Acerca del nacionalismo

Introducción

La palabra nacionalismo además de tener distintas acepciones, siempre ha generado diferentes sensaciones o sentimientos dependiendo de qué tipo de nacionalismo se trate y/o cuál haya sido su impronta histórica. Etimológicamente, nos remite a una especie de sentido de pertenencia de una comunidad a su patria, a sus tradiciones y costumbres, afirmando de ese modo su unidad y, a la vez, independencia respecto a otras comunidades.

Dicho movimiento político y social es un fenómeno de tipo contemporáneo, nacido al calor de las tres grandes revoluciones mundiales: la Revolución industrial, la Revolución francesa y la Revolución burguesa. Su ideología se basó desde un primer momento en el desarrollo y mantenimiento en el tiempo de una verdadera identidad nacional apoyada en valores propios de una comunidad, como lo son la religión, la cultura, la lengua, la etnia, la raza, la música, la danza y los símbolos patrios.

Falta agregar, desde luego, los objetivos políticos de dicho fenómeno, que pueden ser el simple mantenimiento de las tradiciones y costumbres, la soberanía y el autogobierno de una comunidad jurídicamente organizada, el separatismo - ya sea político-administrativo o religioso- de un grupo social respecto al Estado que los regula, o bien objetivos netamente imperialistas y expansionistas.

Las distintas variantes mundiales

Los nacionalismos han sido divididos, a veces caprichosamente, en muchísimos tipos, algunos de ellos casi contradictorios y en muchas ocasiones hasta inverosímiles. Debido a la época en el que surgieron, se dividen en primera, segunda y tercera generación. Algunas de las consecuencias visibles de cada uno de ellos fueron las siguientes: el nacionalismo de primera generación originó la independencia de Suiza, Bélgica y Grecia, el de segunda generación provocó la creación de Pakistán y Bangladesh, y el de tercera generación es el de comunidades que aún hoy reivindican su independencia, como por ejemplo Cataluña, Flandes, Occitania y Gales, entre otras.

Otra categorización, controvertida si la hay, es la de nacionalismo revolucionario y nacionalismo reaccionario. Algunos autores señalan al segundo, como un nacionalismo que se opone, a veces violentamente, al orden liberal, republicano y constitucionalista. Pero otros autores opinan el exacto opuesto. O sea que un régimen político como el fascismo italiano, es visto de una manera ambivalente, según quién lo investigue. No obstante, desde un punto de vista historiográfico ortodoxo se puede poner como ejemplo de nacionalismo reaccionario al de François Duvalier en Haití, entre otros; y como nacionalismo revolucionario al de Ahmed Ben Bella en Argelia, entre muchos casos más.

Continuando con las diferentes variantes de esta categoría ideológica, encontramos otra división, si no dudosa, como mínimo muy curiosa: nacionalismo occidental y nacionalismo oriental. Analizando fríamente ambos bloques mundiales, se puede inferir con relativa facilidad que el nacionalismo filipino se parece bastante cubano. El nacionalismo japonés de la era Meiji tiene semejanzas con el de la Rusia zarista, así como el hindú es claramente análogo al nacionalismo Irlandés. Esta extraña categorización de nacionalismos, fue utilizada a principios del siglo XX por dirigentes políticos asiáticos; pero el devenir histórico de la humanidad demostró que dicha afirmación no resistió el más mínimo análisis, quedando relegada en la historiografía oficial.

Hay otras cuatro formas de nacionalismos donde según algunas líneas de pensamiento, unas estarían incluidas en las otras, o al menos serían una subdivisión. Por caso, el nacionalismo romántico u orgánico sería una división del étnico, y el cultural formaría parte del nacionalismo cívico o liberal. Sin embargo, un caso que hace repensar lo expuesto, es el paradigmático nacionalismo romántico de Noruega durante el siglo XIX. El mismo, fue un gran movimiento cultural referido a las artes visuales, la literatura, la música, las costumbres y las tradiciones. O sea que dicho nacionalismo fue romántico y cultural por un lado, pues tendió a conservar las raíces y el patrimonio histórico de los noruegos, y por otro lado, esa conexión cultural entre los miembros de la nación y sus antepasados, nos habla de un nacionalismo étnico a la vez que liberal, ya que defiende a ultranza el valor de la identidad.

Un antagonismo muy particular se da entre el nacionalismo oligárquico (clasificación inventada por el político y escritor argentino Jorge Spilimbergo), y el nacionalismo popular. El primero encuentra entre sus fieles representantes latinoamericanos a los rancios nobles Porfirio Díaz en México, Justo Rufino Barrios en Guatemala y José Batlle y Ordóñez en Uruguay; a Nicolae Ceausescu en Rumania y a Chiang Kai-shek en China. El segundo, de corte netamente izquierdista, se vio reflejado en el maoísmo chino, el nasserismo egipcio y el baazismo árabe, entre muchos otros. Entre estas dos categorías si bien hay algunas similitudes a nivel de desarrollo nacional en muchos aspectos, difieren sustancialmente en el progreso económico de las clases sociales, por razones obvias, y en las políticas exteriores que llevaron a cabo.

