Caso Carlos Lanz. La punta de un iceberg

Antes de comenzar este lastimosos escrito y antes que nada, mis palabras de condolencias a la familia de Carlos Lanz (como dijo el FGR "A su familia verdadera") y a sus amigos personales, Que en Paz Descanse el camarada Carlos Lanz.

Me había retirado voluntariamente de esta página, por no estar de acuerdo con algunas cosas que por aquí empezaron a publicarse. En mi opinión personal, aquella ventana que se abrió para la defensa de la revolución dio un giro que la alejaba de mi rumbo revolucionario y no me refiero a la crítica, pues yo siempre he sido crítico, me refiero al enfoque político que tomó y que aún mantiene. Sin embargo este suceso tan nefasto me obliga a dar mi opinión, sólo para que no se me quede atragantada entre las costillas y el esternón.

El caso del camarada Carlos Lanz es uno de los sucesos más repugnantes y tristes de la historia venezolana de las últimas décadas. La justicia debe aplicar la pena máxima para quienes cometieron semejante salvajada y la justicia divina, si existiera, tiene ahí a almas merecedoras de lo estipulado a quienes cometen pecado capital.

Pero una vez resuelto de manera policial el caso de la desaparición del camarada y expuesto por el Fiscal General de la República los motivos y los involucrados en este horrible caso, lo dantesco de esa ejecución y lo increíble de la actuación de los involucrados durante estos dos años, hay muchas cosas que analizar para que este caso tan oscuro sea la luz que ilumine y desenmascare a muchas Maxiorisol Cumares que aun están campante en la administración pública y no todas son mujeres, no; muchos son hombres y muchos de cualquiera de los otro nuevos géneros también.

El vil asesinato de un hombre bueno, que estaba rodeado desde su núcleo mas intimo por una férrea cadena de corrupción, es alarmante; pero más aún lo es el que esas personas que cometieron todos estos actos ilícitos, incluido el asesinato del compatriota, lo hicieron a la sombra de un partido ciego, sordo y mudo que los puso en el cargo y que aun hoy no hay dado la primera muestra de reflexión ni de intensión de revisión ¿Cuantos casos de corrupción son públicos y notorios sin que nadie haga nada? ¿Cuántos funcionarios públicos de diferentes niveles son señalados por un pueblo que nadie escucha y que se siente desprotegido? ¿Cuándo se irá a retomar la senda del comandante Chávez’ ¿Se habrá perdido el rumbo de manera irreversible?.

El partido y su cúpula se transformaron en una carcasa férrea donde las denuncias no pasan, se hicieron impermeables a las denuncias de corrupción que se oyen a viva voz en las calles y en todos los sitios. Bastantes acusados de corrupción e inequívocamente señalados por el pueblo que es sabio y paciente (pero que todo tiene su límite) fueron premiados por el partido con sus postulaciones en las pasadas elecciones. A muchos de estos los leemos hoy mismo, vía Twitter derramar lágrimas de cocodrilos por la muerte del camarada Carlos Lanz.

Carlos lanz murió de pie, propio de un verdadero revolucionario, pero su muerte será en vano si el partido no reacciona, si el gobierno no reacciona.

Revisión absoluta a todos los cuadros revolucionarios, desde los que administran el CLAP hasta los Ministros. Revisión absoluta por parte del partido que los puso en esos puestos. A mí nadie me va a decir que en el PSUV Aragua no sabían quiénes son Maxiorisol Cumare o Tito Viloria o Gleen Castellanos; ojo no me refiero a su capacidad de cometer un asesinato tan vil y tan dantesco, me refiero al enmarañado círculo de corrupción que manejaban.

Los detractores internos del gobierno (me refiero a los que se tildan de revolucionarios), que no son santos de mi devoción se dieron banquete tratando de minar las bases del estado, intentando que la comunidad internacional le achacara al gobierno (es decir al estado venezolano) esta desaparición; manipulados por la cadena de desinformación que eficientemente divulgaron los perpetradores, pero tratando de pescar en rio revuelto de manera irresponsable y maquiavélica. A ellos les queda la lección de que si quieren hacer política en contra de la revolución deben demostrar que son mejores y que son una opción válida.

Propongo un acto del Estado en reconocimiento a la inmolación de un verdadero revolucionario quien terminó siendo víctima y mártir de la lucha anticorrupción. A sus hijos debe ser devuelto el broche que el asesino le quitó como "trofeo de guerra" según sus aberrantes palabras y debería dárseles una réplica de la espada del Libertador.

Al pueblo venezolano debe el estado darle la esperanza de que el sacrificio de Carlos lanz no haya sido en vano, y así como él murió de pie ante los sicarios, la justicia debe ponerse de pie y ser implacable con la corrupción generalizada que hay en el país a todo nivel. Para esto se debería crear un cuerpo anticorrupción (yo le pondría el nombre del camarada lanz) que sea sencillo y libre de burocracia, oír al pueblo es suficiente para empezar a averiguar en que andan muchos de los funcionarios que el partido apoyó o directamente puso en ciertos puestos.

El partido es responsable de los actos de quienes ellos postulan a cargos, desde el más pequeño Consejo Comunal hasta el más importante de los Ministerios, pasando por todas las direcciones de empresas y organismos que administra el Estado. Es el partido el que debe ser celoso con la calidad de sus recomendados, de sus cuadros a todo nivel, incluso de sus miembros en general.

Hago un llamado a nuestro presidente y líder Nicolás Maduro Moros, quien es también el presidente del partido. Todas las acciones de sus miembros deben ser evaluadas, sancionadas y premiadas o castigadas por el partido o la muerte de pie del camarada Lanz no habrá servido de nada.

El asesinato de Carlos Lanz es la punta de un iceberg gigante de corrupción que se ve rojo rojito en la punta pero que debajo es del color más oscuro y putrefacto que el más oscuro y putrefacto de los colores que pudieran existir.

Si se depura el partido y la administración pública entonces y sólo entonces el martirio y la inmolación de Carlos Lanz habrían sido un acto de victoria, el camarada se merece esa victoria y que su nombre sea sinónimo de luz en el levantamiento de un país decente.



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Oscar Jiménez


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