Quien y que es un soldado de Colombia...

El soldado de Colombia es un hombre sencillo, habitante de las veredas y las barriadas mas humildes, muchas veces de los barrios de invasión, esos barrios enclavados en las lomas mas altas o en los rincones mas desapercibidos de las ciudades y los pueblos que huyeron de la violencia y la pobreza, es un ser humano enfundado en el pixelado de su uniforme camuflado, dispuesto a reiniciar día a día como si fuese un renacer sus caminatas, sus trotes, sus patrullajes, sus jornadas de "volteo", su duerme vela ambivalente.

Nacio como soldado, se hizo soldado muchas veces bajo el ejemplo obligado de sus ascendentes y familiares y así se va a quedar, es un tipo paranoico, mirando muchas veces con desconfianza incluso a sus mismos compañeros de armas, ligado a los amaneceres peculiares en el batallón, y donde vaya se hace evidente por mas que intente pasar inadvertido, pues con su uniforme, su fusil, representa a la autoridad, a la ley y el orden. Es un hombre profundamente solitario porque ha perdido los puntos de apoyo en su vida nómada. Las comunidades muchas veces lo repudian, pero aun así , siempre esta hay dispuesto a intervenir, a jugársela por los demás, a velar por la tranquilidad y seguridad colectivas sin mayor recompensa que la de saber que cumple cabalmente con sus ordenes.

Ha sido victima de Colombia, de su violencia y muchas veces, muchísimas la ha generado, se ha corrompido, dejado de la mano del país mismo, embolatado y pensativo en los arriendos difíciles de pagar, en los mocos de sus hijos escolares y en la dualidad afectiva de su esposa cuando tiene la oportunidad de verlos bien sea en un permiso, en una franquicia en unas vacaciones, embolatado en la canasta familiar, en los anhelos de conseguir una casa, de ayudarle a sus papas a quien envía muchas veces mas de la mitad de su sueldo, si es soltero embolatado en la distancia y la intensidad de su novia de aquella muchacha que lo espera o de las muchachas que lo esperan, embolatado en el temor que lo ha vuelto agresivo y distante, que lo ha convertido, en algunas veces en un ser huraño.

Su horario no es propio, depende de todas las sordideces, de las necesidades para el trágicas de la seguridad nacional, vive prestado pues sus horas y sus días no son suyos, son del turno de centinela, de la guardia, de la patrulla, de la operación que le toca, del tinto tibio y el huevo duro, de los enlatados de su ración que se harta de comer, de las ordenes de mando de sus superiores, de los amaneceres en los recovecos de la selva o de las urbes, de los estruendos, de los hostigamientos y los combates, del olor a pólvora, del temor a llegar mutilado o envuelto en una bolsa negra, un cajón y una bandera tricolor a su casa, de las palabras necias de la misma ciudadanía.

Es el soldado de Colombia, "el soldo" a quien se repudia pero a quien se acude en caso se necesidad, con esa doble moral ciudadana, pese a su poder, nacido de la fuerza, es un hombre humilde, sencillo, metido en la "vaca loca" del dominio sobre el destino de los demás. Es hijo del pueblo, ama la vida, sueña con prologarla en el tiempo. Esta poco preparado intelectual y técnicamente, y muchas veces sus discernimientos no van mas allá de lo meramente lógico y táctico, de la malicia indígena, del sentido común; por eso se equivoca, infringe los derechos humanos, infringe las normas y las leyes, es injusto y apresurado, también violento; pero no es su culpa, el estado colombiano lo ha postergado, ha dejado a un lado su educación, le basta con verlo parado, con verlo salir en propagandas, con verlo voleando su dedo indice en una carretera, vestido de camuflado, con vender una imagen heroica casi caricaturesca dispuesto a lo que se venga, a lo que sea.

Y estos problemas del soldado y de las fuerzas militares, provienen del proceso mismo de su creación, incluso desde cuando se dio lo que conocemos como la patria boba enfrentamiento fratricida que facilito la reconquista española y el régimen del terror, situación que se postergo en el ejercito patriota, el cual libero a nuestra patria, se creo y se creyó en una causa la independencia, había mística y muchos valores y virtudes militares pero las tropas en si no eran mas que un conjunto de altruistas anónimos motivados por el honor y la gloria de la patria pero sin mayores conocimientos puesto que los avateres y afanes por nuestra primera independencia no daban tiempo para formalismos y protocolos, posteriormente llegaron las guerras entre federalistas y centralistas, la guerra de los mil días, ocasiones que dividieron la unidad castrense y la convirtieron en andamiajes y brazos armados de los intereses sociales, económicos y políticos de estas épocas.