Otra interesante -y no menos controvertida- caracterización del nacionalismo, fue el étnico-revolucionario, también llamado vanaglorioso-chauvinista o carismático. Muy emparentado con la famosa tercera posición, se autodeclaró en sus comienzos como anticomunista, anticapitalista y antimasónico. Ejemplos claros de esta ideología fueron el fascismo italiano, el strasserismo alemán y el falangismo español. En estos países el orgullo de los ciudadanos por su pertenencia a su nación, fue siempre exacerbado y dio lugar a ciertas discriminaciones. Dichos Estados totalitarios eran claramente anti-plurinacionales, por lo que se infiere que la etnia y/o raza de sus ciudadanos , era una cuestión fundamental y crucial. No obstante, es necesario afirmar que durante estos gobiernos se terminaron las mafias de todo tipo, en el sistema bancario nacional un hubo especulación financiera y la mayor fuerza del sistema se basaba en la educación y la sanidad públicas, y una economía sustentada por el trabajo y la producción.

Un tipo de nacionalismo muy difundido en el mundo, es el llamado religioso, sin ser exclusivista de ninguna religión en particular. Es una ideología en la cual el Estado toma como elemento principal de cohesión nacional a la religión. Algunos de los ejemplos más notables fueron: el franquismo en España (mitad nacional-catolicismo y mitad nacional-sindicalismo), el nacionalismo pakistaní de base islámica y el nacionalismo irlandés (comúnmente asociado al catolicismo, aunque varios de sus líderes fueron protestantes). Otro caso muy particular es el sionismo religioso israelí, representado políticamente por el partido Mafdal. En rigor, es una facción ortodoxa dentro del nacional-judaísmo, la cual combina el establecimiento de un estado judío en la Tierra de Israel siguiendo un estilo de vida ortodoxamente religioso. A comienzos del siglo XX habían surgido dos movimientos políticos europeos dignos de mención: en 1920 el nacionalismo francés representado por la Federación Nacional Católica de Edouard de Castelnau, y en 1930 el nacionalismo croata encarnado en la Ustacha, una organización político-militar un tanto violenta.

Breve reseña de algunos nacionalistas de corte socialista

Thomás Sankara (1949-1987), alias "el Che Guevara africano", fue un militar antiimperialista burkinés que tomó el poder en 1983 luego de un golpe de Estado. Su plataforma política se basó en seis ejes fundamentales: reducción de la deuda externa, estatización de las riquezas minerales, reforma agraria, alfabetización nacional, suspensión de impuestos rurales y construcción de infraestructura de transportes. En 1987 fue derrocado por un golpe de Estado apoyado por Francia, y posteriormente asesinado junto a otros doce oficiales del ejército.

Omar Torrijos (1929-1981), fue un teniente coronel del ejército panameño que asumió el poder en 1968 luego de un golpe de Estado. Sus acciones políticas fueron la creación de nuevas escuelas, mejoramiento de la sanidad pública, reforma agraria, un gran impulso a las obras públicas, mejoramiento de las condiciones de vida de los aborígenes, ingreso a su país al Movimiento de Países no Alineados, y la negociación por la soberanía del Canal de Panamá, devenida en el famoso tratado Torrijos-Carter. En 1981 la avioneta presidencial que lo conducía rumbo al pueblo de Coclesito, supuestamente se estrelló contra el cerro Marta, incendiándose por completo. No obstante, testigos oculares afirmaron haber visto estallar la nave en pleno vuelo, lo que alimentó fuertemente la idea de un sabotaje supuestamente orquestado por la CIA.

Gamal Abdel Nasser (1918-1970), fue un militar y político egipcio, presidente de su país desde 1954 a 1970. Dirigió personalmente las negociaciones con el Reino Unido para la retirada de sus tropas del Canal de Suez y la posterior nacionalización del mismo, construyó la megarepresa de Asuán con el fin de producir la electricidad necesaria para la modernización de la economía y terminar con las inundaciones que ocurrían en el territorio del bajo Nilo, creó las industrias siderúrgicas de Helwan, nacionalizó los bancos, las compañías de seguros, los astilleros y varias industrias de capitales británicos y franceses, llevó a cabo dos reformas agrarias y abogó por el laicismo del Estado.

Jacobo Arbenz (1913-1971), fue un militar y político guatemalteco, siendo presidente en 1951. Su gobierno tomó las siguientes medidas: promulgó la reforma agraria (basado curiosamente en los postulados de Abraham Lincoln), lo cual afectó enormemente los intereses de la empresa bananera estadounidense United Fruit Company, construyó la carreta interoceánica CA9, inició la construcción de nuevos puertos, se incrementó notablemente la alfabetización y mejoró ostensiblemente la educación rural, primaria y secundaria. En 1954 la CIA llevó a cabo la Operación Washtub que culminó con el derrocamiento de Arbenz y su posterior exilio. Murió en 1971 en México a raíz de un extraño accidente doméstico.

