Muchos de los pensadores revolucionarios y marxistas que con sus ideas sostuvieron tantos procesos sociales hoy están olvidados, producto de las derrotas continuas que el movimiento socialista sufrió a partir del fin de la Segunda guerra mundial.
Una de esas figuras, notable por cierto por su capacidad de superar adversidades, es Rosa Luxemburgo pensadora marxista cuya vigencia y aportes son importantes hoy para el pensamiento socialista particularmente para los países pobres que no encuentran la punta del hilo que los lleve a iniciar sus procesos de desarrollo.
Rosa Luxemburgo, sostuvo que la acumulación de capital desempeña un papel crucial en el tránsito del capitalismo al socialismo enfatizando la importancia de comprender la dinámica de la acumulación de capital en el contexto de la transición hacia el socialismo, y abogaba por un cambio fundamental en las estructuras económicas y sociales para alcanzar una sociedad más justa y equitativa. Todos los países que quieren salir de la pobreza e iniciar el camino revolucionario socialista, deben entender que del aire no se mantendrán los proyectos, políticos, sociales y económicos que emprendan.
Por ello todos los países pobres que quieran salir de la pobreza y transitar hacia el socialismo deben plantearse como primera tarea la acumulación de capital en términos socialistas, lo cual significa, cuidar, crear, producir, acumular capital en todos los niveles de la sociedad para garantizar el mejor nivel de vida de la población.
Se debe entender que en el socialismo la acumulación de capital sigue existiendo, inclusive 10 veces más rápido que en el capitalismo, lo que va desapareciendo son los capitalistas como clase.
Rosa Luxemburgo argumentaba que el capitalismo necesita continuamente expandirse hacia nuevos mercados y recursos para mantener su funcionamiento, lo que lleva a crisis periódicas debido a la sobreproducción. Según Luxemburgo, estas crisis son necesarias para la supervivencia del capitalismo, ya que permiten la destrucción de recursos obsoletos y la apertura de nuevos mercados.
Sin embargo, señalaba que esta dinámica capitalista de expansión ilimitada es insostenible a largo plazo, tal como estamos viendo hoy, y eventualmente conducirá a una crisis final del capitalismo y la aparición de nuevas formas de organización social, pero que para iniciar el socialismo era necesario, no la desaparición del capital, que es como esperar que se seque el mar, sino que se requiere una ruptura con el sistema de acumulación de capital y la redistribución de los recursos de manera equitativa.
La diferencia fundamental en el proceso de acumulación de capital en el capitalismo y en el socialismo, es que el plusvalor, o sea la cantidad de valor o riqueza creada en el trabajo no es apropiada de manera individual por el capitalismo, la plusvalía, sino que ese plusvalor es apropiado socialmente y distribuido socialmente.
El mecanismo básico y primario para acumular capital es el ahorro, por lo que en Venezuela debemos establecer mecanismos potentes de ahorro, revisando los anteriores y concibiendo nuevos instrumentos que le den energía a la economía y faciliten el desarrollo del país. Creo que ese principio debe incorporarse en el nuevo articulado, primordialmente, de la Reforma Constitucional. Sin ahorro no hay país ni socialismo.
Una de las características del pensamiento de Rosa Luxemburgo, que mantiene plena vigencia es que ella consideraba que solo en el socialismo los pueblos podían conservar su identidad nacional por lo que le daba mucho énfasis al binomio, cooperación entre países y autodeterminación de las naciones.
