¡Seamos el corazón de una nueva historia en Venezuela que otros sean las costras!

Cuando te mire flaco como lo estoy yo, creeré en ti; cuando me acompañes en la cola a comprar lo indispensable para mis hijos creeré en ti; cuando carezcas de todo como el pueblo carece, creeré en ti; cuando estés en la calle y ayudes a resolver los problemas de todos creeré en ti; mientras tanto ya no creo, aunque nunca creí, ya no confío aunque nunca confié, pero que más, te respete como Jefe de Estado aunque te olvidaste del pueblo, ese que te eligió por un pedido que se te hizo desde una enfermedad terminal que le agobiaba…

Ellos te eligieron, ellos los más pobres; la mayoría hoy día más crecida, ellos los que cuidan, los que les regalan, ellos los que no piensan en el futuro si no en el ahora, los que se conforman con migajas. Ellos los que se sienten con poder; poder que nunca antes les dieron y creen tener, ellos los que componen esos grupos con distintos nombres abreviados pero con un solo fin: seguir recibiendo los vestigios de nada. ¿Y cuando ya se agote, qué harán? No es menospreciarlos, ellos no son culpables, pero tú sí.

¿Y entonces no hacemos nada? ¿Dejamos que ellos decidan porque queremos las cosas fáciles, no la lucha, sino un resultado sin ella?

Dejamos que otros hagan y aunque tenemos la oportunidad no salimos, preferimos decir "para qué si igual ganaran ellos". Esa voz se multiplica y la componen el 60% de los votantes del país. Cuando ya es tarde, mejor no digas nada; tienes gran culpa de lo sucede.

Soy una voz de miles que quieren decir algo. ¿Pero qué decir? Acaso ya no todo se dijo; ahora lo que queda es entender. Entender la realidad de por qué llegamos hasta aquí, la verdad que no se dice o que prefieres no entender, porque te incomoda o simplemente porque ataca a quien defiendes.

En retrospectiva. Expropiaciones que lejos de beneficiar aunque siempre se supo que sería así, perjudicaron. Entregar indiscriminadamente, sin ningún tipo de control, cantidades de dinero a "cooperativas" que se sabía no daría resultados porque no existió una preparación previa. Se entregó un dinero que nunca retornó a las arcas del estado y que, según se presume, debe retornar para nuevos beneficios, cosa que hoy día es algo más que imposible. Apartar la corrupción como si no existiera, premiar a quienes la cometen dejándolos salir del país o rotándolos de cargos y cambiándolos de puestos. ¿Las empresas del estado qué hacen? Sólo justificaciones de por qué no se produce; tenemos todo para producir y no depender de importaciones para el país. ¿Y entonces dónde radica la ineficiencia?

Disculpar a las grandes empresas privadas es otro error garrafal, no porque fueron atacadas por quien gobierna significa que tienen la razón, justificarlas porque no hayan recibido divisas hoy es inaceptable. Están atacando directamente al pueblo y no deberían. ¿Por qué? Durante décadas han recibido divisas preferenciales de allí que ahora son empresas transnacionales, poseen múltiples franquicias en diversos países alrededor del mundo. ¿Creen entonces ustedes que luego de enriquecerse de forma gigantesca con los dólares del estado, no pueden producir ya con su propio peculio, sin estrangular al pueblo? Creer ellos, en su delirio, que con atacar a la población, harán caer la cúpula presidencial actual, es un espejismo; ellos como otros siguen cometiendo error tras error, imperdonables por cierto.

Oír discursos de dos direcciones, con los mismos actores en distintas posiciones, no económicas por cierto si no de actuación, con la misma ideología con dos colores distintos. Mi país está agonizando por malas decisiones y aun así no lo reconocen, prefieren seguir sacrificándonos que aceptar que todo está mal y no de hoy de hace muchos años atrás. Traidores todos los que con su prepotencia se creen mejores, quizás falta mucho, tal vez falte poco, pero llegar el día que como lo dijo Alí Primera en su canción de protesta, "Dios se lo cobre", ya saldremos de entre los escombros y nos levantaremos con una bandera distinta, la bandera de la razón.

¡No desmayemos! Haciendo lo poco o lo mucho, haciendo algo, llevando nuestras verdades y sembrando conciencia, lo poco que hagas será mucho. ¡No callemos! Seamos el corazón de una nueva historia en Venezuela y dejemos que quienes quieran, sigan siendo la costra de esa historia, en algún momento sanará la herida y la costra desaparecerá.



Esta nota ha sido leída aproximadamente 568 veces.



Noticias Recientes:

Comparte en las redes sociales


Síguenos en Facebook y Twitter