Nacio la constitución de 1886 y el ejercito nacional de Colombia paso a ser uno solo, dependiente de un ministerio de guerra para alejarlo de las políticas partidistas pero no de los intereses ideológicos de quien gobernara y tuviera el control del estado, el soldado colombiano se vio envuelto en la masacre a las bananeras, en la represión contra el pueblo, en la sofocación de las cuadrillas de bandoleros liberales y conservadores, en los intentos de exterminio desesperado contra las guerrillas comunistas, y se ha visto envuelto a veces con su indiferencia, o su autorepresion psicológica, o la malinterpretacion de una moral, de un deber, de unos seudovalores patrios que le hacen malinterpretar y se los inculcan para manipularlo y favorecer oscuros intereses de una clase política y social y de sus amos foráneos que dirigen nuestro país y que aunque necesita del soldado para sostener la ignominia lo mira con desprecio y lo intimida precisamente porque teme que ese mismo muchacho se rebele tras despertar de dicho estado de cosas, desde los años 90 las fuerzas armadas comenzaron a planificar la modernización de las mismas para exterminar a las guerrillas marxistas que nacieron y se resistieron a las represión de los años 50 y que actualmente siguen combatiendo y quien sabe por cuanto tiempo mas, desde entonces en esa carrera contrainsurgente se han tecnificado, han crecido pero el soldado el hombre de base ese mismo poco o nada ha visto como cambien sus condiciones de vida.

Este incomprendido ciudadano salido de la entraña popular ha sido un colombiano de tercera, pero al mismo tiempo, que pasa necesidades y como ser humano también siente, que en su pobreza es un protagonista de la vida nacional, por eso amplios sectores de las fuerzas militares se han visto envueltos en miles de delitos, atrocidades, se ha prestado a la corrupción, a la injusticia, al terrorismo de estado.

Hoy un país que requiere un control inmenso sobre su sicosis colectiva, sobre su descomposición vital, necesita a su vez unas fuerzas militares optimas, ligadas indeclinablemente a un verdadero compromiso por la soberanía nacional, por unos verdaderos valores patrios y emancipadores y no a los círculos de poder o a los guiños de dramáticos del dinero fácil, de las vacaciones por las bajas en combate, de los planes "bahía" ganados por resultados de las felicitaciones, las medallas y condecoraciones conseguidas muchas veces no todas tras mancharse las manos de sangre, Por eso los jefes militares andan metidos en campañas de depuración del cuerpo, pero otros y quizás la mayoría en solo seguir distraídos agachando la cabeza a los dictámenes de unos políticos civiles que ni siquiera saben lo que pesa unas botas o un fusil de un soldado, aun así el soldado colombiano se ve en riesgo de caer a prisión a cumplir penas que lindan con cadenas perpetuas, se ve en riesgo de venderse por unos miseros billetes al narcoparamilitarismo, se ve en riesgo de que al pasar a ser reservista y tras salir a la calle o volver a su vereda poco o nada su pasado militar le servirá y pasara a ser uno mas de la muchedumbre inconforme, corre el riesgo de volverse loco, de salir de sus cabales, de convertirse en un desviado sexual, de convertirse en un resentido social que quizás a lo mejor termine en filas de los enemigos subversivos a los cuales combatió con todo su animo creyendo servir a la patria y después sus compañeros o excompañeros lo tilden de traidor, creyendo defender una bandera creyendo en su juramento sagrado, corre el riesgo de salir muerto o mutilado a su casa y caer presa del abandono de estado, el soldado colombiano es victimario pero también victima. Hay miedos y desconfianzas entre ellos, hasta el punto que piensa que su lanza pueda ser un infiltrado, lo moraliza pensar en un mañana mejor pero lo desmoraliza el saber que hace parte de un circo triste, varios organismos lo señalan día tras día, otros intentan encubrirlo, hay cada vez mayores implicaciones en acciones delictivas, y cada vez participa menos de la vida ciudadana, todo se sabe pero nada se dice, hay un daño hacia afuera y hacia adentro de las fuerzas militares de Colombia, y aunque a muchas situaciones se les haya intentado poner coto todo sigue igual, es un status quo que fuerzas oscuras quieren mantener.

A pesar de todo se guarda la esperanza y se sabe que también dentro de las fuerzas militares y sus reservas existen soldados patriotas, hombres honestos aquellos que no olvidan un verdadero juramento, aquellos que se irritan con la sumisión de sus mandos a militares extranjeros, que se cuestionan por su papel de soporte y garante de un estado y un orden injusto de cosas, que se encolerizan a escondidas por ser cómplices del saqueo de la nación y la represión contra el pueblo, que clandestinamente ventilan a la opinión publica la oscuridad con que se manejan muchas cosas al interior de las fuerzas, que anhelan un país en paz, que les causa rabia el ver como los hijos de aquella clase parásita que defiende si tienen un futuro prospero y cómodo mientras el tiene que vivir y sobrevivir en medio de un panorama incierto y aciago el mismo que vive su familia, a pesar de todo se guarda la esperanza y el guarda la esperanza de que las cosas en nuestra patria cambien, es aquel hombre que hace parte de un conjunto de inconformes que anhelan ser incluidos y tenidos en cuenta como pueblo y no ser mirados con paranoia, con resentimiento, y desprecio vengativo cuando sale a protestar por sus derechos, es el soldado de Colombia un hijo del pueblo.



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Manuel Andrés Ibarra


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