Economía: Petroleo y terror

Los atentados ocurridos la semana pasada en Paris, revindicados por el Estado Islámico (ISIS) son la punta de un iceberg, invisibilizado por las grandes multinacionales de la noticia. Para ellos la noticia es solo un medio para recrear un enemigo y generar pánico, confusión y odio. Con el inicio de un nuevo siglo fuimos testigos de los atentados 11/9 en New York. Todavía estaban humeantes las ruinas del World Trade Center cuando vimos por CNN a un George W. Bush, declarar que “Dios está con nosotros” y así justificar su cruzada antiterrorista en el medio oriente, epicentro energético mundial. El resultado ha sido totalmente opuesto. De un enemigo fabricado como Al Qaeda pasaron fabricar al ISIS, quienes supuestamente combatirían y derrotarían a los enemigos del capital internacional, sin que las potencias occidentales pusieran soldados en el terreno. Por otro lado ha aumentado la cantidad de muertes no por ataques terroristas sino, paradójicamente por la guerra desencadenada. Las muertes civiles, que nada tenían que ver ni con unos u otros, en Irak, Siria, Afganistán y Libia son infinitamente superiores a los producidos por los ataques terroristas. No se justifica el terror por el terror.

Pero ¿qué hay detrás de toda esta parafernalia de guerra, dolor y muerte? La respuesta es simple: Petróleo. Con cada nueva intervención directa, con tropas en el terreno o indirecta con la financiación de grupos de “oposición democrática”para desestabilizar los gobiernos de la región, el precio del petróleo subía cada vez más. Esta fue, si se quiere, la peor de las consecuencias para las potencias interventoras en su afán de controlar las fuentes de recursos. Atrás quedo el recuerdo de las “víctimas del terror” como las denomino CNN en su momento. Arabia Saudita y los EEUU principales actores en esta tragedia, pero también los máximos beneficiarios, se dieron cuenta que una vez derrotados y muertos Saddam Hussein y Muamar el Gadafi, con Egipto Yemen, Argelia, Túnez en llamas, el único gran enemigo que les quedaba era Irán. Pero la crisis capitalista hizo que los EEUU cambiaran su postura. Lo que comenzó con un tibio acercamiento hacia Teherán término con la firma de un acuerdo, donde el tema nuclear pasa a un segundo plano, y que en términos prácticos no es más que una tregua necesaria para que los precios del petróleo bajaran hasta su nivel actual, con la reanudación de suministros de petróleo que pasan por el territorio iraní y controlando casi todo el medio oriente. Con esta estrategia los EEUU y Arabia Saudita se distanciaron, pero no lo suficiente para frenar el terror. Los saudíes que financiaron en Egipto la “Hermandad Musulmana” le inyectaron más dinero para derrocar a Bashar al Assad en Siria. Los EEUU por su parte les “dono” los “humvves” y tanques con los que tanto les gusta fotografiarse para generar terrorismo gráfico. El material de guerra pasa sin el menor contratiempo por las fronteras de Turquía otro aliado incondicional de los “gringos”. Y en menos de lo que las corporaciones de noticias tardan en mentir al mundo, ya teníamos al Estado Islámico. Desaparecidos Irak y Egipto en términos políticos del medio Oriente, y con el espectro de una guerra entre Irán y Turquía sobre lo que una vez fue Irak, Arabia Saudita se erige como el único arbitro con el poder y el consentimiento tácito y practico de los EEUU quienes a su vez estallan de alegría al ver descender los niveles de los precios del crudo.

No es casualidad que en el territorio controlado por el ISIS a sangre y fuego hayan fundado el Califato del Estado Islámico de Irak y Siria, controlando un espacio similar al de Jordania y donde se encuentran numerosos campos petroleros como para emprender un proceso de exportación hacia el mercado negro. Con ello bajan aún más los precios por la sobreoferta. Pero la gran interrogante es ¿Quién compra ese petróleo barato? ¿Serán los mismos “paladines occidentales” que llevan “democracia y libertad” con tropas a todo el globo? ¿Serán los mismos que los combaten? Esto explicaría que año y medio de bombardeos con la máxima tecnología a su disposición por parte de una coalición de potencias neocolonialistas hayan sido ineficaces para derrotar al ISIS. Solo la intervención de la aviación rusa pudo contener y hacer retroceder a estos “supuestos” terroristas. Y digo supuestos porque los verdaderos terroristas están a miles de km de distancia en los centros de poder económicos que generan y controlan la guerra como el máximo negocio del siglo XXI.

 



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Hugbel Roa

Ministro para Educación Universitaria, Ciencia y Tecnología

 @hugbelpsuv

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