Crisis en el Partido Comunista chino: una referencia histórica

Una revolución es algo muy serio para dejarlo en manos de la soberbia; claro, debemos comprender el objetivo significado de la soberbia, su desarrollo en diferentes debilidades humanas y sus implicaciones e impactos en una sociedad en referencia porque sus consecuencias nos podrían llevar a situaciones objetivas de confrontación entre miembros de la sociedad y entre naciones tal como se expresarían con la Alemania nazi por las realidades sico-pragmáticas de Adolf Hitler. Pero no dejemos nada en el tintero porque así como señalamos a Adolf Hitler por sus decisiones en objetivas aberraciones contra el “ser social” no solo hacia el ciudadano alemán sino con todas las sociedades del continente europeo también debemos señalar a aquellos quienes por razones incomprensibles no actuaron confrontándolo ni tomaron decisiones temporales y firmes que reprimieran aquel proceso paulatino que se venía desarrollando con los sucesos históricos socio-políticos que venía impulsando el austriaco en su siquis de intelectual acomplejado como bien lo describiera el alemán Emil Ludwig.

Nos vamos a permitir expresarnos sin ninguna generosidad intelectual porque corren tiempos de “Cumbres borrascosas”, globalmente, cuando observamos los movimientos de estrategia militar global que “tirios y troyanos” mundiales vienen desarrollando ante la más profunda crisis que se viene expresando desde los paradigmas establecidos por el “neo-liberalismo” mundial gracias a la propia dinámica del desarrollo del sistema capitalista cual, obligadamente, debe confrontarse con “sus propios demonios”. En ese marco internacional, Venezuela no está exenta de verse involucrada en esos escenarios mundiales por sus propias realidades en el marco de todas sus variables analizables que requieren de decisiones nacionales que los actores fundamentales decidan alcanzar por las obligaciones morales que se corresponden con tal escenario global de estrategia militar. Por ello dicho escenario nada hipotético nos obliga a poner sobre la mesa de análisis todas nuestras realidades actuales considerando las ventajas y contradicciones que el proceso revolucionario en su etapa actual obligan cuales, a su vez, a los factores decisorios objetivar sus propias realidades para poder alcanzar sus propias ventajas y limitaciones objetivas.

En el marco de lo ante-expuesto como historiadores siempre, por defecto profesional, nos remitimos a realidades históricas pasadas como referencias comparativas que pudieran objetivar nuestros propios pecados actuales en objetividad. A la referencia histórica nos atrevemos a adicionar nuestras experiencias en los escenarios internacionales como diplomático y estudioso de los escenarios internacionales para en la conjugación de lo histórico, lo diplomático y los escenarios internacionales tratemos de alcanzar un equilibrio entre lo interno y las incidencias reales de lo externo sobre lo nacional. En ese contexto propuesto nos hemos decidido exponer algunas de las variables que incidieron en el proceso revolucionario que se expresara en la sociedad china antes y durante la primera etapa de la presencia del Partido Comunista Chino (PCCh) como ente estructurado, políticamente, en el marco de su propia y objetiva realidad política.

Si hemos decidido que la actual etapa de la revolución venezolana tendría su expresión primaria en el “27 de febrero”, la revolución china la tuvo en su “4 de mayo” y en su desarrollo “aguas abajo”, la sociedad china se vería involucrada en un proceso de cambios políticos donde todos los factores sociales chinos se vieron involucrado tanto aquellos nacionalistas como aquellos adscritos a la adhesión de “bailar un bolero” con las “14 Potencias” en su expresión de “kow-tow”, es decir, humillación contra-nacionalista.

Así como se expresa en el marco de la revolución venezolana en una de sus etapas revolucionarias que la Revolución cubana tendría una influencia fundamental en aquellos espacios histórico-revolucionarios cuales para nos fueron decisiones equivocadas en contraposición a los procesos socio-económicos y de confrontación en los espacios geográficos llaneros (Miguel Izar) cuando consideramos esas realidades históricas en sus desarrollos confrontados en los años 60 con las diferentes expresiones de poder de los status quo histórico-nacional-colonial, en paralelismo comparativo conocemos de las influencias externas en el proceso revolucionario chino cuales Joseph Stalin ejerciera, temporalmente, con una profunda y patética influencia tanto en los órganos decisorios del PCCh como en la implementación de aquella política impuesta por el propio Stalin en contraposición con las propuestas de León Trotsky en el seno del Comintern referida al “Frente Unido Nacional”. Es decir, una relación equilibrada y respetuosa no se conocería en el proceso político temprano del desarrollo tanto del PCCh como partido revolucionario como en la imposición de lo conceptual-significativo en objetividad del “Frente Unido Nacional” en China.

