Ruralidades

Obama y Danny Rivera

Cuando uno, no humilde porque la humildad es un lastre, sí campesino venezolano de las serranías que de las “hulleras de Naricual” son,  escribe con mucho respeto de la actitud obediente del presidente de Norteamérica, aun fuerte en armamento esa nación, los eunucos de acá exaltan al negro mandatario con la pretensión de ocultar la utilización de la que está siendo objeto por las corporaciones y sus peones. Por los mismos que le pusieron la mano al poder de fuego anidado en la OTAN  y el Pentágono, amén de los grandes capitales atesorados desde que saquearon a la ya rendida Alemania de la segunda guerra mundial provocado por “ellos” mismos, y de los que Wall Street fue solo la caja chica.

Conocidos esos engendros del Ariel por sus mismas pedanterías, concluimos que, negreros y saqueadores, todavía ríen de las grandes manifestaciones de ingenua alegría de negros y blancos que ahora, con una auto reprimida arrechera, condenan al premio nobelesco, por sentirse defraudados por un ser humano de “nuestro  color de piel y de nuestra descendencia” como dicen ellas y ellos, los de la negritud de Kenia. Además, por su flaqueza al dejarse tenacear por los embusteros y tergiversadores que inducen a una porción de la humanidad a que le digan amen a la discriminación contra la raza originaria y afrodescendiente. Y no sin perplejidad, por cuanto el negro Barak Obama estaba enterado que los racistas, empeñados en acabar con la “raza impura”, son la misma plaga que entró a Estados Unidos por el Sur, venidos de Sajonia con enclave en el norte de Gran Bretaña, por lo que también el negro Obama supo que esos mismos negreros fueron los secesionistas y matones de Abraham Lincoln, Luther King y Kennedy, entre otros.

Así las cosas del presidente Obama, además de no olvidar la sorpresa que nos dieron los guerreristas de un desconocido en aquel momento, si era que ya habían rechazado las pretensiones de otro negro adulador de Ariel Sharon, ahora coincidimos con el inteligente cantor puertorriqueño Danny Rivera cuando le confesó a nuestro destacado y ético periodista Ernesto Villegas (09-11-2011) que el presidente Obama se encuentra imposibilitado para tratar el tema de la independencia de Puerto Rico (no pudimos copiar textualmente). Si hubiere discordancia por favor Ernesto corrige a este viejo camarada de Cruz. Y Danny (proseguimos) nacionalista de avanzada debe estar enterado, mas allá de las deducciones, respecto del laberinto sin salida en el que se metió el abogado Barak Obama. El nieto de una matrona kenyana y padre de una bella familia norteamericana

Que el negro presidente del país más belicoso contribuyó con el engaño que ahora se palpa, como dicen por ahí, no lo compartimos. El tiempo nos dará o quitará la razón, y a Obama le queda poco. Pero para los que pretenden acabar con la “raza inferior”, el tiempo es oro. No quieren huellas que den pista. Provocan guerras a conveniencia, pero los asesinos son otros. “Ellos” son las víctimas. Atemorizan a quienes los señalan como lo que son, a manera de “”proteger” a sus correligionarios sin fronteras distribuidos en el mundo entero,  donde desembarcan con trapos viejos y a los pocos años son dueños de ciudades y pueblos; haciendas y todo el dinero con que se llenan las arcas de la guerra con las que arrebatan más capital. Pero nunca trabajan.

Ya hasta la jerarquía de la iglesia se desdice, cuando demuestra temor para señalar a los verdaderos criminales de nuestro Redentor y del pueblo donde nació. Solo Juan Pablo II condenó las masacres “…a la tierra donde naciste” que le costó la vida a los tres años del vil ataque del mercenario Mehmet Ali Agca, quien no dio en el blanco para la muerte súbita como si acertó el que le disparó al presidente Isaac Rabin, quien no lo esperaba de su espaldero de mayor confianza. Así paga el diablo.

Patria, Socialismo o barbarie.

pedromendez_bna@yahoo.es 


Esta nota ha sido leída aproximadamente 2078 veces.



Pedro Méndez


Visite el perfil de Pedro Méndez para ver el listado de todos sus artículos en Aporrea.


Noticias Recientes:

Comparte en las redes sociales


Síguenos en Facebook y Twitter



Pedro Méndez

Pedro Méndez

Más artículos de este autor