Revoluciones pacíficas: sirven o no sirven

La idea del tema de este articulo, no tiene nada que ver con el concepto revolución, propone el concepto que la supere, conflictualmente, sobre revolución pacifica y armada, esto supone una referencia cultural compartida. La revolución por si sola, para el hombre dominado, se define básicamente por la defensa de su identidad social y personal. Con la revolución la naturaleza del conflicto anterior debe desaparecer, con ella la capacidad de la oligarquía para la desestabilización, expresada en defensa del capitalismo militar, y su interacción en el proceso, es justamente aquí, donde radica el desarrollo de este articulo.

La protesta de la clase oligarca, no resulta convincente, cuando dicen que como tal apelan a la democracia, a su ideología y al enriquecimiento que resulta de su acción. Se piensa de inmediato que las revoluciones pacificas les da tiempo para conservar y reforzar su poder económico y político, no solo es el efecto, sino la causa principal del abstencionismo electoral, de la difusión del capitalismo en plena revolución, de sus rápidas transformaciones e innovaciones politiqueras, siempre tratando de afectar el proceso revolucionario, nunca de integrarse a el, retrasando el modelo a construir, como en la reforma constitucional.

Revolución política y social, partiendo del postulado de que, a medida que pasa el tiempo para consolidar el socialismo, y el tiempo en el proceso, la ideología se dilata, la esencia revolucionaria se desvanece, la subordinación desaparece en el tiempo del consumo y del individualismo, por el papel permisivo, de la revolución pacifica. No podemos definir estas relaciones situándonos a un nivel de la realidad social distinto de la que vivimos

Estas pacificas revoluciones, acarrean una real e irresistible lucha de clases sosteniéndolas en su división, en una social democratización de cada uno por su lado, las oligarquías, los movimientos sociales, la clase media, los sindicatos y una gran parte del pueblo, por aceptar el proceso revolucionario, pero no la transformación del sistema, por las diferentes nociones sobre la dominación social, por la poca profundidad ideológica de una revolución pacifica y su influencia en el nacionalismo, por su lejana influencia revolucionaria al conjunto de la vida social y cultural, en el trabajo con el tiempo transcurrido. Pues revolución, es la transformación de la vida total.

La individualidad resulta decisiva porque continua atrasando la solución de las clases, de sus relaciones egoístas, en el sistema, colectivamente hablando, en la transición con el trabajo revolucionario, y del conflicto que del mismo aparecen y emparejan, los actores históricos de esta sociedad, de esta nueva forma democrática sin tiempo, que se pretende construir,, estas sociedades no disponen de dos siglos, ni siquiera de unas cuantas décadas, eso es una quimera, así se cambia todo concepto revolucionario, quitándole la oportunidad de manifestarse como tal, en el campo de las necesidades satisfechas y dirigidas a una sociedad de consumo, donde aparecen las revoluciones pacificas llenas de optimismo, pero continúan interviniendo sectores que adoptan las orientaciones y las practicas culturales dictadas por los intereses del imperialismo.

Debemos aprovechar las contribuciones teóricas que desentrañan la naturaleza de las revoluciones, en el capitalismo y sus diversas sociedades, que en América Latina tienen un carácter periférico y dependiente. No se desconoce el carácter universal de las revoluciones y la utilidad social que estas acarrean, en el fortalecimiento espiritual, moral, ideológico, con respecto a la rebeldía, útil emoción para sostener la libertad y la dignidad.

La dinámica de las revoluciones, de sus fuerzas sociales en conflicto, al interior de las fronteras, con su carácter pacifico o armado, este conflicto no es evolución revolucionaria, sino tan solo, la lucha de un conflicto interno, por la desestabilización impuesta de la clase social oligarca, que permiten las revoluciones pacificas. Pueden aparecer otras clases sociales, como en efecto así es, en las revoluciones armadas, la clase dirigente es una de ellas, pero nunca en cantidad, muy difícil, en estos procesos, donde se gana o se muere, jamás quedas agónico, o es si o es no.

