Cuando la Cuarta República los partidos AD y Copei, que se repartieron el país durante casi cincuenta años, manipulaban con cierta eficiencia esa fulana “democracia” fabricada en la quinta de Rafael Caldera en Sabana Grande, para hacerles creer a los venezolanos que eran partidos políticos antagónicos ideológicamente. ¡Mentira! Fueron son y seguirá siendo los grupitos que quedan, caimanes del mismo charco. Son igualitos en todo. “Árbol que nace torcido nunca su rama endereza”.
Cuando gobernada AD por ejemplo, sólo en nombre, sacaba a los copeyanos deL aparato del Estado, es decir de ministerios, institutos, y demás. Dentro del “pensamiento” adeco, no había razón para que un copeyano estuviera trabajando en un ministerio mientras ellos gobernaban. Era lo mismo cuando le tocaba a Copei. Y no solamente de las cúpulas; sacaban hasta los obreros, secretarias, barrenderos y jala mecates de carreras. Nadie se atrevía a despotricar del gobierno en cualquier dependencia. Nadie llamaba rata al presidente nadie gritaba a todo pulmón “ojala lo maten”, NO SOMOS MOJIGATOS…¡somos revolucionarios, carajo! El ganador siempre se lleva el trofeo.
AD Y Copei se resguardaban las espaldas. Pero llegó Chávez. El enviado humanista de Dios llegó a Presidente de Venezuela gracias al voto de la mayoría. Chávez entiende que el país es de todos y que él es un empleado del pueblo. Eso no lo pensó nunca ningunos de los gobiernos de la Cuarta. Para AD y COPEI, Venezuela les pertenecía. Crearon toda clase de rapiña, de robos, de corrupciones, de inmoralidades bellos. Tuvieron hasta el tupé de sacar a trabajadoras de bares para colocarlas como PRIMERA DAMA, ¿DÓNDE ESTABA SAVINO UROSOSA? ¿Por qué el clero callaba la inmoralidad a sabiendas que “no cometerás adulterio, no desearás a la mujer de tu prójimo…” y demás pachulitadas, que nos han sembrado en el coco durante siglos cuando les conviene.
Chávez llegó al mando y ADECOS Y COPEYANOS SE QUEDARON EN EL GOBIERNO. Se convirtieron en “caperucitas rojas”; están en todos los núcleos de las dependencias. Manda AD. El Presidente es engañado no en su ingenuidad, sino en su confianza. Hay ministro en el gobierno que NUNCA VAN A LOS SITIOS DONDE LOS COLOCÓ LA REVOLUCIÓN. Sigue gobernando la jauría adecopeyana. Hay JEFES DE PRENSA JUVENILES que no se han graduados de periodistas y usted los escucha en sus peroratas sifrinas dictando charlas “revolucionarias”, porque simplemente ellos están en esos puestos gracias al amiguismo. UN JEFE DE PRENSA DEBE SER UN PERIODISTA Y NO UN ESTUDIANTE. Que se averigüe esta situación in situ en todos los ministerios. O implementamos nos derrota la anarquía.
La 5ta columna se mueve como correcaminos cualquiera dentro del Estado. Se escuchan ofensas, vituperios, maldiciones, se pintan paredes, todo con la ofensa, la mediocridad, la injuria al presidente y a la revolución. LOS AVENEDIZOS no hacen nada por defender el gobierno de donde sacan la papa y los bonos, no, esperan que “todo se acabe” para regresar con Ledezma y CIA, lo cual no sería descabellado si no fuera que entre sus nefastos propósitos hable de “matazón a los chavistas”, ¿qué se tienen miedo? ¡Jamás! se tiene eso sí una consigna: ¡patria o muerte!
El pueblo que cree en Chávez y en la revolución se pregunta, ¿dónde esta el PSUV? ¿Por qué no se detecta a estos personeros de la 5ta columna que sabotean, que dan malos servicios administrativos, que engavetan proyectos, que compran lujos y objetos personales? El partido de gobierno debe ser la base del equilibrio gubernamental… ¡qué tonterías son estas! Se habla en Maracay de que el gobernador de ese estado ahora habita en Cantarrana, ¿por qué no siguió en la humildad dicen algunos? ¿Dónde están los diputados que iban hacer de la calles aliadas de sus gestiones? Todo eso le hace mal a la revolución. Por ejemplo, ¿quién ha visto a la diputada María León en un cerro compartiendo con las mujeres que son la fuerza más firme de Chávez? ¿Quién ha observado a Desirée Santos Amaral con los habitantes del 23 de Enero, donde ella vivió durante años, en el bloque 9 de Monte Piedad? ¿Por qué dicen que a la presidenta del INCES nadie la ha visto nunca por la Sede? ¡Vaya usted a saber! Un revolucionario que no denuncie los males contra sus ideas, es un traidor.
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