“El gato que se va , la pelota
que se viene, la pierna que se engancha, la trompada sobre el
pecho, el arbitro que no sirve, el tiro de esquina, el ídem de línea,
el ruido de, la vuvuzela y la pelota que se va por la úuuultttiiimmmaaa
lllíiinnneeeaaa!”
El Campeonato dejo para la
Fufa, perdón, la FIFA mil quinientos millones de dólares en ganancia;
cada jugador del equipo campeón recibirá cerca de trescientos mil
Euros...Y las bocotas se les llenan, a los del “especialista en
deportes”.
¿Y a las niñas y adolescentes que se entregaron a turistas en
lenocinios de Sudáfrica, cuánto les toca? ¿Cuántos para la cura
del SIDA? ¿Cuánto para otros pueblos africanos? ¿Cuánto para los
que tuvimos que calarnos el escándalo publicitario más ruin y solemne
de los últimos años?
¡Qué lata, compadre! Por
eso es que gracias a la vida que me ha dado tanto, es el béisbol el
deporte que más nos gusta a los venezolanos y ni que venga el Medio
Madrid, disculpen, el Real Madrid a inyectar a los consumidores
hoy de “martín polar y mañana de la frisna polar” con el deporte
de las patadas, la cosa cambiará. Seguirá saliendo del béisbol,
Miguelitos
Rodríguez, Maglios Ordoñez, Scutaros, López, Santanas, Rey Hernández,
Prados, Infantes, González, Martínez, Guillén, Pandas, Rodríguez,
Nieves, Sánchez, Hernández, González otra vez, Monteros, y otros
que escapan al recuerdo “horita”
Holanda no pudo lograr la
victoria
que la mayoría de los venezolanos que leen la historia querían,
según Fucho uno que escuchaba al lado de mi casa. A mi esa victoria
de España ni me va ni me viene, porque, aun respetando a quien le guste
ese deporte que se hace a las patadas, yo creo que esos sujetos que
corren como desaforados en interiores detrás de una pelota, no podrían
batear una recta de 94 millas por hora lanzada por “el rey”
Hernández, ni menos un cambio de Johan en tres y dos. Ninguno de ellos
podrá recoger un roletazo violento por sobre el campo corto, tirado
hacia segunda o en el hueco, como lo hacen Elvis Andrus u Omar
Vizquel, ¿quién de ellos fildeará con la elegancia del Guty Gutiérrez?
Que bueno que se terminó ese
show llamado Campeonato Mundial sin la presencia de todos los
pueblos del mundo. Vamos a descansar del sonido que nos
venía de la casa de Fucho de parte de “los especialistas en
gritos del deporte”.Por cierto que uno de esos especialistas tiene
en el mismo canal un programa de toros coleados donde ante los ojos
de los niños un grupo de “machotes criollos” agarran por el final
de la columna vertebral a un novillo- el rabo-. Y los lanzan contra
el suelo. Vi a un niño llorando por lo que hacían esos “machotes”
contra el pobre animal
Menos mal que se acabó el mundial para bien de los oídos, de la tranquilidad espiritual, del equilibrio. Eso no fue otra cosa que un carnaval publicitario-lean cuantos espacios publicitarios tenían los canales y las radios y figúrense cuantos millones les entraron a sus arcas mientras la bulla se hacía intolerable, ¿a usted le gusta el fútbol? Bien lo respeto, pero gracias a dios que se fue, ¡ah, los pantalleritos de la plaza Alfredo Sadel por fin van a darles descanso al EGOCENTRISMO transnacional y balurdo
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