Precisemos para nuestra mejor comprensión dialéctica. En nuestras conversaciones con el historiador-experto en la Historia del PCCh, Dr. Li Xin, como con su contraparte chino-taiwanés cuando tuvimos la oportunidad de un intercambio de ideas con el historiador oficial de la Historia del partido nacionalista, Guomindang, ambos historiadores quienes discutirían, académicamente, en la ciudad de Los Ángeles (EEUU de América), sobre aquella etapa del “Frente Unido Nacional”, ambos nos comunicaron, por separado, sobre aquellos errores que se cometieron en el proceso revolucionario nacional cuando “lo nacional” fuera desplazado por las influencia externas no conocedoras, en profundidad, de la idiosincrasia y teluridad nacionales china. Es decir, en alguna ocasión algún funcionario chino nos explicaría que el profundo error que cometerían tanto la Rusia soviética como las “14 Potencias”, fundamentalmente, los EEUU de América, sería el significativo y profundo desconocimiento de lo “cultural histórico de China”. Por ejemplo, nos mencionaría las novelas “La Tempestad”, “La familia”, los textos de Lu Xun, entre otras expresiones culturales chinas; algo así como que Washington buscara consolidar su influencia en la sociedad criolla sin haber leído “Lanzas coloradas”. Dejamos en el tintero lo conceptual referido a la Dependencia y la alienación paradigmas expresivos del desarrollo del sistema capitalista para Venezuela.

En el marco de nuestro desarrollo conocemos que el proceso nacionalista chino no socialista se vería influido por la Revolución bolchevique cuando ésta se expresaba como una revolución de obreros y campesinos rusos cuando la verdad verdadera de la realidad china en aquellos momentos de la década de los años 20 del siglo próximo pasado se expresaba en las realidades sociales de una fuerte migración del campo hacia las ciudades industriales china fundamentalmente sobre aquellas ciudades sobre las costas del río Yangtzé para poder transformarse bien como obreros alienados de las fábricas cuyas propiedades estaban en manos de las “14 Potencias” o bien transformarse socialmente de campesinos desplazados en “lumpen-proletariat” ubicándose en los suburbios de, por ejemplo, Shanghai-Pudong, como muy bien lo expuso en sus informes a la Cancillería venezolana el diplomático falconiano, José Miguel Ferrer. A título de información podríamos considerar como la huelga más importante que se manifestara en aquella década referida más arriba sería la “Huelga de estibadores y marineros de Cantón y Hong-Kong” que agruparía, según textos históricos, más de cien mil chinos, huelga que fuera apoyada por los grupos sociales de desplazados de Cantón, es decir, los desempleados y el lumpen-proletariat cantonés y hongkonés.

Entre las imprecisiones que se han impuesto en lo real-histórico de la influencia de Joseph Stalin sobre el proceso revolucionario chino para nada socialista sino siendo un proceso sustentado en las tesis político-ideológicas impuestas por la Tercera Internacional (Comintern), es el referido al conocimiento del “marxismo”, como ideología, en China cual, según Moscú, sería una importante y fundamental aportación bolchevique al proceso revolucionario y preparación intelectual de los cuadros revolucionarios chinos. Importante y fundamental error histórico-conceptual, tesis que, evidentemente, ha influido, equivocadamente, en el movimiento revolucionario mundial desde una óptica socialista. Para precisar nuestra aseveración la sustentamos en el texto analítico de la académica, Li Yuning (The introduction of socialism into China”. East Asian Institute. Columbia University. London, 1971, pp. 143), quien demuestra como lo conceptual del marxismo llegaría a China desde los EEUU de América vía Japón durante los años finales del siglo XIX.

