Se aproximan las que constitucionalmente vendrían siendo las elecciones parlamentarias para renovar La asamblea Nacional. Donde se van a elegir 277 diputados, la mayor cantidad en la historia legistativa y electoral venezolana, donde no se ha tomado la naturaleza territorial del país aumentando entonces los niveles burocráticos en el seno del poder legislativo y para muchos propuesto de manera inconstitucional.

Este proceso electoral se realizará en un clima difícil no tanto a nivel político como fueron las pasadas elecciones del 2015, donde la oposición prácticamente arrasó con el gobierno, quedándose con la amplia mayoría de curules en el parlamento y donde comenzó una serie de irregularidades a nivel administrativo y constitucional tanto para quienes tomaron el poder legislativo como quienes ostentan el ejecutivo que a su vez con los demás poderes e instituciones conforman el sistema político venezolano.

En un año difícil para todas las naciones y para el sistema internacional de transacciones sociales, políticas y comerciales por la aparición funesta e imperiosa del Covid19, Venezuela no ha sido la excepción como tampoco lo fue en otros países para definir una carrera electoral; ahora bien a nuestra patria la asola en estos meses una terrible situación económica producida tanto por la mala administración y política del gobierno de Nicolás Maduro, como de una serie de acciones llevadas a cabo por una oposición irresponsable que se encargó de hacernos embargar parte de nuestra industria petrolera produciendo un déficit en la liquidez del presupuesto público y del presupuesto del gobierno para enfrentar esta crisis inflacionaria que vivimos, donde los escasos bolívares que perciben los trabajadores y trabajadoras de sectores públicos y privado escasamente alcanzan para cubrir algunos rubros por no decir algunos de los productos de la cesta básica del venezolano. Ello sin incluir el pago de los servicios básicos que han venido en un constante desmejoramiento, lo que conlleva a situarnos en una posición delicada - dentro de la otra - que es esquivar los embates de este peligrosísimo virus que ha dejado ya centenares y miles de muertos en los cinco continentes.

Ante la delicada situación expresada anteriormente de las cuales el gobierno parece haber perdido el control de los precios y de la moneda, la cual se ha ido devaluando hasta el punto en que el billete de denominación más grande de nuestra moneda, los cincuenta mil bolívares, no alcanza ni para pagar un pasaje de cuatro cuadras se viene este proceso electoral, donde seguramente lo que va a predominar es la abstención, estimulada por una serie de factores que se señalan a continuación, y que siendo optimistas no bajará del 75 % del padrón electoral, sin embargo la participación es lo más importante a la hora de validar una forma de gobierno y consolidar un sistema político que en Venezuela ha venido evolucionando a lo largo de 84 años.

La participación estará entonces caracterizada por una participación mayoritaria de los partidarios del gobierno en su mayoría fuerzas populares y una parte de los que conforman la maltrecha administración pública y que a simple vista parece estar en condiciones de ganar quizás por mayoría absoluta o aplastante de la coalición gubernamental, y esto se traduce en un promedio de entre 200 a 230 diputados que logrará colocar en el hemiciclo de la asamblea nacional la propuesta gubernamental, de manera que la fractura de la oposición entre la participación y no de todas sus fuerzas mermará considerablemente sus opciones de lograr una mayoría en las elecciones.

a) Abstención per sé del ciudadano votante, que no ve en el parlamento bien sea nuevo o renovado una salida a esta grave crisis que atraviesa el venezolano de a pie en su bienestar económico y calidad de vida. Pues la principal función de la AN, es la creación e impulso de leyes, pues de ellas ya estamos saturados tanto de la presencia como del incumplimiento de las mismas, un pueblo cansado de la manipulación y de los dimes y diretes de los bandos en pugna por el poder político, que sufre a diario y que ha visto disminuida su calidad de vida, que no está incitado por mas campaña de los contendientes a participar en estas elecciones llevadas a cabo en un clima verdaderamente difícil para la ciudadanía en general, por otro lado la escazes de propuestas y discursos versátiles que no sean desplazar al gobierno o liberarnos del bloqueo no sumarán electores dentro del punto analizado sino que provocan el desánimo electoral de aquellos que han participado anteriormente.

b) Abstención como una negación a la situación en la cual se encuentra el sistema político y quizás un brazo del punto tratado anteriormente, pero a diferencia del punto (a) este sector evaluará la legitimidad del sistema político imperante. En los últimos años hemos visto como se ha roto de cierta manera la independencia de los poderes que conforman nuestro sistema político, observando como el poder judicial decide en favor del ejecutivo y el ejecutivo a su vez en favor del resto, y con las herramientas administrativas y constitucionales formales, de manera que la población votante tiene ante sí dos formas de ver la situación constitucional o anti inconstitucional y decidir entre darle importancia al poder legislativo dentro del sistema político venezolano.

c) Abstención provocada por la actividad de una parte la oposición que fue puntal en la asamblea nacional saliente y que se muestra reaccia a participar en las presentes elecciones haciendo campaña para la no participación del ciudadano en un proceso que han denominado fraudulento e inconstitucional, este factor aunque con menos peso en este desarrollo del movimiento electoral no debe ser descartado como un elemento presente en todo el proceso electoral que se celebrará este 06 de diciembre.

d) Abstención provocada por factores de logística y pandemia, este último factor aunque no ha sido crucial en las elecciones más connotadas de nuestro círculo cercano ( Plebiscito chileno elecciones presidenciales en Bolivia y las elecciones presidenciales de la potencia norteamericana), quizás en el caso venezolano pueden incidir un poco debido a la anarquía en el sector energético y la presencia del Coronavirus aspecto de salud pública que el electorado manejará con cierta precaución ya que contraer el virus siempre es una posibilidad dentro de todos los esquemas de bioseguridad previsto por el Consejo Nacional Electoral y que llevará a pensarlo más de dos veces al ciudadano para acudir a los centros de votación y que suma un porcentaje importante a los demás aspectos señalados, de igual manera tenemos la situación de los servicios públicos a nivel nacional. La movilización de los electores es sin duda uno de los retos más importantes para las fuerzas políticas y no están las condiciones ideales para ello, muchos electores alejados de sus centros de votación o fuera de sus circunscripciones regionales la tendrán muy difícil para trasladarse a su respectiva región de votación porque el tema de ausencia del transporte público y la gasolina hacen estragos por ahora y por lo que resta de año.

Sin duda un proceso electoral complejo y difícil, en el que estamos inmersos y donde las fuerzas políticas se disputan un pedazo de poder y donde se observa un juego de ajedrez y sustituciones o mero cambio de caras por parte del gobierno y una fractura de intereses entre las fuerzas de la oposición que no prometen una participación consona y entusiasta al elector venezolano y de la cual unos son favorecidos y otros desplazados y de la cual se extraerán conclusiones y resultados políticos para los bandos en disputa por el poder legislativo en Venezuela.

*Politólogo

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