Ruralidades

Clinton coronó a Santos

Santa palabra. Ya los colombianos no tienen alternativa, circunstancialmente hablando, como en esta nota es obligado este gerundio para no decir por ahora, de manera que aquí algunos congraciados anti patria -allá los maniobreros y terroristas- no repitan la sempiterna palabra “intromisión”, aún cuando ésta sea la opinión de un humilde escribidor venezolano.

Es correcto lo que la gran mayoría puede y debe concluir de todo esto: Chávez, aunque venezolano de pura cepa, no tiene que ser responsable de lo que pensemos los venezolanos, hermanos de los sufridos colombianos, en cuanto a la actitud de sus gobernantes y quienes los han obligado a ser la comunidad más numerosa en emigrar de su querida Colombia, lo que con Santos, el pupilo del Pentágono, el monstruo de los “falsos positivos” contra los jóvenes campesinos de la tierra de Gaitán, no es garantía de paz interna. Además, Santos con ese fardo de la masacre de Sucumbío en territorio ecuatoriano, ni que lo jure por su propio nombre se le puede creer que, una vez en el palacio de Nariño, dejará el vicio de las persecuciones en caliente sobre territorio de sus vecinos, llámese Ecuador, Brasil o Venezuela, lo cual anunció de forma velada.

Dadas las circunstancias, Colombia no debería gastar más pólvora en zamuro como decimos por acá. No vale ni un guáimaro si, además de no comestible como sí lo es el cerdo, el pajarraco es asqueroso. Por su parte el Mockus de los acuerdos bajo el mantel, aborrece la alianza con el pueblo. Es que lo raya ante la oligarquía y depondría una equis a la guabinosa promesa de ese sistema para una posible nominación, si es que alguna vez dejara la mala maña de la peladera de esas posaderas que tantos remilgos le causan a las santonas de la oligarquía colombiana.

Entonces, si no hay más remedio y los colombianos que votaron quieren a Santos, los vecinos tenemos que cuidarnos con mayor precaución que con el mismo Uribe. No porque éste sea menos servil con la oligarquía. Es que Santos es la oligarquía más peligrosa. De esa casta anti bolivariana, santandereana que fusiló a nuestro Antonio José de Sucre, y que no está dispuesta a sacrificar a este nuevo pupilo que, por ser de la misma macolla, le garantiza la eternidad que no estaba segura con Uribe, a quien desparecerán a pesar del servilismo. Es que las oligarquías también tienen amo. Obedecen, y Uribe no las tiene bien con ese amo: el Pentágono.

Así la situación, ahora con mayor énfasis insistimos en la petición a nuestro gobierno de reforzar la frontera con el país hermano. Es de lamentar, pero no es posible tolerar, que siga la práctica de extracción de la comida de los venezolanos que, durante los gobiernos de la tercera y cuarta República sufrimos de hambre pareja por engordar a esa oligarquía rabiosa y asesina. De la misma manera, ya es insoportable el entra y sale de los paracriminales entrenados por el Mossad de Israel, quienes nos trajeron la practica de los asesinatos por encargo, con lo que están acabando con parte de la clase obrera y campesina de nuestro país, para vanagloria de una parte de la oposición venezolana quien aúpa y amamanta a esos criminales, a quienes están armando hasta los dientes para crear y reforzar el terror aplicable, diabólicamente, durante el venidero septiembre de manera de meterle miedo a los y las votantes del 26S.

Así que la frontera terrestre y sus caminos oscuros, no deben servir más que para el abrazo entre hermanos, que somos los colombianos y venezolanos. Pero para el intercambio comercial que siempre debe ser de gobierno a gobierno, insistimos, debe abrirse la frontera marina de modo y manera que sean los camioneros de nuestras dos naciones quienes se encarguen de la distribución intra frontera.

Patria, Socialismo o barbarie.


pedromendez_bna@yahoo.es


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Pedro Méndez


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