Nunca seré político. Soy revolucionario. Tú solo y yo quedamos. García Lorca

El 19 de Agosto (el historiador Ian Gibson afirma que fue el 18 de agosto) del año 1936, entre el camino de Viznar a Alfacar muere fusilado el poeta y dramaturgo español Federico García Lorca.

Federico se reía. Creía que aquello no era más que una travesura de niños. No veía nada detrás. Se reía como de una buena broma. Pero esa risa, esa confianza en que el hombre es siempre humano, ese creer que un amigo, fascista o no, es un amigo, le costó la muerte. Porque fueron unos amigos, amigos que él contaba entre sus mejores, quienes en el último momento resultaron ser ante todo y sobre todo fascistas (Martín, Eutimio 1972).

Y es que su detención tuvo lugar  en la vivienda de sus amigos... los hermanos Rosales.

Su asesinato ha sido objeto de muchas especulaciones, pero quizás, uno de los juicios más acertados es el del historiador Ian Gibson: se acusaba al poeta de ser espía de los rusos, estar en contacto con éstos por radio, haber sido secretario de Fernando de los Ríos y ser homosexual.  Como puede leerse, los cargos importantes estan vinculados a la presunción de su actividad política y su pensamiento (evidenciado además en sus escritos), expuestos allí como toda una novela de espías y agentes secretos, de manera que aquí, el asunto medular es su filiación política y filosófica y no su polaridad.

Por su parte, las autoridades franquistas lo acusaban  de ser socialista, amigo de Fernando de los Ríos (quien propuso un socialismo humanista, desde una perspectiva reformista y dentro del marco político de la democracia liberal burguesa), y masón, supuestamente perteneciente a la logia Alhambra, en la que adoptó, según sus perseguidores, el nombre simbólico de Homero, y como colofón, le atribuían prácticas de homosexualismo y aberración.

Pasó su última noche en el pueblo de Viznar, en una cárcel improvisada junto a otros detenidos, todos revolucionarios de sólida presencia: el profesor y humanista Dióscoro Galindo, y los anarquistas Francisco Galadí y Joaquín Arcollas. Fue fusilado junto a estos compañeros a las 4:45 h de la madrugada del 19 de agosto de 1936, dos días después de comenzar la Guerra Civil española.

En el año 2014 se iniciaron los trabajos de localización de la fosa donde fue enterrado, y de identificación de cuerpos, aunque dada la negativa de la familia del poeta parece improbable la exhumación de sus restos, que pudiera permanece enterrado en una fosa común anónima en algún lugar cercano a su fusilamiento.

Lo que si es un hecho es que la dictadura Franquista ocultó siempre los detalles de su asesinato.

Lorca es un referente obligatorio de la literatura española del siglo XX, su vida y obra son un idilio entre a la creación y los avatares del artista comprometido de todos los tiempos. Supo amalgamar la mas delicada belleza de la poesía con una elevada claridad de conciencia, sumado a un sentido de pertenencia que embelezaba a la España trascendente y abismal.

Para el Profesor Luís de Llera, de la Universidad de Génova, "el genio poético estaba encarnado en Federico, y la poesía era casi un producto natural de su ser. Todo lo que tocaba adquiría ritmo, musicalidad, embrujo... Gongorismo, vanguardismo y populismo se abrazaban en Lorca en una poética original y única... En Lorca se funden la poesía culta y la popular, la tradición y la modernidad, el localismo y la poesía universal... Su nombre ha servido de bandera a grupos y partidos muy alejados de los ideales humanos y políticos del gran poeta... http://www.falange-autentica.es/categorias/cultura/538-federico-garcia-lorca-y-los-falangistas

El poeta Lorca, el humanista, el sicoanalista de lo español en su más desnuda esencia exclamaba:

Yo nunca seré político. Yo soy revolucionario porque no hay verdadero poeta que no sea revolucionario.