Mohammad Mosaddeq (1882-1967), fue un político iraní que llegó a ser primer ministro de su país en 1951. Su principal movida política-económica fue la nacionalización de la empresa británica de petróleo Anglo-Iranian Oil Company. También cerró todas las instituciones bancarias inglesas, saldó la deuda externa del país, y nacionalizó la empresa telefónica y la industria pesquera, ambas en manos rusas. En 1953 la CIA y el MI6 orquestaron su derrocamiento y posterior juicio, siendo condenado inicialmente a tres años de prisión. Finalmente permaneció en arresto domiciliario el resto de su vida.

Jaime Roldós (1940-1981), fue un abogado y político ecuatoriano, presidente de su país en 1979. Durante su mandato duplicó el salario mínimo vital de los trabajadores, redujo la jornada de trabajo semanal a 40 horas, promovió el Plan Nacional de Alfabetización y el Plan Nacional de Desarrollo, creó el Banco Ecuatoriano de Desarrollo, triplicó la cantidad de líneas telefónicas, construyó nuevas escuelas y llevó a cabo una gestión nacionalista de la política petrolera. En 1981 el avión presidencial que lo trasladaba a él y a su esposa, entre otros pasajeros, se estrelló contra una gran roca en la punta del cerro Huayrapungo, en cercanías del pueblo fronterizo de Macará. Las causas del siniestro nunca fueron debidamente aclaradas, por lo que muchos sospechan que fue un sabotaje orquestado por la CIA.

Lázaro Cárdenas (1891-1970), fue un político militar mexicano, presidente de su país en 1934. Durante su gobierno fomentó la educación a todos los niveles estableciendo una enseñanza pública, laica, gratuita y obligatoria, estimuló la formación de organizaciones sindicales, impulsó la reforma agraria y combatió el latifundismo, nacionalizó los ferrocarriles y la industria petrolera (hasta ese momento en manos británicas y estadounidenses), promulgó leyes para proteger a la población aborigen, y defendió a ultranza los recursos naturales del país y construyó nuevas carreteras.

João Goulart (1918-1976), fue un abogado y político brasileño, presidente de su país en 1961. Las reformas políticas y sociales que llevó a cabo fueron: reforma agraria, exigencia a las empresas multinacionales de reinvertir en el país, aumento del impuesto a la renta, construcción de escuelas y hospitales, creación del sueldo anual complementario para los trabajadores, y fomento de campañas de alfabetización. Si bien la explicación oficial de su muerte fue un simple ataque cardíaco, sus familiares y allegados siempre sospecharon de que fue asesinado por envenenamiento a manos de agentes de la Operación Cóndor.

Conclusiones provisorias

De todo lo expuesto se deduce que el viejo y conocido esquema izquierda-derecha para analizar los fenómenos todos los sistemas políticos, en especial el nacionalismo, es como mínimo insuficiente y por qué no suspicaz. En el medio de esos dos extremos existe una vasta gama de matices, generalmente obviada por los análisis historiográficos. Es hora entonces de evaluar el fenómeno nacionalista en el mundo contemporáneo y actual de una manera seria y objetiva, ya sea en lo cualitativo como en lo cuantitativo, alejándose de arquetipos anacrónicos o simplificaciones rayanas en el absurdo.

Finalmente, cabe destacar que en todos los países con regímenes socialistas de corte nacionalista se llevaron a cabo básicamente las mismas medidas gubernamentales: reforma agraria, nacionalización de la banca y los recursos estratégicos, desarrollo de proyectos educativos y sanitarios, construcción de autovías, ferrovías y puertos, etc. Y curiosamente la mayoría de los presidentes terminaron exiliados o asesinados.

Bibliografía

Anderson, Benedict. (2016). Nacionalismo occidental y nacionalismo oriental. ¿Hay alguna diferencia relevante entre ambos?Debats. Revista de cultura, poder y sociedad, 130 (1). Pág. 65-72. Valencia.

Cuevas Molina, Rafael. Nacionalismo, nación y continentalismo en América Latina, Agosto de 2005 Cuaderno de Trabajo Nº 23, Instituto de Investigaciones Histórico-Sociales, Universidad Veracruzana, disponible en http://www.uv.mx/iihs/files/2012/11/Cuaderno23.pdf

Kohn, Hans. (1968). El nacionalismo africano en el siglo XX. Editorial Paidós, Buenos Aires.

Spilimbergo, Enea. (1956). Nacionalismo oligárquico y nacionalismo revolucionario. Editorial Amerindia, Corrientes.

Whitaker, Arthur. El nacionalismo en Latinoamérica, (s/f). Revista de la UNAM. disponible en http://www.revistadelauniversidad.unam.mx/ojs_rum/files/journals/1/articles/8149/public/8149-13547-1-PB.pdf

https://biografiasyvidas.com

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