La derecha en Bolivia, por sus negocios y “clase”, se divide. ¡A Trump, cómo le cuesta!

Las encuestas que informaban sobre las preferencias electorales, antes del golpe de Estado contra Evo, hablaban en dos sentidos.

Primero que Evo ganaría, pero con una ventaja sobre Mesa insuficiente para hacerlo en la primera vuelta. Y que de ir a la segunda, posiblemente, por la sumatoria de las candidaturas opuestas, el de ellos que enfrentase a Evo que llegó de segundo, tendría grandes posibilidades de salir electo.

Antes de las elecciones y aún después, en las primeras horas de escrutinio, ese fue el cuadro que manejamos, que Evo podría perder en la segunda vuelta.

Justo en esto y por esto se produjo el golpe de Estado. La revisión final de los resultados, habiéndose recibido el 100 % de las actas, condujo al Tribunal Electoral a anunciar que Morales había ganado habiendo alcanzado más del 40 % de los votos y con una ventaja de más del 10% de quien alcanzó el segundo lugar, lo que le hacía ganador en la primera vuelta. La derecha toda, pensando en una segunda oportunidad y la posibilidad de armar un acuerdo satisfactorio para sus representantes y voceros, ante aquello optó por darle rienda suelta a la opción del golpe, esa que Trump siempre tiene "sobre la mesa". Justificaron su invento de "fraude" en la tesis, según la cual Rvo y los suyos esquivaban esa segunda vuelta para evitar la derrota que le darían las fuerzas opositoras unidas. Pero sucede que en Bolivia, más allá de las ciudades, en el área rural, donde es fuerte la población indígena, la votación de Morales es como demasiado alta y hay suficientes razones para que así sea. Y esa votación o resultados por obvias razones llegron de últimos y cambiaron la tendencia.

Muchos políticos suelen "contar los pollos antes de nacer" y creer que en circunstancias complicadas como esas, se puede asegurar como que dos más dos son cuatro. De manera que los votos de Mesa, más los votos de los otros candidatos, sumados de manera automática y matemática, serían suficientes para derrotar a Morales. Y por esto, todos ellos, con el apoyo de la Casa Blanca y Almagro optaron por un golpe que no tiene justificación, ha engendrado un gobierno con todas las características de una dictadura y debe estar creando condiciones para optar por una salida electoral que vuelva las cosas a su origen. Y con lo sucedido, pues para prueba basta un botón, la derecha ya instruyó al pueblo boliviano todo, primordialmente a las fuerzas progresistas, lo que habría de venirles si permiten que ella vuelva al Palacio Quemado. Es sabido, como factores de la izquierda boliviana, nacionalistas, democráticos y del movimiento popular se habían distanciado del MAS y de Evo. Tanto que en buen número de ellos se abstuvieron de votar o lo hicieron por otras opciones a manera de protesta. Lo que no aseguraba que en la segunda vuelta asumiesen la misma actitud. Pero por la experiencia vivida, la feroz represión desatada por el gobierno de facto de la señora Añez y las primeras medidas económicas por esta anunciada, es difícil que en nuevo proceso electoral y con nuevo candidato, dada la acusación de continuismo y hasta discurso, aquella escurridiza fuerza electoral repita su actitud y se niegue a respaldar la opción contra la candidatura de la derecha golpista de Bolivia.

Para la derecha nacional boliviana e internacional había que desconocer aquellos resultados apelando a la inventada teoría del fraude, para lo que se contó con Almagro y sus agentes de la OEA. No importaba si los técnicos que observaron el proceso, hasta dentro de la OEA misma, aquello desmintieran, si se producía el golpe. Y lo lograron hasta desconociendo la naturaleza del Estado y la legislación, pues convirtieron a la vicepresidenta de una de las dos cámaras, la de diputados, en presidenta de la República, llevándose por delante al vicepresidente, Álvaro García Lineras, a los presidentes de ambas cámaras legislativas y el vicepresidente de una de ellas. Lo que convirtió aquello como en un golpe masivo contra el Estado de derecho y, hasta ahora, eso sigue como si tuviese valor, tanto que desde esa perspectiva nadie lo ha negado y si dado valor a lo que la señora Añez ejecuta por órdenes de quienes la manejan.

Pero las clases dominantes en Bolivia siempre han sido rapaces y no van a dejar de serlo fácilmente aunque esa conducta contraríe sus planes. Y eso, no está muy lejos de lo que en Venezuela practican los sectores opositores más alejados del movimiento popular. Pues para ellos comprometerse con éste a cambio de sus votos es un mal negocio y estrategia. Pues quedarían como sujetos a ocultar y hasta posponer sus ambiciones rapaces para no perder respaldo. Por eso, su ideal es el proceder por la fuerza y la ilegalidad.

El obligado llamado a elecciones en Bolivia, en virtud del rechazo al golpe, no sólo en el ámbito nacional boliviano donde las protestas no cesan y tampoco la represión y habiéndose generado el poder de facto graves problemas con México y España, estaría creando un cuadro electoral lleno de mayores dificultades para la derecha que para la consulta de Diciembre donde salió triunfante Evo Morales.

