Quizá porque para los militares de la IV-R el respeto por “la institución democrática” que les sembró Betancourt y la Escuela de las América significaban mucho. Pero si los hubo, militares con guáramo que se le rebelaron al insignificante Rómulo Betancourt. Hubo Porteñazo, Carupanazo y otros que no llegaron a causar traspiés al DÚO MACABRO, Copey AD, pero que hicieron que la luz de la rebeldía no se apagara.
Después del 23 de enero la oligarquía se apoderó de todos los núcleos de la patria, traicionando lo que pudo ser el inicio de la transformación social que requería el país después de salir de la dictadura de Pérez Jiménez. Ya hemos escrito que los oligarcas del Este (siempre han estado ahí) sacaron a Fabricio y a Hugo Trejo de Miraflores y se apoderaron del país para sembrar sangre sudor y lágrimas entre la población.
No existió ninguna democracia después de 1959. Lo que hubo fue crimen, saboteo, robo y barraganismo. Los autores de esa traición tendrían que estar entre rejas, pero andan por ahí buscando un amor que nunca dieron. AD y Copei sembraron en Venezuela la división social más atrinca la bola de las últimas décadas. Fundaron EL ESTE DE LOS RICOS, PRODUJERON LA MISERIA DEL OESTE. Quien siga creyendo en ellos o está loco o es un pobre infeliz, porque el dolor al pueblo todavía vuela en el espacio.
Da asco ver a Ledezma, Ravell, París, Allup, y otras escorias que se cagaron, que hicieron de Venezuela una inmensa poceta para defecarse, empero salen en radio prensa escrita y televisión hablando estupideces de que ellos son demócratas…demócratas asesinos, a los cuales un juez internacional tendrá que condenar a cadena perpetua un día. Estos inmorales, estos cretinos sin ética varonil, son los indignos de las sociedad, porque no se retractan, no les piden perdón al pueblo por los males cometidos…son la frecuencia que utiliza el demonio para inmiscuirse entre la gloria…
Pero un 4 de febrero llegó un hombre con olor a pueblo. No con olor a colonia francesa, a aliento Don Perignon, a vestimenta londinensa. Un hombre parecido al pueblo, con sus rasgos indígenas, negros, zambo, blanco una aleación de patriotismo y amor por los de su clase. No un político de Yale sentado en el asiento trasero de una limousine, manejada por un negro de cachucha y traje barato. No fue un hombre que “masticaba” idiomas para aparentar ser políglota, no un juez de concurso de carne humana, perdón de belleza, no un amigo de Ravell ni de Cisneros, ni de Camejo, ni de Granier. Llegó UN SOLDADO… ¡ESCUCHAN BIEN HIPÓCRITAS? ¡Un soldado del pueblo” Un hijo de esos que acompañó al Libertador en su epopeya libertadora contra el imperio español-
A ese SOLDADO no lo vestía un portugués, no lo vestía un francés ni un italiano; estaba vestido con la bandera tricolor y llegó para hacerle honor a su idiosincrasia; llegó para que todos supieran PARA QUE SIRVE UN HOMBRE patriota, llegó para recordarle a los bagazos de AD y Copei que todavía existían venezolanos con guáramo y no maricones eunucos. Llegó con un grupo de patriotas, pasando por sobre la rapiña de los fascistas. Se llama Hugo Rafael Chávez Frías.
Está aquí; el pueblo que le ha dado su apoyo lo sigue queriendo, porque el amor se devuelve. Hoy es 4 de febrero, hoy puede el pueblo gritar con orgullo, que tienen quien vea por él, sobre las mediocridades de los que VENDIERON LA PATRIA hace años y que hoy está en recuperación. HOY ES 4 DE FEBRERO… ¡por ahora!
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