El cementerio de las ideas

Soy asiduo lector de los escritos en Aporrea. Puedo afirmar que ellos contribuyen en gran medida a la formación de mi criterio y opiniones acerca de la realidad política y social de Venezuela. Es más, he llegado a pensar que quien no lea los escritos de Aporrea esta en total desconocimiento de lo que verdaderamente ocurre en el país. Por ello, hasta yo mismo me he entusiasmado dos o tres veces a escribir algo con la lejana esperanza de contribuir aunque sea con ideas, al encuentro de un camino, una puerta abierta, una señal del cielo, que nos conduzca a salir de esta terrible situación en la que nos encontramos antes de que sea demasiado tarde.

Pero la realidad de lo que ocurre me indica que esto no es cierto, que a pesar de lo que me suponía, los escritos de tantas esclarecidas personalidades políticas, intelectuales profesionales en las más variadas disciplinas, trabajadores, hombres y mujeres preocupados todos desde sus posiciones ideológicas particulares por el bienestar del país y en, así lo imagino, la creencia de que sus escritos tendrían alguna vez el efecto activador de mecanismos capaces de despertar la creatividad y responsabilidad necesaria para que el principal y definitivo destinatario de dichos mensajes, el gobierno y su maquinaria política, el PSUV, actuaran de forma tal que fuese posible corregir el rumbo del Estado, los escritos de tan esclarecidas personalidades, repito, se han quedado en el cementerio de las ideas perdidas.

Y esto lo afirmo porque nunca nada de lo aconsejado, propuesto, señalado, por alguna personalidad de las tantas que colaboran en Aporrea, y estoy seguro que la mayoría es participe del proyecto original del comandante Chávez, ha sido tomado en cuenta, ni siquiera para contradecirlo o por lo menos comentarlo, mucho menos para ejecutarlo. No he leído u oído a ningún funcionario del gobierno o directivo del PSUV diciendo, por ejemplo, que se tomarán en cuenta en la próxima reunión de gabinete las propuestas de política y economía señaladas en tal fecha por el ciudadano Luis Britto García. Y mire que este señor, conocidísimo y respetado intelectual venezolano, las hace con harta frecuencia.

Hace pocos meses falleció el Ing. Jairo Larotta. No lo conocí personalmente pero la noticia de su fallecimiento me impacto fuertemente. Fui seguidor asiduo de sus propuestas acerca de la implementación del Bolívar Oro como Divisa. Lamenté su muerte y leí la noticia con incredulidad. Me dije que no podía ser que ocurriera eso unos pocos días antes de las elecciones del 20 de Mayo. Toda la teoría desarrollada por Larotta, que me parecía la verdadera solución al problema monetario venezolano y al fin de la dependencia del dólar, irían también irremediablemente al cementerio de las ideas perdidas. Sentí frustración y desesperanza. La misma frustración y desesperanza que muestra en su último escrito en Aporrea el columnista Teófilo Santaella, titulado Mi último Tiro a esta Revolución Chucuta, a quien deseo pronta mejoría. Nunca vi un comentario especializado refutando al Ing. Larotta. Ni de parte del gobierno ni de la oposición. Tampoco de ningún economista venezolano representante de algún gremio. Propongo al gabinete económico del presidente Maduro analizar en profundidad la propuesta del bolívar-oro del Ing.Larotta. En su momento, dos años atrás, él señalaba que de implementarse, en seis meses tendríamos solucionado el problema cambiario y recuperadas las reservas del BCV. En Aporrea están todas sus propuestas. ¿Se quedarán en el cementerio de las ideas perdidas?

abog.paez.rosales@gmail.com



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