En
el año 2007 a las instituciones del poder ejecutivo se le añadió a la
nomenclatura oficial de los ministerios la siguiente frase “del poder
popular para”. Afirmando con esta categoría una intención del gobierno
en el marco de la Constitución Bolivariana de Venezuela donde está
implícita la participación ciudadana y colectiva como base fundamental
para la construcción de la Nueva Institucionalidad y en la formulación
de políticas publicas coherentes con las necesidades, intereses y
expectativas de la población en sus diversos ciclos de vida (infancia,
jóvenes, adultos y ancianos).
Frase
que amerita una reflexión profunda y sincera por parte de la ciudadanía
ya seamos servidores públicos que garantizamos un bien social a otros
(servicios de salud, educación, vivienda, vialidad, trabajo, etc) o
beneficiarios del mismo para una mayor calidad de vida. De lo
contrario, la frase no sería mas que cliché mas o slogan publicitario
sin fundamento en la realidad cotidiana.
El
poder popular reside en el pueblo y se sustenta en espacios de
participación y organización individual y colectiva del Estado y de la
Sociedad. El articulado contenido en nuestra carta magna así como en la
Ley de Participación y del Poder Popular justifica esta acción
gubernamental, y proporciona al pueblo mecanismos legales para precisar, construir y ejercer participación en el contexto histórico-social político.
Ahora
bien, que está haciendo el Estado junto a los ciudadanos para que las
instituciones del poder público (Ejecutivo, Legislativo, Judicial,
Moral y Electoral) generen y garanticen ese poder popular. Se está
educando para asumir este derecho y deber constitucional desde los
primeros años de vida? (Ministerio del poder popular para la Educación
). Se está promoviendo y estimulando esta práctica a través de los
medios de comunicación públicos, privados y comunitarios (Ministerio
del poder popular para la Información y Comunicación). Esta pregunta
vale para todas las instituciones de los poderes públicos pero a modo
de ejemplo, estos dos ministerios tienen la facultad de educar e
informar a la ciudadanía, explican cómo debería orientarse ciertas
prácticas ministeriales en materia de participación para el poder
popular.
Y
¿qué están haciendo las comunidades desde los consejos comunales para
que sean auténticos propulsores del cambio institucional en materia de
participación? ¿Se promueve el juego de intereses individuales o
colectivos? ¿Se busca la configuración de un Estado para que resuelva el
problema del presente? O ¿se trabaja para que las instituciones del
Estado sean garante de los derechos para todos y a corto, mediano y
largo plazo?
Pensar
y producir un Estado del Poder Popular no es soplar y hacer botellas.
Remite a un esfuerzo permanente y sistemático donde se debe tener claro
el horizonte a llegar, el cual se convierte en constante utopía que
permite transitar y dar direccionalidad con pasos firmes a la meta por
alcanzar.
Hoy
la utopía realizable es precisamente el Poder Popular desde las
comunidades que se materializa con la participación ciudadana y
colectiva. Ambas como política de Estado debe ser promocionadas desde
el aparato estadal.
La
inversión de presupuesto que se haga para fomentar la participación
equivale a producir una nueva ciudadanía con conciencia y visión
crítica, creadora, liberadora, innovadora y transformadora. Equivale a
dar a luz la Nueva Institucionalidad que queremos y necesitamos a
partir de las realidades mas especificas de hombres y mujeres a lo
largo y ancho del pais. Por lo que las demandas y ofertas de servicio
deben ser elaboradas en corresponsabilidad Estado-Sociedad y ambos
determinar su impacto y alcance. Lo que exige el monitoreo y evaluación
permanente y obliga a los ciudadanos y ciudadanas a ser responsables en
la administración de los recursos y en la contraloría social.
Si
la participación no se planifica y se concreta, quien decida no será el
pueblo, sera una minoría, una élite. Urge planificar la participación
en todos los estadios del aparato gubernamental. Ser originales es
darle coherencia a lo que decimos. Un gobierno del pueblo aupa el
gobierno de las mayorías y para ello establece mecanismos válidos y
oportunos para la participación protagónica y corresponsable de pueblo.
Lo demás es cuento de camino.
Alice Peña Maldonado
Profesora de la UBV del Diplomado de Gestión Publica para el Poder
Popular
alicesocorro2000@yahoo.es