Estas medias tintas parecen ser la moda del momento, la oposición ataca a la familia del presidente Chávez, en una desestabilización declarada desde hace tiempo con ayuda del imperio, llevada a cabo por traidores de la revolución, con aspiraciones de poder y por las oligarquias. Evo no puede ingresar a Sta. Cruz, y en Sucre sus adeptos fueron vejados, tuvo que soportar un referéndum separatista, Correa, soporta valientemente la oligarquía guayaquileña, manipulada por el alcalde Jaime Nebot Saadi, cachorro del León Fabrés Cordero dueño del oligarca partido social cristiano, caudillo lacayo del imperio. León Fabrés Cordero, quien organiza el terrorismo mediático, ahora en unión de la disidencia indígena, siempre separada por intereses de sus dirigentes, pachacutik, ecuarunari, indígenas evangélicos y los pueblos amazónicos, cada uno buscando sus propios intereses, hasta cambiar las constituciones, y ver si son aceptadas o no, en el caso ecuatoriano en el mes de julio, por el referéndum, y según lo que se, cada vez mas agravado para el compañero Correa, considerando la historia de la ultima década, 8 presidentes en 11 años, y por la influencia militar, igual que en todo el continente, los militares no son neutrales ni subordinados a la política civil, son decisorios e interesados, en la vida política de las naciones. Este es otro argumento, si realmente las revoluciones pacificas están sostenidas por los militares mayoritariamente, el pueblo en que porcentaje apoya estos procesos, a no ser que los militares ya sean pueblo.

La política exterior empieza por casa, la tarea de cambiar las prioridades nacionales, es un problema político y económico, simultáneamente, como hemos visto. El gobierno central debe jugar un papel mas activo para señalar otro camino a la inversión dirigiéndola hacia la pobreza extrema principalmente, combatiendo los problemas esenciales de la inequidad, y ayudando políticamente a las comunidades a asumir el poder, para que desempeñen un papel revolucionario mas activo, en una sociedad orientada hacia el socialismo.

Desgraciadamente sin embargo, no basta que solo el conocimiento y la verdad rescaten a la nación de dos siglos de capitalismo y 60 años de capitalismo militar globalizado. La verdad puede liberar a la nación, solo si el pueblo esta preparado para actuar de acuerdo con ella, si no lo esta, las mas crueles verdades no tendrán otro efecto que alimentar la apatía general, reforzando la imposibilidad revolucionaria.

Las instituciones que forman el gobierno, ejercen un enorme poder, porque son capaces de hacerse pasar por fuerzas revolucionarias sin serlo, en la cotidianidad socialista, en el proceso han acentuado su salida de la escena principal, contribuyendo a los mayores problemas que padecen estas revoluciones pacificas, su seguridad como nación y su violencia interna por la hostilidad y frustración de su propio pueblo. Algunos historiadores sostienen, por haber rastreado el destino de algunos imperios del pasado, llegaron a la conclusión, que la mayoría fueron derrotados, no por invasiones externas sino por la disolución social interna, naciones que han dilatado la solución de las necesidades de su propio pueblo, generalmente tratan de resolver sus problemas y sus frustraciones por medio de la violencia en el exterior y la represión en casa, por supuesto este no es el caso de las revoluciones pacificas en boga por el continente latino, todo lo contrario, por ser pacificas, las oligarquías abusan y los fascistas consideran que pueden hacer y deshacer a su antojo, agrediendo la soberanía y la dignidad de la gente, y es aquí donde se profundiza el tema de este articulo. Realmente vale la pena esperar tanto tiempo para combatir el capitalismo y sus problemas internos dependientes por la coexistencia, que afectan la consolidación revolucionaria y su práctica ética, sumados a los propios problemas de la misma revolución, falta de experiencia, burocratismo, acaso la lógica consecuente, no consiste en resolver los problemas uno por uno.

