Aspirantes folklóricos en precampaña

El cantautor Rubén Blades después de haber sido derrotado en sus aspiraciones de ser presidente de Panamá, manifestó retirarse de la actividad política, argumentando que esa carrera no era de una campaña, un día o unos meses. Era algo para toda la vida y las 24 horas al día, y él no estaba hecho para eso. Lo del era la música.

Hay quienes creen que dirigir una comunidad, un municipio, o una región es un hobby para pasar los ratos libres, o simplemente un escalafón para llenar un espacio más en su hoja de vida, esos no son tan dañinos en el mejor sentido de la palabra, pero hay quienes se meten para resolver sus problemas económicos pensando mínimo en una súper cómoda jubilación.

Otros después de promocionarle y decirle a todo el mundo que se van a lanzar a determinado cargo, de repente cuando entran al calor de la situación se les pone la carne de gallina y dicen que eso no es cierto, es más, en un mecanismo de defensa cavernícola, expresan que demandaran a alguien que dijo eso. Sintiéndose ofendido como si ser alcalde significa administrar un burdel.

El caso de Antonio Cedeño Umanés llena el cuadro de un típico aspirante folklórico, aparece cada cuatro años con las mismas mentiras y proyectando ser multimillonario, ofreciéndole a todo el mundo, que va a dejarlo como gobernador encargado, pues sus compromisos empresariales a nivel internacional lo mantendrán ocupado.

En honor a la verdad en esta ocasión hay que reconocer que ha sabido aceptar los consejos de su asesora Yajaira. En principio insistió en incorporar al comando de campaña a Diosa Canales, desafortunadamente para él, la famosa vedette supuestamente no aceptó, manifestando que no iba hacerle bulto a un desconocido. Además, que él no tenía suficiente dinero para pagarle por hacer ese papelito.

Pero fíjense que no desecho la idea, el día del entierro del padre Oscar, quien fuese su protector por cinco años en la residencia estudiantil de Aragua de Barcelona en el estado Anzoátegui. Se apareció con tres camionetas blindadas de esas que usan los enchufados y alacranes, acompañado de dos bellas modelos con ropa muy ajustada, no sé si eran bailarinas, al menos eso parecían.

Los pocos seguidores y amigos que le quedan en la región, le pedían cambiara de jefe de campaña, ya que, en la pasada elección apenas llegó al 1% de la votación. Y daba dolor como se perdía tiempo y dinero. Entonces Cedeño Umanés hizo un viraje de 360 grados, nombró al cura de Puerto Piritu Alfredo Jiménez, presidente de la Fundación Juan Pablo II, y jefe de campaña.

Bajando al antiguo jefe a operador político, creando una competencia pues, este señor se preocupa más en sacar a las personas cercanas a Antonio Cedeño, como una manera de mantener su dominio en las decisiones del aspirante a gobernador. Ya que vive del trabajo con Cedeño, porque la santería no le produce suficiente.

Lo que le perjudica la campaña, ese afán de convencer dirigentes ofreciendo imposibles, sin autorización de Cedeño Umanés, tal como financiamientos ilimitados, cuando tiene una camioneta dañada por el arranque hace 4 años y no la han podido reparar. También se ofrece como gestor para activar partidos regionales, cuando tienen 6 años tratando de legalizar su organización Mi PaPa, y no han podido.

Las mentiras de ese señor y los mismos incumplimientos de Antonio Cedeño, mejor conocido como el "papa oriental" conformaron su gran fracaso en la política regional, convirtiéndose hoy por hoy en un candidato vacio, sin ninguna opción de triunfo.



Esta nota ha sido leída aproximadamente 1246 veces.



Claudio Schiveci

Exdirigente juvenil en el Liceo Cajigal de Barcelona, Cofundador de la revista Horizonte, redactor de la revista cultural Candilejas. Columnista en los diarios El Metropolitano, La Nueva Prensa de Oriente y Diario Impacto en Anzoátegui.

 claudioschiveci@gmail.com

Visite el perfil de Claudio Schiveci para ver el listado de todos sus artículos en Aporrea.


Noticias Recientes:

Comparte en las redes sociales


Síguenos en Facebook y Twitter



Claudio Schiveci

Claudio Schiveci

Más artículos de este autor