Gracias Viejos

Este 30 de Octubre, es decir, mañana u hoy depende de cuando lean este articulo, cumplo 32 años de edad, alegre por supuesto al lado de mi hija Daniela y mi compañera de vida Josmary, así como mis padres Jesus y Balbina eternos militantes de la izquierda venezolana y guías en toda este accionar político que he llevado desde los 13 años.

Claro que no voy a contar mi historia personal en este artículo, pero si quiero hacer referencia a una gran incertidumbre que tuve muchos años en torno a mi nombre y que casi a los 20 años de edad mi madre me lo dijo, ya que siempre pensó que nunca tendría esa incertidumbre.

Miguel Enrique, siempre pensé que era un nombre que había gustado a mis padres por pura casualidad, pero que siempre fue una gran interrogante ya que siempre a los hijos se les colocan nombre de tíos, abuelos o padres y en mi caso yo era el único en toda mi familia para ese momento con ese nombre.

Hace aproximadamente 12 años mi madre en una conversación conmigo después de yo hacerle la respectiva pregunta me dijo: “un amigo y camarada de la guerrilla urbana del PRV (para ese entonces papa era responsable del área Láctea del partido: zona ganadera del estado Zulia) conocido como Bola è Gallo cuando naciste nos sugirió que honráramos al compañero chileno Miguel Enríquez, quien había sido asesinado un 5 de octubre del año 1974 por Pinochet y su dictadura, y para el momento de su muerte era un joven de solo 30 años de edad”, de verdad, que luego me puse a investigar tras esa respuesta al personaje y les confieso que no es fácil honrar un gran hombre como Miguel quien había entregado su juventud al proceso revolucionario que llevaba en Chile para esos años el eterno compañero presidente Salvador Allende.

Lo cierto es que mas que un compromiso, hoy agradezco a mis padres y por supuesto al consejo de alguien que no conocí el llevar con hidalguía y regocijo mi nombre, no panfletariamente pero si con una gran responsabilidad de seguir desde nuestras trincheras de trabajo y lucha el acompañamiento al Comandante Chávez, quien ha sabido asimilar los grandes sacrificios que hicieron compañeros como Miguel Enríquez de estar siempre al lado del pueblo interpretando y asimilando sus necesidades.

Muchísimas gracias y hasta la victoria siempre.

“Un día, no se cuándo, voy a caer. Mis huesos quedarán por ahí, tal vez blanqueándose al sol. Mi temor es no haber alcanzado a hacer cuanto he planeado”.

Miguel Enríquez

1944-1974

msilva27@cantv.net


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Miguel Silva


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