Venezuel, Cuba y Nicaragua en el centro de la geopolítica internacional

Ustedes se preguntarán cuál es el fin último del título de este texto. Hemos estado en reflexión sobre como el Gobierno estadounidense en la persona del Presidente Donald Trump ha venido y mantenido sobre los tres países en título la directriz de Política de Estado sobre el argumento que "…[son] una amenaza inusual y extraordinaria a la seguridad nacional…" cual aunque solo está dirigida, específicamente, contra Venezuela, las realidades de la geopolítica mundial y la profunda crisis del sistema capitalista junto con las evidentes debilidades puntuales frente a los avances en tecnologías militares de Rusia y las realidades sólidas de la economía de China, particularmente, en el comercio bilateral sino-estadounidense, ha obligado al susodicho Donald Trump a incluir tanto a Cuba como Nicaragua por las muy diversas razones de la geo-estrategia regional y mundial.

Desglosemos.

Para ello debemos tratar de sustentar nuestros argumentos en la Historia del Capitalismo, en su fase de expansión del Capital, con las consecuencias obligantes del necesario desarrollo del concepto "imperialismo" como justificación y sustentación no solo política, económico-financiera y militar como también en la obligante necesidad de estructurar un cuerpo jurídico de leyes que traspasaran las fronteras nacionales en lo jurídico-internacional con la finalidad de imponer "pesadas cargas y obligaciones" tanto en las ocupaciones coloniales y semi-coloniales como en las variables relacionadas con lo financiero-militar y las imposiciones religiosas como se demuestra, sin ambages, en la expansión de la Gran Bretaña tanto en la India, con sus propias características coloniales, como con China como expresión objetiva de ser al convertirse por políticas imperial-imperialistas en semi-colonia.

En la primera mitad del siglo XIX, la balanza comercial sino-británica era deficitaria para el Imperio británico en su proceso mundial de expansión post-Revolución Industrial. Las arcas británicas se encontraban en crisis y déficit (las reservas) a causa de los obligantes pagos por el comercio bilateral con China; es decir, Gran Bretaña importaba más productos desde China que productos británicos llegaban al mercado chino.

Para poder revertir esa realidad, en conocimiento del uso del opio por ciertos sectores sociales chinos (sociología), en control británico de la India y de sus exportaciones, tomaron la decisión de introducir "opio desde la India" hacia el mercado chino. Las consecuencias además de ser impactantes fueron extremadamente negativas para las arcas de China cuando la demanda de ese producto (dañino) fue in crescendo.

El gobierno de Peking (Beijing), bajo la gobernanza del emperador manchú, prohibió la importación de opio desde la India junto con ordenar quemar a los depósitos donde se encontraban esos bultos de opio ubicados en el sur de China. Aquella decisión la consideró el gobierno de Su Majestad Victoria como una afrenta al "libre comercio bilateral" (¿internacional?) ordenando las correspondientes acciones militares de sus tropas británicas cuales invadieron territorio meridional chino en lo que se ha denominado como la "Primera Guerra del Opio". Las asimétricas realidades militares les permitieron a los ejércitos británicos derrotar y controlar los espacios territoriales chinos en menos de tres días.

Una vez alcanzado el objetivo militar, el gobierno británico, en el marco de su expansión político-militar y territorial, le impuso al gobierno manchú-chino lo que podríamos considerar como el primer tratado desigual de carácter imperial-imperialista como sería el Tratado de Nanking (Nanjing), firmado el día 29 de agosto de 1842, (sugerimos su lectura para poder comprender la doctrina que llevaría al concepto de extraterritorialidad). Aquel Tratado de Nanking obligó al gobierno de Peking a ceder y permitir la apertura de varios puertos, fundamentalmente, en las costas orientales de la geografía china entre ellos el puerto pesquero de Shanghai que permitía, en última instancia, el control geo-militar del centro de la geografía china gracias a la navegalidad del río Yangtzé.

En aquellos temporales históricos la confrontación (expansión militar) del imperio británico se sustentaba en la doctrina política liberal tan en boga en la Gran Bretaña, doctrina que obligaba a la apertura de los mercados internacionales cuando las realidades nacionales así lo imponían. Pero aquella justificada expansión global tenía que sustentarse en un cuerpo ideológico lo cual obligaría a aquella realidad en permanente expansión a "utilizar" al Ejército y a la Religión como "puntas de lanza" en los territorios donde el imperio británico se hiciera presente, particularmente, en nuestra argumentación textual, en China, argumentos tanto en los contenidos del mencionado tratado como en los contenidos en el Tratado de Tianjin (Tientsin) consecuencia jurídico-imperialista de la "Segunda Guerra del Opio".

Regresando a nuestras realidades en sus objetividades, sí analizamos con criterio de crítica y objetividad, podríamos percibir que ante la actual realidad en crisis interna de los Estados Unidos de América conjuntamente con las obvias asimetrías político-militares frente a sus enemigos potenciales como potencias en permanente ascenso global, Rusia y China, el actual gobierno norteamericano bajo la presidencia de Donald Trump ha venido profundizando y desarrollando, a su vez, las políticas que fueran aprobadas, paulatinamente, por el afro-descendiente Barack Husseim Obama, entre ellas, se destacan dos particulares postulados: el discurso de Obama en Trinidad ("no ver [ni conocer] la Historia, [el pasado para ir hacia el futuro y la unidad continental americana]), junto con la mencionada "amenaza inusual" aprobada, dirigida y ratificada en la actualidad por Donald Trump contra Venezuela y su gobierno bolivariano-chavista bajo la Presidencia de Nicolás Maduro Moros.