Ahora en Bolivia Luis Fernando Camacho y Marco Pumari, han llamado a la formación de frente único en contra del "narcogobierno" anterior y por un nuevo Estado sin racismos, sin rencores, sin odios históricos ni fantasmas inexistentes, creados en el imaginario de los ideólogos del MAS (Movimiento al Socialismo)", tales como la división oriente-occidente, campo-ciudad o izquierda-derecha."

https://elpais.com/internacional/2019/12/31/actualidad/1577812797_371360.hml

Si leemos el texto con detenimiento, resultaría curiosos constatar como los "ideólogos" del "Movimiento Cívico", le atribuyen al MAS justo lo que ellos han practicado como el desconocimiento de la plurinacionalidad de Bolivia y el derecho de la población mayoritaria, la indígena a alzar su voz y esa ridícula alegoría del "conflicto oriente occidente, campo, ciudad o izquierda-derecha", que se maneja para tratar de ocultar los males que genera el neoliberalismo en los pueblos del mundo y particularmente en América Latina. Y hay otra cosa, acusan al gobierno de Evo, como al de Maduro de "narcogobierno" mientras se muestran solidarios con el de Colombia.

Curiosamente, Camacho y Pumari, según la prensa europea, han llegado a un acuerdo después de haberse enfrentado y el primero acusar al segundo de intentar chantajearle pidiéndole a cambio de su respaldo "250.000 dólares y el control de la Aduana de Potosí, la región de la que Pumari es oriundo."

https://elpais.com/internacional/2019/12/31/actualidad/1577812797_371360.hml

Y el descaro es tan grande que el acusado feamente por Camacho admitió su "chantaje" diciendo que "quería el dinero para financiar su campaña electoral y que la nominación de un representante cívico en la dirección de la Aduana regional era una "reivindicación del pueblo de Potosí".

https://elpais.com/internacional/2019/12/31/actualidad/1577812797_371360.hml

Y no obstante, Camacho con el apoyo de Pumari, resueltas sus "diferencias", nada respetables por cierto, se preparan para contender por la presidencia de Bolivia.

Pero según las encuestas, la oposición boliviana, en su conjunto, esa que participó en el golpe, no reúne los votos necesarios para derrotar una candidatura del MAS y menos en las condiciones que irían, pues Mesa y Pumari han formado un grupo de extrema derecha que no estaría en disposición de unir sus fuerzas a las que por otro lado intenta aglutinar Mesa, quien hizo de segundo en las elecciones ganadas por Evo.

Pues no admitirán en su frente a los "políticos tradicionales que han traicionado la buena fe de los ciudadanos. Ellos no tendrán cabida".

https://elpais.com/internacional/2019/12/31/actualidad/1577812797_371360.hml

De esa manera califican a Carlos Mesa y Samuel Doria Medina, quienes a su vez, como en las pasadas elecciones, se aprestan a lanzar sus candidaturas presidenciales. Camacho quiere, "que el pueblo deje de estar relegado de las decisiones públicas y

entre también al Palacio, a ese Palacio donde depositamos la Biblia y con ella nuestra Fe en Dios".

https://www.france24.com/es/20191201-luis-fernando-camacho-ser%C3%A1-candidato-a-la-presidencia-de-bolivia

Curiosamente, pareciera que la indiada boliviana, la determinante mayoría, cuya fe no es exactamente la misma de Camacho, no formase parte del pueblo, según Camacho. Con su actitud y declaraciones, el aspirante a presidente estaría ratificando su desconimiento de la historia de ese pueblo, sus valores culturales y sus derechos.

En resumen ese el cuadro electoral que, apariencia, se vislumbra para Bolivia dada la convocatoria para las próximas elecciones.

Desde lo formal, el cuadro parece ser más o menos el mismo de cuando Evo ganó en Diciembre. Por un lado el MAS, liderado por el presidente destituido y ahora exiliado en Argentina, pero con el aprendizaje derivado del golpe, las fuerzas populares que discreparon del gobierno habiendo experimentado lo acontecido en los días recientes y el proceder dictatorial; y frente a ellos la derecha dividida, dando muestras de sus oscuras aspiraciones, como la fragmentación de Bolivia, el desconocimiento de los derechos de los indígenas, su cultura, religiosidad y toda la legalidad. Y en medio, dicho así por puro formalismo, el ejército y la policía que no ocultaron para nada su poco respeto por la constitución y todo lo que significa la bolivianidad.

Pareciera, si nos atenemos a ese panorama, que las fuerzas populares, esas que simpatizan, quieren a Evo, apuntan por el interés de la mayoría del pueblo boliviano, no deberían tener dificultades en ganar las nuevas elecciones y hasta holgadamente en esta nueva oportunidad. Pero sería recomendable, pues eso no es fatalmente cierto, que Evo en Argentina, allá reunido con los suyos, no se embriague e ignore las demás expresiones partidarias del cambio y la justicia, abra sus brazos a sus potenciales, reales aliados y estos evalúen adecuadamente el nivel y valor de las contradicciones. Y ambos no subestimen la magnitud de las fuerzas a las cuales se enfrentan y derrocaron al gobierno. Y ambos no se embriaguen dando por hecho la torpeza o cálculo de la derecha boliviana que pudiera de nuevo estar jugando a la segunda vuelta o al fraude. Y que además cuenta con respaldo demostrado de fuerza militar. Pues no cuesta creer que los golpistas de dentro y fuera, estén dispuestos a volver las cosas a un estado menos favorable para ellos que el de antes del golpe.

Aunque viéndo bien las cosas, por lo de Bolivia, Colombia, Chile y Venezuela, cómo que no le salen bien a Trump.



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Eligio Damas

Militante de la izquierda de toda la vida. Nunca ha sido candidato a nada y menos ser llevado a tribunal alguno. Libre para opinar, sin tapaojos ni ataduras. Maestro de escuela de los de abajo.

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