Cuando esto ocurre, el poder y la legitimidad del gobierno descansa en la aceptación extendida, en el progreso del pueblo y su dominio sobre el valor de sus ideas, estas ideas no terminaran hasta que la mayoría de la sociedad visualice el capitalismo militar, como una amenaza seria e inmediata a la supervivencia nacional, y este preparada para en conjunto, enfrentarla como tal, eso es unión revolucionaria y conciencia ideológica, ¿pero cuando? Si pensamos que Rusia tuvo mucho tiempo, China también, hoy están volcados hacia un capitalismo mixto, nosotros no queremos eso, mucho hemos vivido como “economías mixtas” capitalismo energético disfrazado. En estos nueve años, a pesar de todos los inconvenientes, ya deberíamos haber reconocido el camino a seguir, o al menos estudiarlo, ¡no hay justificación!

Algo importante que el pueblo debemos empezar hacer, es exigir a los dirigentes por nosotros elegidos que empiecen a llamar a las cosas por su nombre, es una buena consigna para entender apropiadamente las ventajas y desventajas de las revoluciones pacificas. Si este es o no el mejor medio, es discutible, pero se le debería pedir al PSUV que especifiquen su proyección con el pueblo, el pueblo debe exigir la verdad de los hechos, sin falsas envolturas, discutiendo los problemas en público, esa es una manera revolucionaria de superar los conflictos.

Un tema que no ha llegado a ser muy importante, por la falta de respuesta técnica sobre la permisibilidad de las revoluciones pacificas, en cuanto al burocratismo, la corrupción, y al conformismo, sin que esto afecte la marcha revolucionaria. Los encargados de este estudio, las universidades, poseen un considerable poder político, no solo por las marchas estudiantiles, por el poder político que descansa en toda la juventud. Deberán montar una campaña en su propio interés, tanto como en el sentido nacional, que favorezca a la revolución en la solución de críticos problemas, contribuyendo al tejido social en su reflexión ideológica, a falta de un periodismo ético, moral y profesional.

Esta política de investigación significaría reducciones drásticas en el burocratismo, para mejorar la eficiencia de la misma, en apoyo a esta campaña, el pueblo, el partido podrían asumir una escuela ideológica educacional critica, con el fin de concienciar al pueblo sobre las muchas instituciones, cuyo papel es ineficiente en el proceso revolucionario, y la importancia radical de que el pueblo se gobierne a si mismo con las ventajas y beneficios de estas revoluciones pacificas.

Así que si estas revoluciones pacificas sirven o no, el protagonismo esta en manos del pueblo, en su actitud, conocimiento, conciencia e ideología, para saber distinguir, entre revolución armada, de muertos inmediatos o por la revolución pacifica de muertos en vida, similar en tamaños, diferentes en carácter, es otro sistema que debemos entender, para abolir el peor, aumentando las probabilidades de sobre vivencia de la revolución, para nuestra perspectiva de autonomía, libertad y superación colectiva, por la fuerte burocracia, de las instituciones publicas, que destruyen los programas, que se supone deben administrar.

Se nos vendió la idea, de que la gente tenga una mayor participación, aquí tampoco me refiero a la participación electoral del PSUV, eso requiere otra evaluacion, que tome las decisiones básicas para solucionar los problemas que afectan sus vidas, últimamente ese objetivo no es mencionado, y es una promesa revolucionaria y socialista, de lo contrario como combatir la opresión del hombre por el hombre, único camino conocido en la construcción de cualquier socialismo.

El proceso de transformación social, debería ser considerado como una oportunidad de experimentar con nuevas formas políticas, para tomar decisiones sobre la distribución de recursos orientados a la reorganización de la agricultura, de la economía, de la salud, de la educación, sobre una base multiestatal, a propósito de estas elecciones de gobernadores y alcaldes. Las naciones como las familias, revelan como son a través de los avances sociales, ningún documento personal dice más sobre los valores, esperanzas y temores de un hombre o mujer, que el bienestar familiar.

Análogamente la manera de enfocar una revolución es examinando sus logros colectivos. Los comunes mortales, los ricos y los pobres, no pueden entender lo que significa ser sostenidos por los militares, democráticamente hablando, hasta que les de la gana, en este tipo de revoluciones pacificas, 9 años invertidos en el pueblo, para entender lo que puede hacer una revolución por cambiar el sistema, superando la eterna dependencia política y económica. Con revolución pacifica o armada, el poder debe estar en manos del pueblo, de lo contrario no es revolución.

rcpuma061@yahoo.com



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Raúl Crespo


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