Principios morales y sanciones flexibles

Generalmente existe cierto grado de hipocresía en torno a la imposición de sanciones contra un país de parte de otro o grupo de otros países. Aquellos que aplican las sanciones aseguran que su destinatario ha hecho algo terriblemente malo que será corregido luego de reconocer que seres superiores están sentando un ejemplo internacional de impecable rectitud moral, aunque resulte dudoso que exista semejante perfección.

Si sancionar países indicara en realidad un comportamiento moral superior a todos los demás en el planeta, este podría posiblemente ser la excusa para sancionar en algunos casos; pero a veces, el inaceptable hecho sucede y la imposición de sanciones es por lo general un acto de mojigata patraña.

Por ejemplo, tomemos a la India que realizó ensayos nucleares en el mes de mayo de año 1998 y Paquistán que hizo lo mismo "con el objeto de empatar" en un contragolpe muy mal aconsejado.

Washington puso el grito en el cielo. El presidente Clinton –célebre por sus altas calificaciones morales—declaró que los ensayos nucleares de la India "evidentemente crean una nueva y peligrosa inestabilidad en su región y… Yo he decidido imponer sanciones contra la India". Posteriormente, Clinton hizo lo mismo contra Paquistán.

Ambos países fueron sometidos a duros castigos económicos a instigación de Washington. Al Banco Mundial y al Fondo Monetario Internacional se les prohibió asistirlos y hubo toda clase de otros castigos. El mundo occidental y especialmente Israel –que había estado produciendo calladamente armas nucleares durante años—esperaron que las sanciones tuvieran el efecto de detener los programas nucleares de ambos países.

El Subsecretario para Asuntos del Sudeste Asiático, mencionó ante el Senado la justiciera indignación del presidente reiterando… "esta acción de parte de la India no solo amenaza la estabilidad de la región, desafía de manera directa el firme consenso internacional en el sentido de detener la proliferación de armas de destrucción masiva."

Pero actualmente, la India y Paquistán cada uno tiene alrededor de 130 cabezales nucleares en bombas y proyectiles balísticos y sus programas de armamento nuclear funcionan a plenitud.

Ha habido una proliferación nuclear masiva. De tal modo, ¿Qué fue lo que pasó? ¿Por qué no funcionaron las sanciones?

Lo que sucedió fue que otro modelo de rectitud moral, George W. Bush (el de "hemos encontrado Armas de Destrucción Masiva", luego de su catastrófica invasión de Irak) decidiera levantar las sanciones impuestas a la India y Paquistán porque como lo explicó su vocero "Nosotros tratamos de apoyar a aquellos que nos apoyan a nosotros. Tratamos de trabajar con aquellos gobiernos que trabajan con nosotros en esta lucha (contra el terrorismo)".

Como lo dijo una vez el gran Groucho Marx, con una cínica mirada sobre el mundo que me rodea.

Las recientes sanciones contra Rusia constituyen un ejemplo de primera mano de rencor malevolente y están dirigidas para hacer la vida lo más dura posible a sus ciudadanos con la esperanza que ellos se insurreccionen y derriben al presidente Vladimir Putin, tal como se hizo con las sanciones contra Cuba para que los cubanos derrocaran al presidente Fidel Castro, en caso que la CIA no consiguiera asesinarlo (cosa que intentaron muchas veces). Estados Unidos ha sancionado a Cuba durante casi sesenta años, pero, tal como lo señala el Cato Institute, "El embargo ha sido un fracaso en todo sentido. No ha cambiado el curso o el carácter del gobierno cubano. No ha liberado a ningún ciudadano cubano… "

Obama intentó poner fin a la insensata, mezquina y rencorosa campaña anti Cuba, pero Trump, el psicótico, devolvió todo a lo "normal" y anunció la introducción de nuevas y más duras sanciones, incluso contra el turismo hacia Cuba. Eso le enseñará a esta gente a respetar a su gobierno. Los trabajadores portuarios y de los aeropuertos, los hoteleros y de clubes nocturnos y restaurantes condenarán a Washington y no a su gobierno por destruir sus puestos de trabajo.