Para aquellos representantes de lo anodino en la poesía o en la dramaturgia (que son dos alas de un mismo sueño); o de hieráticas y circunspectas construcciones para el uso y disfrute de un reducido grupo de doctos de académica arrogancia, sin atajos o vericuetos accesibles a los grandes contingentes humanos, y para los acólitos de la avezada erudición gimnástica de la palabra escrita,  Lorca es un verdadero dolor de cabeza: a su obra no se le puede vaciar o arrancar lo sensual, lo campechano, franco, sincero, directo, además de aplomado y consistente; sin que por ello deje de ser insondable, amplia, docta y plena de un discernimiento empoderado en su España, a la que quizo re-pre-sen-tar, como modelo universal a partir de cotidianidades particulares.

Es el poeta español más musical del siglo XX; para quienes estamos familiarizados con la música de tradición escrita, sus obras son como partituras de las que van saltando notas y acordes llenos de coloridos y pasión. Esto no es una especulación personal, Lorca conoció y fue amigo de grandes compositores españoles, de los tablaos, y de las manifestaciones andariegas que remataban, como dice Serrat, en la guitarra del mesón de los caminos.

Recordar a Lorca es hacer arqueología de la memoria de los cielos, de las lluvias de estrellas, pero también de lo terreno, de las pieles sudorosas de amantes entregados al amor, de la inenarrable experiencia que abriga un baño desnudo en un riachuelo, así como también de la empecinada necesidad de la especie humana de librarse de ataduras y formalismos que enturbian la existencia.

Es una paradoja que los portavoces o sustitutos de sus asesinos, brazo de la Inquisición en el siglo XX, pregonen el derecho a la democracia y a la supuesta libertad del pensamiento: son los mismos verdugos de Machado, Hernández y los perseguidores de cuanto Quijote haya pisado esas tierras... el reyezuelo de esos inquisidores intentó callar a un americano de telúrica presencia en un desencuentro internacional, pero el eco de los tiempos sepultó inexorablemente la desteñida monarquía de aquel, porque otras voces han encajado al nuestro en sus gargantas.

Maestro.

¿Qué doncella se casa

con el viento?

Niño.

La doncella de todos

los deseos.

Maestro.

¿ Qué le regala

el viento?

Niño.

Remolinos de oro

y mapas superpuestos.

Maestro.

Ella ¿le ofrece algo?,

Niño.

Su corazón abierto.

Maestro.

Decid cómo se llama.

Niño.

Su nombre es un secreto.

(La ventana del colegio tiene
 una cortina de luceros.)

(Escuela 1927)

salud y república para vos...Federico García Lorca

salud!!!



Esta nota ha sido leída aproximadamente 5384 veces.



Diego Silva Silva

Compositor- Guitarrista- Investigador-Articulista-Conferencista. Licenciado en Educación. Ha recibido, entre otros reconocimientos (en las áreas de la música sinfónica, de cámara, electroacústica): Seis Premios Nacionales de Composición, Siete Premios Municipales de Música; el Premio Latinoamericano de Composición Casa de las Américas; ha presentado sus obras en Moscú, EEUU, Cuba, Nicaragua, Francia, Inglaterra, España, Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia, Uruguay, Siria y Canadá; Investigador de la música del pasado colonial de Venezuela (restauró un extenso legajo de Canciones Patrióticas Sinfónico Coral caraqueñas desconocidas); ha estudiado las diferentes manifestaciones de la gran diversidad que representan las músicas de América y el mundo no occidental; fue asesor del departamento de investigaciones culturales del Ministerio de Cultura de Nicaragua (1983-1987); fue Vice-presidente de la Sociedad Venezolana para la Música Contemporánea y Presidente de la Comisión Artística de la Orquesta Filarmónica Nacional. Ha dirigido la Orquesta Sinfónica Venezuela, la Municipal de Caracas, de los Llanos, de Falcón, de Aragua, la Filarmónica y otras agrupaciones orquestales incidentales. Ha sido guitarrista acompañante de: Gloria Martín, Alí Primera, Lilia Vera, Cecilia Todd, Los hermanos Godoy, Isabel Parra entre otras y otros. En los años 70 fue miembro Fundador de la Camerata Renacentista de Caracas en donde se desenpeñó como laudista, vihuelista, violinista y percusionista.


Visite el perfil de Diego Silva Silva para ver el listado de todos sus artículos en Aporrea.


Noticias Recientes: