Generalmente el pueblo de Venezuela se abstiene de votar masivamente en las elecciones de concejales. Éste, regularmente, presta mayor atención y participación cuando se trata de elecciones de mayor porte como las presidenciales, de gobernaciones y alcaldías. Tal vez sea por desconocimiento popular en relación a lo estratégico a la hora de asistir a este tipo de elecciones, o tal vez sea por su discusión actual frente a ciertas instancias de gobierno burguesas.
Los Concejos Municipales, son la instancia de representación "más cercana" al pueblo, que puede permitir dentro del esquema de la democracia burguesa y aún colonial, la contraloría de la ciudadanía (que no es mucha tampoco y que a menudo es impedida por la misma estructura del Concejo), la creación de ordenanzas para el regimiento del municipio, aprobación de presupuestos municipales, entre otros.
En estas elecciones del domingo 09 de diciembre, el pueblo fue convocado por el Consejo Nacional Electoral para que decidiéramos quiénes serían los ciudadanos y ciudadanas que ocuparían esos curules. Como de costumbre la oposición, la derecha, llamó a desconocer los resultados y a la abstención de los mismos, siempre de forma irracional obedeciendo su objetivo central, salir del réeeegimen dictatorial castro-chavista.
La democracia burguesa (dictadura de la clase rica) ya no aguanta más.
En Venezuela, esta última votación, con una abstención de más del 72% debe darnos una lección y una lectura distinta para la reconducción de la lucha en nuestro país. Las viejas estructuras de gobierno del aparato burgués ya no son la solución para el pueblo, e idealmente podríamos aprovechar esa expresión de importante abstención para impulsar con mayor fuerza los revolucionarios y verdaderos espacios estructurales, legítimos y legales, como las Comunas, los Consejos Comunales, los Consejos de Trabajadores, los Consejos de Estudiantes, las Ciudades Comunales, por ejemplo.
Éstas son las formas de organización de nuestro naciente nuevo Estado Comunal, que aún muchas de ellas se encuentran en estado de gestación, y que esperamos constituir en paz, como hasta ahora se está siendo. El pueblo de Venezuela se está constituyendo en nuevas formas de organización constituyente, en disputa permanentemente contra la burocracia y la burguesía misma. Pero que no se olvide ésta última, nuestra enemiga histórica, que este pueblo lo hace en un proceso en paz, inclusive bajo las reglas de su propio juego, las de la vetusta democracia burguesa, pero que la misma debe saber que nuestro pueblo responderá en el momento preciso y la dimensión adecuada ante los crueles ataques que hemos recibido. Esperamos continuar constituyendo en paz nuestro nuevo Estado.
Al menos nuestra Comuna, permite mayor participación y mayor horizontalidad en el juego democrático. Nuestro pueblo organizado lo sabe y al parecer también comienza a saborear el poder que significa esa organización. El Poder Político, hecho ahora Poder Popular. Éstas transformadoras y poderosas estructuras resuelven más eficientemente asuntos de la vida cotidiana, de inclusión y justicia social que la antiquísima municipalidad no hace, por lo que ya debería quedar para los libros de historia de Venezuela ese tipo de organización político-territorial.
Esas bases organizadas serán las más grandes columnas de nuestro poderoso Estado Comunal que por ende será anticapitalista y antiimperialista, además del deber histórico de ser antirracista y antipatriarcal. La Asamblea Nacional Constituyente no puede perder de vista esa línea, ese horizonte estratégico. Ella debe apuntar en la propuesta de nuestro nuevo pacto social, el establecimiento de nuestra nueva Democracia Participativa y Protagónica que incluya todas éstas nuevas formas de organización de nuestro pueblo.
Para nuestro pueblo, ya es insuficiente la forma de Democracia Representativa. Ahora construiremos la comuna y ésta debe ser sin tutelaje de ningún tipo.
¡Viva la comuna, carajo!
¡Viva Chávez!
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