El inalienable voto socialista

El derecho al voto de un militante socialista es inalienable. El universo socialista inscrito en el PSUV durante las amplias jornadas de su fundación primero, y durante el proceso de ratificación socialista a principios de este año, después, merece el mayor respeto de participación a los militantes del partido. Delegar la periferia del caudal socialista a un nutrido grupo de militantes crea odiosas diferenciaciones que niegan en sustancia los preceptos que orientan las ideas del socialismo.

Por supuesto que las Patrullas Socialistas han sido un valioso instrumento que ayudó a generar la creatividad suficiente para la organización del partido. Ellas han cumplido extraordinariamente su cometido porque reúne pequeños conglomerados  mayormente de amigos y familiares que empujan sin mayores diferencias los dictados estratégicos de la revolución. Pero no es eso suficiente. Nótese que las patrullas han aglutinado apenas la mitad o menos de ella, del gran conglomerado inscrito oficialmente y que tienen con algunas diferenciaciones pragmáticas, una genérica simpatía en los proceso de cambio que adelanta la revolución venezolana. Y ese relegamiento a no organizarse en patrullas, por parte de ese importante sector humano del partido, obedece mas a alguna concepción equivocada se los procedimientos de conformación que a alguna deliberada razón para no formar parte de ellas. Hay un impresionante numero de militantes que son rechazados por el sistema digital programático de patrullas porque el numero limite de conformación no fue alcanzado. Allí se observa un elemento aleatorio que condena el derecho de un militante si se generan condiciones vinculantes a ese hecho. Es decir, la disposición del militante en esos casos no es tomada en cuenta y por el contrario se castiga por los defectos de un procedimiento que arrojó sobre el coordinador de la patrulla toda la responsabilidad.

Esa otra mitad condenada a alejarse del voto el 15 de noviembre durante las elecciones a la delegatura del partido, se va a sentir, si no se hacen correcciones, muy desilusionada. Y eso es peligroso. La desilusión aleja al afectado del evento que la produce y del motor que la genera. Eso es clásico. Por eso, habida cuenta de que las autoridades del partido ya tomaron la decisión de permitir la elegibilidad de todo socialista propuesto por toda patrulla en existencia -cuestión que asestó un certero porrazo a las siempre habidas manipulaciones incrustadas en el proceso-, también deben las autoridades extender el derecho al voto a todo militante socialista inscrito en el PSUV, como concepto elemental de crecimiento que agregue y no disgregue, la cohesión necesaria al sostén blindado de la revolución.

n_lacruz@yahoo.com



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Neri La Cruz


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