El presidente Petro ha anunciado un cambio de fondo a un gabinete ministerial, de muy deficiente desempeño durante los 30 meses recientes en la ejecución de los compromisos adquiridos por la campaña popular del Pacto Histórico en el debate presidencial del 2022.
El jefe de gobierno ha solicitado la renuncia a todos los Ministros y jefes de institutos descentralizados luego que se realizó el 4 de febrero un Consejo de ministros abierto a la sociedad civil y al movimiento popular, como ejercicio de Control social, que es una herramienta de la democracia participativa, establecida en la Constitución como un dispositivo de participación ciudadana y de lucha contra la corrupción en el Estado colombiano.
En el gabinete abierto se conoció que, de 196 compromisos asumidos por este gobierno, aun no se han cumplido como 145 de tales estrategias, afectando directamente los derechos de millones de colombianos que aún no ven resultas sus más urgentes necesidades en materia de seguridad alimentaria, salud, vivienda, empleo, agua potable, paz, medio ambiente y seguridad humana.
Aunque ese debió ser el centro del trabajo del Consejo de Ministros en mención, los funcionarios implicados en el monumental rezago programático intentaron desviar el foco para posicionar un muro de lamentaciones y recriminaciones contra dos importantes funcionarios de la presidencia: Benedetti y Sarabia; quejándose, aquellos contra estos, desde un fundamentalismo moral, un feminismo postmoderno neoliberal trasnochado y una fementida meritocracia, por supuestos daños reputacionales al liderazgo de Petro y al gobierno del Pacto Histórico.
Para evadir, como lo señalo Petro, que tales funcionarios trabajan con agendas paralelas, utilizando recursos y dineros del Estado para hacerse campañas políticas y electorales, como es notorio en el caso de la Ministra Muhammad, en plan ridículo de imitar a la presidente Sheimbaum para ser candidata o bien a la alcaldía de Bogotá o a la presidencia de la nación; o como es manifiesto en el caso del director de la Agencia Nacional de Tierras que utiliza descaradamente esta entidad para contratar casi 6 mil personas de Villavicencio y pagar más de 50 mil millones en pauta publicitaria en los grandes medios de comunicación opositores del actual gobierno, para conformar su red clientelar que le apalanque su elección al senado de la república. Vergonzoso ¡
Aunque la barahúnda desatada por el griterío burocrático de los ministros sembró algo de confusión, las cosas fueron colocadas en su sito por el atinado criterio de Petro quien anotó como detrás del canibalismo de cierta izquierda contra aliados de la coalición de gobierno lo que se escondía era la intención de montar una cortina de humo para eludir la rendición de cuentas requerida y el paralelismo electoral manifiesto.
Es lo que se percibió en la intervención de funcionarios como la Vicepresidente de la república, Francia Márquez, que se refirió a la corrupción como si tal fenómeno no le concerniera o como si los retrasos en la obra de gobierno no golpearan ostensiblemente al flamante Ministerio de la Igualdad en proceso de marchitamiento constitucional.
O en el lamento de la Ministra Muhammad del Medio Ambiente, que las emprendió con las banderas de un feminismo post moderno trasnochado mezclado con su gestión neoliberal, nepóticas y clientelar de las estrategias medio ambientales y de la transición energética coadministradas con poderosas Ongs del capitalismo verde y con los mineros del carbón de Cimitarra portadores de un efectivo lobby en las oficinas de planeación y contratación de Ministerio del Ambiente.
O en el simulado perfeccionismo del Secretario que aportó su desaguisado como cuota desestabilizadora del gobierno en el horizonte de los planes de la ultraderecha reaccionaria.
Sobre el supuesto caos en una performance montada para enlodar al presidente, la mediática hegemónica de la ultraderecha saltó a vender, en más de 60 columnas de prensa lanzadas el fin de semana, el desplome, la crisis, el derrumbe y el desquicie del actual gobierno; su colapso definitivo e inexorable. Y claro, también figuraron por ahí, como no podía ser de otra manera, las aves de mal agüero de la "izquierda caníbal y perfumada de Bogotá" a participar de ese coro apocalíptico para resaltar la muerte definitiva de la izquierda popular y transformadora; para asegurar una derrota fija del Pacto Histórico en las elecciones presidenciales del 2026.
Almas seudo izquierdistas atormentadas y amargadas que no alcanzan a entender la transición en curso, los cambios que echó a rodar el Pacto Histórico y el liderazgo del presidente Gustavo Petro.
No les interesa, no les preocupa la Rendición de cuentas institucional como un mecanismo de interacción con el pueblo para enmendar errores y establecer prioridades, que es el empeño del presidente.
Es esa Rendición de cuentas la que da pie al timonazo ordenado por Petro para introducir un cambio masivo en los cargos ministeriales y gerenciales del más alto nivel gubernamental.
A cumplir se dijo, señores. El pueblo está enojado y el presidente la tiene clara.