Luego vinieron los años de sanciones contra Irak que penalizaban a sus ciudadanos hasta un grado delictual. La actitud de Estados Unidos fue sintetizada por la embajadora norteamericana Madeleine Albright a quien una vez se le pregunto en televisión si ella consideraba la muerte de medio millón de niños iraquíes un resultado razonable de las sanciones de Estados Unidos. Ella contestó que "Se trató de una dura decisión, pero yo creo que el precio valió la pena". Esta cruel declaración, despiadada, totalmente inhumana describió la política oficial de Estados Unidos, política que se prolonga por todo el mundo.

En todo caso, para eso son las sanciones. Y el último episodio de revanchismo de alcantarilla se concentra en Rusia.

Para satisfacción de los guerreristas y especialmente de la OTAN que busca desesperadamente una razón para continuar con su existencia, la Guerra Fría ha empezado de nuevo.

Desgraciadamente para el orgullo nacional norteamericano existen algunas situaciones en las que tiene que confiar en Rusia. El problema para Washington es que los astronautas norteamericanos son trasladados hacia y desde la Estación Espacial Internacional, EEI en naves espaciales rusas y que algunos de los cohetes norteamericanos emplean motores rusos.

De tal modo que en sus perversas medidas para tratar de castigar a Rusia, el Congreso norteamericano no incluye sanciones que podrían ser contraproducentes para sus programas espaciales. No ha habido informes en la prensa corporativa acerca de este embarazoso zapateo pero, una observación señala que "Funcionarios de la Orbital ATK (fabricante norteamericano de equipamiento aeroespacial y militar) y la ULA (empresa aeroespacial Lockheed-Boeing) respiraron con alivio cuando el Senado norteamericano votó por amplia mayoría exceptuar los motores de cohetes del proyecto de ley para sancionar a Irán y Rusia. La enmienda a las sanciones exceptúa a los motores RD-180 que utiliza la ULA en la primera etapa de su propulsor Atlas V y los motores RD-181 utilizados por Orbital ATK en la primera etapa de su vehículo propulsor Antares. Ambos motores son producidos por la NPO Energomash de Rusia".

Y lo realmente cómico es que el cohete Atlas V es el que lanza los satélites espías. El 1º de marzo pasado la NASA informó sobre la décimo séptima misión del Atlas V cuando "una verificación final del lanzamiento se llevó a cabo a los T-16 segundos de iniciada la secuencia del motor RD-180 en la base del núcleo central del Atlas V y luego a los T-2,7 segundos."

Sería en realidad demasiado pretender que ellos admitieran que el RD-180 se fabrica en Rusia.

El Senado y la Cámara Baja de Estados Unidos apoyan la imposición de sanciones por todo el mundo sobre la base de los más elevados principios excepto cuando sus acciones interfieren con las ganancias de la industria aeroespacial norteamericana y la habilidad de Washington para espiar a Rusia desde el espacio exterior.

La Estación Espacial Internacional es un cálido ejemplo de trabajo en equipo ruso-norteamericano lo cual resulta en un verdadero anatema para cada miembro del Senado y la Cámara de Representantes.

Ni uno solo de ellos ha mencionado nunca la gratitud que Estados Unidos le debe a Rusia por los muchos años de voluntaria cooperación. Tal como lo consignó la NASA el pasado 28 de julio –durante el lapso más alto de la histeria guerrerista y anti Rusia del Senado—Esta mañana un trío de astronautas iniciará su jornada hacia la Estación Espacial Internacional a bordo del cohete ruso Soyuz desde Kazajtán. Ellos se unirán a los tres astronautas que ya se encuentran habitando a bordo de la Estación.

Groucho Marx lo dijo muy bien cuando señaló "Estos son mis principios y si a Ud. no le gustan… bueno, tengo otros." Groucho estaba bromeando, pero el Congreso de Estados Unidos es brutalmente serio. ¡¡Qué partida de patéticos hipócritas!!

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Editorial@strategic-culture.org

Traducción desde el inglés por Sergio R. Anacona



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