Necesidad mundial de un nuevo modelo, y de una nueva estrategia

La globalización de la pobreza, la pauperización de la mayoría de los sectores de la población mundial, el desempleo, la fragmentación social, el deterioro del ambiente que amenaza la supervivencia de generaciones futuras; la corrupción galopante. Las políticas neoliberales implementadas por el capital financiero trasnacional, respaldado por un poderío militar y mediático han agudizado la miseria y la exclusión social, concentrando la riqueza en pocas manos.

Lo anterior trae al mundo sectores pobres y marginados, estratos medios empobrecidos, sectores informales, legiones de desocupados, sectores diseminados y discriminados, mujeres, jóvenes, niños, ancianos, indígenas, negros, determinadas creencias religiosas, homosexuales, las mayorías mundiales, los gobiernos son incapaces de resolver los problemas más acuciantes de la sociedad mundial.

De esto, algunos sectores se oponen a la globalización neoliberal, y dan el salto a grandes movimientos, así tenemos mujeres, indígenas, ambientalistas, consumidores, los que luchan por los derechos humanos. Cada movimiento difiere en cuanto características de sus plataformas, el tema, convocatoria poli clasista y multigeneracional, forma de accionar, modos de organización.

Aún se puede llegar al ciclo de internacionalización de las luchas, contra el modelo económico, movilizaciones masivas, coordinadas contra los imperios y los capitales trasnacionales, buscando llegar al ciclo global de la lucha y la movilización contra el capitalismo, superando la heterogeneidad, buscando avanzar con la marea roja mundial. En este movimiento internacional contra el capitalismo, deben los movimientos populares, los liderazgos locales tener plena conciencia de su fuerza, ser actor, sujeto social internamente diferente y múltiple; con un trabajo intenso frente a la alienación social, al empobrecimiento en la subjetividad, a la claudicación social, así como a la entrega socialdemócrata.

En esta mareada opositora, hay muchos enemigos, pero tal vez uno de los más peligrosos, es la nivelación por lo bajo de la cultura, el papel que están cumpliendo los medios de comunicación de la era electrónica al servicio de la incomunicación humana, imponiendo los valores de la sociedad claudicante, de la uniformidad estéril, la estandarización, homogeneización, uniformización del mundo del mercado y del capital. La pantalla chica ha invadido el tiempo libre de las masas, y ha masificado a las personas, inculcando la ideología capitalista, individualista, conformista y por ende consumista. Se provoca una adicción al adormecimiento de la conciencia popular, individual y colectiva.

El dominio de la multimedia se ha convertido en un tema estratégico, es el aspecto político, tecnológico, industrial y cultural. El capital ha invertido en los avances científico – técnico para influir masivamente en la conciencia colectiva de los pueblos, en el manejo manipulador y cosificador del tiempo. El papel fundamental entregado por el capital a la multimedia es el de convertir lo superfluo en necesidad, para ello es necesario que estos medios se convierten en mecanismo mundial de domesticación, de claudicación y de confusión. Para esto, ha creado una masificación de la cultura, una cultura del consumidor, en una intervención psicológica para sobreponerse al aumento de la productividad, y al decrecimiento del número de compradores, imponiendo un hedonismo colectivo social.

En general el capitalismo se ha reacomodado, intentando superar el decrecimiento económico, la inflación, la ineficiencia productiva, la tasa de ganancia.

En este panorama, con la profundización de la crisis y la inserción de diversos sectores a la lucha por sus reivindicaciones, queda expedito el espacio para la conformación de un frente social alternativo, de amplia composición social, y profundización ideológica, convertir un un solo haz de oposición social que golpee decididamente al sistema de producción capitalista.

Ese frente, bloque, o como se quiera denominar debe ser un conjunto de fuerzas que se oponen al sistema capitalista de producción, a su lógica de lucro y consumismo, a su alienación, cosificación y claudicación, que sea humanista, y solidaria que proponga una sociedad libre de pobreza material y espiritual así como de conciencia subalterna, que propenda por los intereses generales y particulares de la humanidad, una confluencia del malestar social mundial en una gran fuerza para derrotar el modelo capitalista de desarrollo.

Entendiendo que el modelo reinante y actuante ha traído consigo la claudicación ética, y se ha infiltrado en la cultura de los pueblos, en la conciencia individual y colectiva, que tiene consigo el manejo de la cooptación de las direcciones sociales, y la confusión ideológica, que a veces no permite y bloque los adelantos en la lucha colectiva. Hay una aceptación social de la cultura del consumo, de la claudicación y la cooptación ética.

Hay una totalización de la cultura capitalista globalizada y fortalecida por la comunicación mundial en tiempo real. Y una claudicación ideológica frente al modelo, principalmente por la infiltración política claudicante, que se presenta con su doble cara, y una de ella se llama el progresismo y la otra la la socialdemocracia en diversas formas y con diferentes empaques, pero todas para el consumismo capitalista y el remozamiento del modelo.

 

jaimearevalo79@gmail.com

 



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