El empresario de la muerte

Trump nunca ha sido político profesional. Originalmente optó por ser empresario inmobiliario, constructor de redes hoteleras y casinos, propietario del Miss Estado Unidos de América, luego del Miss Universo y, a modo de menudeo, prestigiar con su apellido a edificios y establecimientos de diversos tipos. No soñemos con imaginar que alguna vez fundó o rotuló alguna institución de atención gratuita para necesitados. Y como dijo Gabriel García Márquez, tres vidas tiene el ser humano: La pública, la privada y la secreta, y ni siquiera en la última hallaremos la sorpresa imposible, porque en su balance anual jamás ha existido una partida que lo convierta en una persona socialmente útil.

Pero un día, el rascacielo de su ego le secreteó al oído que dejara de ser mercader minorista, pues frente a él tenía el inmenso mercado mayorista, el de la política, no la responsable, la seria que edifica conciencias, prodiga cultura y resuelve desgracias, sino la otra, la que exhibe ante los pueblos el más variado mostrador-anzuelo del capital, a tal punto que abarca todos los espacios del Planeta, y que se burla de la sociedad por haber dejado atrás al pedagógico juego de 'Monopoly', quizás maestro inicial de su infancia, farol de su camino.

Acepto, dijo. Seré presidente nacional e internacional. Derrotaré con menos votos a mi otro Yo, idéntico a mí, pero con falda. Somos los mismos colmillos, con diferentes mordidas. La diferencia es que algunos cavilan por ella, y yo pienso con mi lengua.

El ahora empresario-político afirmó que EEUU no se inmiscuiría en asuntos de otros países. Citamos cinco de decenas de casos: El primer lengüetazo fue contra la OTAN y las euro-colonias de USA; el segundo, fue probar dos veces el efecto de sus misiles en la carne humana de Siria; el tercero fue vociferar amenazas contra países asiáticos para justificar la instalación de armamento militar en Asia; el cuarto, negar toda prevención para detener el calentamiento global, y el quinto, referido a Latinoamérica es apoyar la política y la economía criminal impuesta por la transitoria estirpe de los gobernantes más amorales que han existido en el continente latino; amedrentar a México con un muro que, entre otros, persigue detener el flujo de droga que pasa a territorio ‘libre’, donde se la "jartan" con anuencia de la clase dominante yanki, pues, bien saben que pueblo drogado, pueblo domado, todo lo cual es aplaudido por los competitivos carteles colombianos; y, con respecto a Venezuela, abreviamos: Aplicar el golpe suave para derrocar al gobierno nacional, destrozar su economía, asilar delincuentes fugitivos, sancionar personeros gubernamentales, bloquearla, dirigir y financiar el terrorismo y, a última hora, anunciar que tiene listo el aparataje para invadir militarmente a nuestro país, obviamente para robar sus riquezas naturales, entre ellas petróleo, hierro, oro, diamante, etcétera, fraccionar el país, posicionarse en él, e instalar en suelo patrio sus bases militares. Esa intervención implica cientos de miles asesinatos de patriotas y antipatriotas.

Fue así como Trump se ‘superó’ y pasó de patrono minorista, a mayorista político en expansión, el mismo que aguarda por el próximo susurro de su hambriento ego para ir ascendiendo sin pausa alguna, hasta alcanzar la imperial condición mundial de EMPRESARIO DE LA MUERTE.

juliancabrerag@gmail.com



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