Es evidente que los Estados Unidos de América necesitaban elegir, sin ambages, a un presidente que tuviera el guáramo de actuar con desparpajo, sin ética ni moral, con precisión quirúrgica sobre los objetivos geo-estratégicos a alcanzar, sustentándose en una ideología que le permitiera "apuntar" en dos diferentes direcciones: en primer lugar, a lo interno-nacional en la búsqueda de reinventar la ideología que se sustentara en aquel slogan del "american way of life" pero basando esa aspiración justificándola en "sacar del baúl" el denominado como "macartismo"; es decir, despertar el "anti-comunismo" que Trump denomina inteligentemente como "socialismo" atacando, directamente, no solo al neo-marxismo norteamericano como al partido Demócrata en función de mantener su permanencia en la Casa Blanca, no tanto en el disfrute del Poder como en profundizar las políticas actuales de militarizar a la sociedad norteamericana (mutatis mutandi: militarización de la frontera con México).

En segundo lugar, tal como lo realizara el imperio británico durante el siglo XIX en Asia-India-China, en función de consolidar su preeminencia como Poder Mundial, los Estados Unidos de América necesitan reafirmarse como Poder Global frente a las amenazas que se expresan y se están exponiendo tanto desde Rusia como por China, para ello el actual gobierno norteamericano tenía que objetivar sus propias debilidades y fortalezas frente a la nueva realidad global cual repitió y reiteró el Comandante Hugo Rafael Chávez Frías de "un mundo multipolar y pluricéntrico". La inevitabilidad de la Historia y los Imperios.

En una sola línea conducente, nacional e internacional, Donald Trump rescata del ideario ideológico de la "Guerra Fría" el "comunismo venezolano, cubano y nicaragüense" al tiempo que busca imponer las mismas razones consecuentes del "ser imperio" tal como lo hiciera Gran Bretaña como se expone en los estudios de ambas guerras del opio y las obligantes negociaciones que se produjeron con los otros poderes europeos de las testas coronadas del siglo XIX. Como referencia podemos sugerir la extraordinaria recopilación de "Tratados Desiguales" que justificaban, entre otras variables, la "Extraterritorialidad", bajo el título: "Treaties and Agreements with and Concerning China, 1894-1919", en dos volúmenes: 1894-1911 y 1912-1919".

En ese discurso dialéctico que viene desarrollando Donald Trump, en su persona, como en las voces de sus voceros, Mike Pence, Mike Pompeo y John Bolton, apoyándose en el Departamento del Tesoro, objetivizando las propias realidades nacionales, serias y profundas debilidades y objetivas del "imperio norteamericano".

Es decir, el rescate y reconocimiento público de la "Doctrina Monroe" en sus consecuencias como son "América para los americanos" y el slogan de "patio trasero", dirigida tanto a todos los países del continente americano como a la razón de ser de la propia doctrina el "no permitir" las presencias de "ex-imperios comunitarios" excepto, eso si, Gran Bretaña (leer: razón de ser del Brexit, el Caribe en e marco de la Commonwealth y la actualización de Las Malvinas y el control del sur del Atlántico). En ese orden, los Estados Unidos de América trata de alcanzar "su seguridad geo-estratégica obligante" ante las amenazas de Rusia y China.

Tenemos una importante variable como es la presencia efectiva de Rusia y China en los países latinoamericanos.

Presencia económico-financiera por parte de China e inversiones y lo militar por parte de Rusia tienen y contienen una objetiva realidad en la geopolítica mundial. Es decir, aquella realidad británica como "potencia imperial real y única" del siglo XIX, en este caso concreto actual del siglo XXI con respecto a los Estados Unidos de América, "no se está cumpliendo" con lo cual, Donald Trump, se ve en la imperativa necesidad de objetivarlas con lógicas consecuencias imperiales, en el marco sistémico capitalista, de imponer políticas nacionales con incidencias internacionales como son la construcción de "las murallas" ("the Wall". Pink Floyd), que permiten el "control-absoluto" de "su patio trasero"; es decir, en serias, transparente, objetivas y precisas palabras: Venezuela, Cuba, Nicaragua en el marco de sus propias características geo-estratégicas y geopolíticas individuales y geográficas. Cabe preguntarse sí Rusia y China negociaran con la Casa Blanca las seguridades de sus inversiones en América Latina afectando la tan aspirada presencia en Centroamérica y el Caribe.

A titulo de ejemplo, Managua es el centro geo-estratégico de Centroamérica. Cuba es el centro geo-estratégico además de ser una nación con un gobierno respetado en todo el Caribe. Por último, Venezuela es la "puerta de entrada y salida" de todo el continente suramericano, eso entre otras perlas y los tres países tienen excelentes relaciones tanto con Rusia como con China con lo adicional de que ambas tres naciones tienen una Historia propia al tiempo que común entre si que consolida los conscientes colectivos de sus sociedades. Ahora, de ustedes queda seguir desarrollando el discurso.

UNIDAD, LUCHA, BATALLA, VICTORIA.



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Miguel Ángel Del Pozo


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