Símbolos patrios y partido único

No es objetable, asimilamos el acto simbólico de la “entrega” de la bandera del balcón del pueblo. Al fin y al cabo, nuestro estandarte patrio con sus tres colores y sus ocho estrellas, seguirá flameando en las manos del Presidente Hugo Chávez Frías, como él lo acaricio en su libro “Un Brazalete Tricolor”, escrito en la cárcel de Yare.

De paso les estamos diciendo a los intrigantes de la prensa disociadora, que no se inmiscuyan con eso de las intriguillas contra los actos que exaltan nuestros símbolos de la nacionalidad. Ya es bastante con el abuso antipatriótico cometido el 12 de abril de 2002 cuando bajaron, hasta el sótano de los desechos el retrato de nuestro Libertador. O cuando inducen a una parte minoritaria de los venezolanos y venezolanas a que enarbolen la bandera norteamericana, que debería estar en mano de aquel pueblo hermano, el de Abraham Linconld, por ahora secuestrada por el imperialismo.

Además, con nuestro primer mandatario no hay nada oculto. Chávez no da lugar a lucubraciones para la tergiversación. Tiene la virtud de no dejar las ideas atragantadas en el disimulo, y la dañina demagogia se espantó de Miraflores, cuando el hombre de Sabaneta entro a la casa de misia Jacinta, con su Cristo en la Cruz, símbolo del hombre que murió por la verdad y la defensa de los ya desposeídos de la tierra.

Hugo Chávez se ha equivocado. Lo ha reconocido. Pero siempre por exceso de confianza para la selección de algunos de sus colaboradores, quienes como pecadores de conciencia y malos hábitos disimulados, se deslizan sin proponérselo, o por lo mismo, como el perro que come manteca. Cuando todavía no eran tan evidentes esos despropósitos, el joven Napoleón Suárez Méndez, nieto de este altivejez tuvo un sueño bolivariano respecto de las proclamas del libertador contra los vicios palaciegos. Sueño hecho poema y narrado telefónicamente en el Aló Presidente numero 104. Chávez escuchó con su acostumbrada atención. Fue una alerta.

Por nuestra parte auto críticos de nuestras fallas, no podemos ni debemos, tener nada oculto entre nosotros mismos. Pero de ello a que los agoreros dueños de la prensa comercial digan que hay disyuntiva en el frente revolucionario, es como pisotear la ética y la verdad. Lo que nos hace concluir que es una necedad más que, lejos de afectarnos organizativamente, se les devuelve a ellos como un búmeran para volver locos a los resentidos y a los que brincaron la talanquera que ahora se sienten atrapados por sus enemigos de ayer, y de los que hoy se dejan utilizar como los tontos de capirote que son, en plan de espías.

Ahora a lo nuestro, que es como si estuviéramos en reunión entre camaradas. Como si estuviéramos digo, porque nos hacemos la ilusión de que estamos intercambiando opiniones respecto al partido único, propuesto por el Presidente Chávez. Y lo de la ilusión, porque un comunista como este servidor, que militó aquí en Anzoátegui con Alberto Lovera, y en Caracas con Aquiles Bellorin y Ricardo Castro el valiente comunista que se hizo matar en la montaña tras una emboscada para que no liquidaran al comandante Algimiro Gabaldon, hoy este viejo ni siquiera se puede valer del bastón, para llevar la sugerencia a los canales regulares. Es decir, a nuestra célula allá en el edificio “Magdaleno” de Caracas, conjuntamente con el camarada Carlos del Vechio.

De todas maneras, desde estas ruralidades y a titulo personal, somos de opinión que el PCV, igual que en los malos tiempos que fueron y en las buenas para el pueblo que serán mejores, debe preservar su independencia política de los 70 años de su fundación. El Partido Comunista de Venezuela, sin aspiraciones burocráticas, y sin evadir la unidad de todos los revolucionarios, con el pueblo venezolano, alrededor del proyecto liderado por Hugo Chávez no se extinguirá. El gallo rojo seguirá como un clarín, de manera que la canalla no nos sorprenda nunca más.

Por ultimo, también en lo personal, un pedido al Presidente Hugo Chávez Frías: devuélvanos nuestra bandera y enástela usted mismo en el balcón del pueblo, para que de allí pase definitivamente a manos de la juventud, como un estímulo y, a la vez, un reconocimiento a esos muchachos y muchachas que se dieron por entero en la exitosa campaña electoral previa al 3 de diciembre. Ellos, esa muchachada, lo merecen Presidente amigo. Además, siendo de la juventud el porvenir, serán los jóvenes su reemplazo el año 2.025 después de sacarlo en hombros de Miraflores, escoltado por la juventud en uniforme. Y un venturoso diciembre de 2006 para los venezolanos y para mí partido comunista en particular.

Nota final: escribo el día miércoles 20, cuando el Comité Central del Partido Comunista de Venezuela está reunido. Espero coincidencia. Sino bienvenida cualquier resolución.


*pedromendez_bna@yahoo.es


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Pedro Méndez


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