Tratamos de exponer en objetividad las bases reales que se irían presentando en el proceso revolucionario nacionalista en China en cuanto a las influencias ideológicas en ese proceso socio-político. En ese contexto, como lo pudiéramos demostrar en nuestras investigaciones en la Hemeroteca del Comité Central del PCCh y en nuestras conversaciones con el Dr. Li Xin, el “ideario Vladimir Ilich Lenín” sería fundamental como referencia en las discusiones que se presentaban, por ejemplo, entre Li Dazhao, Chen Duxiu, Mao Zedong, Chiu Chubai, Chen Guodao, entre otros dirigentes provinciales previo al 1r. Congreso del PCCh celebrado en la ciudad de Shanghai entre los días 21 al 27 de julio de 1921.

Cuando nos atrevemos trasladarnos en el marco de este diálogo comparativo, nos hemos venido preguntando sí no fuera equivocado que quienes desarrollaron el proceso militar revolucionario en la década de los años 60 del siglo próximo pasado, se decidieran desarrollarlo en zonas montañosas quizás por aquella influencia de la Revolución cubana y no considerar las realidades históricas que se fueron expresando durante años de la Colonia en las regiones llaneras de Guárico y Apure. Lo expresamos porque ante los fracasos del “Frente Unido Nacional”, del “putchismo”, del desconocimiento objetivo de la realidad social y económica china y gracias al estudio que realizara Mao Zedong sobre la composición social en China (1928), junto a las continuas derrotas tanto de grupos anarquizados como de las persecuciones de las derechas sobre cuadros del PCCh, se comprende la decisión del PCCh por instancia de Mao Zedong realizar la “Larga marcha” sustentada en aquel proceso histórico cual se desarrollaría durante la primera mitad del siglo XIX con la “Rebelión de los Taiping”.

¿Por qué el PCCh entró en una crisis de identidad? Cuando Stalin por intermedio de sus representantes en China como, por ejemplo, Mihail Borodin, le impusiera al Comité Central del PCCh la política dual de “lo interno y lo externo”, es decir, “lo interno” sería incorporarse oficialmente al partido nacionalista, Guomindang, obligándolos a aceptar las líneas políticas que decidiera, en última instancia, el derechista Chiang Kaishek, agente estadounidense no declarado, y “lo externo” cual fuera la expresión chucuta del proceso del desarrollo estructural-funcional del PCCh, es decir, la creación de las lógicas secretarias que en cualquier partido político serio y revolucionario se expresan; en el marco referente, era de toda lógica que el PCCh entrara en profunda contradicción interna con fuertes enfrentamientos entre sus diferentes líderes fundamentales y los más importantes; es decir, el PPCh, aparentemente, no estaba tomaban sus propias decisiones sino que las mismas, es decir, las decisiones, provenían de Moscú, se impondrían sobre su dirigencia alienada educadamente con las lógicas consecuencias de que el PCCh se convertiría en apéndice de las políticas nacionales interesadas de Joseph Stalin.

Curiosamente ni Chiang Kaishek ni Mao Zedong aceptaron aquella realidad con lo cual más temprano que tarde era de toda lógica que se produjera el rompimiento del “Frente Unido Nacional”, se desarrollaran las contradicciones internas y los enfrentamientos entre sus dirigentes fundamentales que, en cierta medida, serían controlados gracias a las realidades del fracaso y derrota, a los controles del Guomindang y las influencias de las “14 Potencias” conjuntamente con las realidades de las mafias chinas shanghainesas, verde y blanca.

En  nuestro parecer, el PCCh se vió al borde de su propia extinción no solo como partido político revolucionario sino al propio proceso revolucionario-nacionalista cuando acepta sobre sus propias decisiones la imposición de los intereses geopolíticos de Joseph Stalin quien necesitaba desplegar en China un escenario de “caos y crisis permanente” buscando desarrollar contradicciones en las exportaciones de las “14 Potencias” hacia los mercados internacionales, confrontar los problemas reales fronterizos rusos en su frontera norte-occidental, imponer las tesis ideológicas en la globalidad revolucionaria cuales se demostrarían como equivocadas en tanto y cuanto estaban sustentadas en una dialéctica histórica simplista y dogmática.



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Miguel Ángel Del Pozo


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