"Contra
Israel se vive mejor”
¿Qué otro país habría aguantado? La última escalada es la crónica de una guerra
anunciada y largamente preparada. Una guerra que, no lo olvidemos, se ha
declarado con un Hamás en el gobierno, que construye un túnel desde Gaza, ataca
una base militar en suelo israelí, mata soldados y secuestra a uno de ellos” (Pilar Róala)
Con esta perla arranca su
“peliagudísimo” análisis una señora, tal vez periodista, que sin mirar a los
lados o ver, en la misma página en la que escribe (noticierodigital.com) la
galería de imágenes de una guerra que no pidieron ni quieren los pueblos
árabes, se dedica a pontificar acerca de la tergiversación histórica que hemos
hecho los ciudadanos amantes de la paz acerca del comportamiento bélico de los
gobiernos de Israel en alianza con su sempiterno aliado (Estados Unidos). ¿De qué se puede acusar al gobierno israelí?
pareciera preguntar: de firmar acuerdos de paz, de buscar la paz, respetar la
paz... ¿La paz de los sepulcros?, nos preguntamos nosotros; porque no otra cosa
están sembrando el gobierno israelí y su aliado Bush en el mundo.
No importa que sean niños, mujeres,
ancianos, habitantes desarmados. Cualquiera que no sea como ellos es un terrorista
en potencia. En el mundo unipolar que pretenden construir hay que acabar con la
semilla “terrorista”; que no quede un niño vivo, una mujer paridora, un anciano
con memoria histórica, un hombre con rabia por la agresión. Que se siembren
miles de Mac Donalds en Siria, Líbano, Irán, Irak, la Franja de Gaza. Esa es la
consigna.
Siempre, desde que se inventó el
cine y la televisión, los judíos son las víctimas. Miles han sido las películas
que hablan del holocausto judío. Afortunadamente son muchos los judíos, si,
judíos, que han deslindado campo y han hecho saber al mundo que el problema es
del sionismo. Y que no todo judío es sionista; pero que todo sionista es
asesino y cómplice de las matanzas de su gobierno.
La excusa para acabar,
prácticamente, con El Líbano: el secuestro del soldado Ryan desde un hipotético
túnel construido por Hamás para acosar al “frágil y vulnerable” gobierno
israelí (de película la cosa, no?). Para destruir a Irak, la existencia de
armas de destrucción masiva (mentira del tamaño del planeta mil veces negada
incluso por ellos mismos). Para acabar
con Afganistán, la existencia del archiconocido terrorista, creado y financiado
por ellos, Osama Bin Laden y su participación en la voladura de las torres
gemelas. Suficiente material fílmico
para Rambo. Demasiadas mentiras para nosotros, amantes de la paz y de la
pluriculturalidad mundial.
La historia, que es diferente al
cine, poco a poco ha ido reconstruyendo verdades. Y esas verdades apuntan a que
era más provechoso para los gringos que saltaran por los aires las torres
gemelas porque así como destruían, se apoderaban del petróleo, sembraban sus
Mac Donalds y aseguraban los contratos de reconstrucción en manos de los
propios halcones asesores de la guerra.
La historia, que es diferente al
cine, le está diciendo a Israel, a Bush, Blair y a los segundones de esta hecatombe que hay pueblos que no se rinden y que el
horror de la guerra no sólo lo viven los invadidos. La historia, que es diferente al cine, está
mostrando un mundo que se levanta y que dice BASTA. Basta a la agresión
yanqui-sionista en el Medio Oriente. Basta a las matanzas. Basta de comprar
petróleo con la sangre de los pueblos del mundo.
Y hoy, en Venezuela, miles de voces
nos alzamos y movilizamos a la
Embajada de Israel para gritar, con dolor y rabia: respeto a
la vida de nuestros hermanos del Medio Oriente; Solidaridad con el pueblo
Palestino; tierra para Palestina; paz para el Líbano; cese a las amenazas y
exterminio del pueblo irakí…Paz para el pueblo afgano.
POR UN MEDIO ORIENTE LIBRE DEL
INMPERIALISMO-SIONISMO, PRESENTE, PRESENTE, PRESENTE