Tiempos de incertidumbre

Tiempos de incertidumbres. De cuestionamiento de las certezas y de los relatos que marcaron los últimos cuarenta años. Tiempos donde la globalización capitalista sus iconos y bondades privatizadoras junto con el mercado como elemento regulador de los emprendimientos individuales, constituyen los ejes vertebradores de la expansión del sistema mundo capitalista. Hoy vivimos tiempos de devastación. Europa sucumbe.

Queda al descubierto que la Unión Europea es una unión para favorecer la rentabilidad de las grandes corporaciones donde los pueblos quedan al margen de los beneficios sustantivos derivados del pacto de integración. Frente a la muerte inminente de miles de ciudadanos y ciudadanas no hay solidaridad, no hay un gesto de apoyo de los socios comunitarios, por el contrario, se impone el silencio, la indiferencia. Ante el clamor de ayuda por parte de España, Italia y otros países de Europa del este recién llegado al club de la Unión, no hay respuesta. Paradójicamente, la respuesta llega de los estigmatizados, de lo sancionados.

Ya el planeta entero sabe quienes acudieron a dar su apoyo solidario. Fueron otros. Y no son precisamente, los que la industria cultural impuso como salvadores de la especie humana. No son los de Holywood que a través de distintos dispositivos culturales instalaron en el imaginario social como iconos de la justicia planetaria. La narrativa implosionó. Mientras tanto, la pandemia migró su centro de expansión de China a EEUU. El sueño americano está en suspenso. Ya los fallecimientos superan al número de caídos en la segunda guerra intercapitalista, llamada por la historiografía tradicional, segunda guerra mundial. Las víctimas, como en toda conflagración, son los pobres, los invisibilizados, los excluidos, los subalternizados.

Es decir, los afroamericanos, los latinos, en general, las minorías étnicas y sociales en condiciones de vulnerabilidad y precariedad, las cuales constituyen millones de personas cuyo trato y abandono ponen en cuestión el concepto de ciudadanía, interpelando al sistema social y político e incluso coloca en entredicho al propio sistema civilizatorio. La interacción social y colectiva, sede paso al aislamiento social como la mejor herramienta para sobrevivir a esta hecatombe global.

Por ello, surge la necesidad de repensarla la sociedad capitalista, surgen preguntas sobre la decadencia y agotamiento del sistema, las posibilidades de su superación en términos concretos. Será que el colapso del capitalismo global y su variante neoliberal, está herido de muerte. Será que estamos asistiendo al agotamiento del sistema surgido luego del fin del modelo fordista-taylorista-kenesyano. O será q estamos en el umbral de algo desconocido como es el postcapitalismo. O, por el contrario, se reivindica la insurgencia de un nuevo proceso civilizatorio que restituya la armonía entre la naturaleza y la sociedad a través de una sociedad más justa y equitativa, a partir de un nuevo orden global sustentado en otra racionalidad que supere la lógica decadente de la racionalidad moderna.

Todo indica que estamos en tiempos de incertidumbre.

 

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Armando Alvarez Lugo

Dr. Antropología Social. Universidad de Barcelona/España. Sociólogo/UCV, Docente Doctorado de Ciencias Sociales /UC, Profesor Titular /Universidad de Carabobo

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