron. Rusia ha estado colaborando con Occidente en la exploración espacial durante los últimos 25 años pero las sanciones y el deterioro general de las relaciones la están llevando en dirección opuesta. A los ojos de Moscú Beiyín es un socio confiable.

De visita en el foro Una Faja Un Camino en Beiyín el 14 y 15 de marzo, el presidente Putin declaró lo siguiente: "Nosotros cooperamos en la exploración espacial de manera muy exitosa y todo indica que vamos a aumentar esta cooperación. El suministro de nuestros motores de cohete a China figura en la agenda." Según Putin, "un motor de alta potencia en la agenda, nos brinda la oportunidad para implementar la idea de nuestro avión de amplio fuselaje de manera conjunta con nuestro socios chinos. Existen todas la condiciones para hacerlo".

Rusia y China están trabajando dentro del marco de los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) para crear un sistema unificado para la observación remota de la Tierra. Indonesia, los Emiratos Árabes Unidos, Vietnam, Irán y otros países están siendo considerados como candidatos para unirse al esfuerzo de investigación espacial internacional.

No se trata solo de la investigación espacial con fines pacíficos. Existe en la actualidad una suerte de carrera espacial armamentística, con armamento en desarrollo o ya listo en arsenales de China, Rusia y Estados Unidos. El armamento espacial incluye bloqueadores satelitales, láseres y sistemas y de artillería de alta potencia de microondas. Estados Unidos está planificando el armamentismo espacial y la defensa global anti misilística (BMD sigla en inglés) cosa que es bien conocida. China probó su sistema misilístico anti satelital DN-3 a fines del mes de julio. La prueba falló pero el programa continúa en desarrollo. El sistema ruso S-500 Prometey es el arma más efectiva del mundo –la única capaz de destruir proyectiles balísticos intercontinentales, aviones y misiles crucero hipersónicos y caza bombarderos a velocidades superiores a Mach-5.

Rusia y China han estado colaborando durante años para impedir la militarización del espacio exterior, pero Estados Unidos siempre ha obstruido esos esfuerzos. El primer borrador para un Tratado para Impedir la Instalación de Armamento en el Espacio, la Amenaza o el Uso de la Fuerza Contra Objetos en el Espacio Exterior (PPLOT sigla en inglés) fue desarrollado por Rusia y respaldado por China y fue presentado el año 2008. Estados Unidos se opuso al tratado aduciendo preocupación por sus bienes espaciales a pesar que el tratado de manera explícita afirmaba los derechos inherentes de un estado a su defensa propia.

En el mes de diciembre del 2014 la Asamblea General de la ONU adoptó una resolución propuesta por Rusia de "No al Primer Emplazamiento de Armamento en el Espacio Exterior". Estados Unidos, Georgia y Ucrania fueron los únicos países que se negaron a apoyar la iniciativa rusa. Durante años Rusia y China han abogado por la ratificación de un tratado legalmente vinculante de Naciones Unidas que prohíba el armamento espacial –tratado que funcionarios norteamericanos han rechazado repetidas veces como cínicos principiantes. Estados Unidos no ha presentado ninguna iniciativa propia.

Colocar armamento en el espacio exterior con el propósito de alcanzar supremacía global es una alta prioridad en la agenda del actual gobierno norteamericano. Generalmente se cree que hasta ahora los sistemas armamentísticos no han sido colocados en el espacio exterior. Las armas de destrucción masiva están prohibidas para el espacio exterior según el Tratado del Espacio Exterior del año 1967. En todo caso, el tratado no prohíbe la colocación de armamento convencional en órbita. Ningún acuerdo internacional sobre armamento no nuclear en el espacio exterior ha sido alcanzado debido a las objeciones de algunos estados encabezados por Estados Unidos.

Con todos los giros en 180 grados en su política exterior, el presidente Trump cuenta con una detallada y ambiciosa política espacial. Los sistemas BMD con base en tierra, el avión X-37B, las plataformas del Programa Geosincrónico Situacional de Alerta Espacial (GSSP sigla en inglés) pueden ser reacondicionados como herramientas para la guerra espacial. El Secretario de la Defensa, James Mattis, ha solicitado mayores inversiones para la exploración espacial con propósitos defensivos.

Al referirse al armamento espacial anti satelital y anti misilístico, el congresista Doug Lamborn de los Servicios Armados, dijo: "Algunos de los problemas técnicos acerca de esos conceptos necesitan ser investigados, pero existen muchas opciones muy interesantes". El borrador del Acta de Autorización para la Defensa Nacional para el año fiscal 2018 contempla un mayor énfasis en los sistemas de defensa anti misilística y la intensificación de los esfuerzos en la exploración espacial.

El armamentismo espacial desbaratará los actuales instrumentos de control de armamentos. Esto podría desatar una devastadora carrera armamentista. Este año el mundo recordará el aniversario número 50 del Tratado del Espacio Exterior del año 1967. Resulta un tanto simbólico que entrara en el mes de octubre –mes de la firma del Acuerdo Ruso-Chino de Exploración Espacial. Bueno sería que las naciones que participan en la exploración espacial propusieran conversaciones para impedir el armamentismo espacial. Es ahí donde Rusia, China y Estados Unidos deben cooperar, haciendo a un lado todas las otras diferencias. Esta sería una contribución importante para rechazar la tendencia e impedir la erosión del control de armamentos que se está desarrollando actualmente. En el intento, Rusia y China están iniciando una mutuamente beneficiosa cooperación en lo que algún día podría convertirse en un esfuerzo internacional dirigido por estas dos naciones exploradoras espaciales, intercambiando altas tecnologías para alcanzar resultados tangibles.

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