Soy revolucionario, no comulgo con la muerte

Siempre hemos manifestado nuestro criterio, hemos tratado de ajustar en una dimensión equilibrada esa expresión que consideramos libertaria, en un proceso revolucionario, que recoge al sujeto en su realidad, realidad que determina un compromiso y asigna un rol en el que cada quien se desenvuelve, en ese sentido hemos puesto nuestra voluntad, nuestra capacidad y nuestra condición de pueblo, para construir instancias de participación, de formación social y actuación política, y nos sentimos obligados a emitir opinión, a criticar si es necesario, a contribuir desde nuestra perspectiva, en la materialización de la sociedad justa y amante de la paz que nos plantea la magna constitución de la República Bolivariana de Venezuela, consultada al pueblo en su oportunidad y aprobada en referéndum.

Ser sinceros en este momento, resulta inconveniente y hasta peligroso, porque pudiéramos herir susceptibilidades y provocar reacciones de quienes tienen la potestad y la discreción, de aplicar, de cambiar, de desconocer, incluso de derogar leyes y suspender derechos, para eso han venido levantando una especie de muro, infranqueable para quienes no se cuadran o no aplauden las barbaridades cometidas, las decisiones tomadas parecen responder a las exigencias de un público preparado para exigir sangre, para exigir acciones de fuerza, para rendir pleitesías y esperar el beneplácito de un abono en la cuenta.

Los hechos ocurridos recientemente, han sido lo suficientemente difundidos, suficientemente analizados, suficientemente distorsionados, suficientemente manipulados por una serie de intereses en juego, no vamos a entrar en el campo conveniente de la parcialidad, queremos mantener en el ámbito permitido nuestra opinión y, por tanto, seremos respetuosos en la medida de nuestros valores.

Las disimiles reacciones, muestran a un país en caos, en fuerte conflicto con la escala de valores que sustentan la vida en sociedad, hemos podido ver, leer, oír, opiniones que rayan en la necrofilia, en la indiferencia y hasta en el heroísmo, lo cierto es que hasta ahora solo estamos acudiendo al tratamiento de las consecuencias de un fenómeno (que lo caractericen los sociólogos, psicólogos, psiquiatras y otros titulados), que viene manifestándose con fuerza en los últimos días y tiene estadísticas muy bien conocidas, que resultan una vergüenza para quienes tienen la responsabilidad de gerenciar planes, políticas y recursos conducentes a corregir las causas, también muy estudiadas.

Los ataques que sufre la economía venezolana, son una realidad inocultable y debemos todos contribuir para paliar la situación derivada de tal hecho, es así como nos convertimos en participantes activos y voluntarios, asumimos rol de sujetos y aportamos en la construcción de la nueva sociedad, una perspectiva política que la enmarcamos en el diagnostico permanente de nuestros problemas y la identificación de capacidades y fortalezas, pero no vamos a aceptar de ninguna manera, que se convierta en la excusa perfecta para el atropello y la negación de derechos, para la perpetuación de lo informal como vía de solución, en ese sentido nos declaramos defensores del derecho a la vida.

Se ha venido instalando en la psiquis colectiva, la lógica de la trampa, de lo ilegal, de la ganancia, de la lucha a muerte por el lucro, por preservar privilegios, adquiridos muchas veces al margen de lo permitido, también esa lógica se ha instalado en el cuerpo del estado y quienes lo dirigen, veíamos hace poco un grupo de guardias nacionales asaltando un camión que traía cajas CLAP, vimos como los beneficiarios de dólares preferenciales, traían contenedores con chatarra, vimos como atrapaban en estados unidos a un "camarada" que se llevó unos milloncitos de billetes verdes que pertenecían al seguro de los trabajadores de PDVSA. Vimos artistas y actores chupando de contratos que, según lo dicho por nuestro fiscal general, formaron parte de una trama de corrupción que desfalco a la nación. Vimos a un compa ligado al narcotráfico con credenciales militares y judiciales, somos testigos petrificados del desaguadero en que se convirtió CADIVI, confió en que los lectores puedan agregar muchísimas cosas, que contribuyan a cuantificar el daño administrativo causado y lo inocuo de la ley cuando se tiene padrinos.

Las sanciones impuestas por los gringos y sus lameculos de la Unión Europea, parecen contribuir a justificar la actuación al margen de los sancionados, NO ESTAMOS DE ACUERDO, con la injerencia en nuestros asuntos, de países que han participado de genocidios y acciones de exterminio para construir su hegemonía, tampoco estamos de acuerdo con que los organismos de investigación y justicia, se hagan de oídos sordos frente a las denuncias, frente a hechos que a todas luces representa un daño al patrimonio público y lesionan nuestra base democrática del estado social de derecho de justicia.

Quienes han sufrido atropello, tortura, abuso, desconocimiento de sus derechos por parte de los cuerpos de seguridad del estado, saben a qué nos referimos cuando condenamos la muerte como salida, los hechos ocurridos en el pasado, y los que ocurren en la actualidad, son el remanente de un sistema que se perpetua en un esquema cultural de sometimientos y clases superiores, de vinculación a una lógica del poder, en la que la autoridad se asocia a una chapa policial, a un carnet, o a un apellido, incluso unas siglas en una franela se convierten en elemento disuasivo, cuando la estrategia es la del miedo, cuando la impunidad tiende a normalizar los hechos delictivos, cuando la participación protagónica se desdibuja en una caricatura, en la que el pueblo solo tiene el papel de aplaudir en actos oficiales, y gritar con dientes apretados "así es que se gobierna".

Para los que tienen sensibilidad conveniente, a esos, que cada vez que encuentran a un sujeto crítico, se cuadran con su mejor argumento y vociferan "con mi jefe no te metas" les ofrecemos nuestras más sinceras disculpas y les recordamos que no somos invitados en este proceso histórico, somos conscientes de lo que ocurre y desde nuestra realidad, intentamos seguir construyendo esa alternativa necesaria, que rompa de una vez y para siempre, con los códigos impuestos por las clases dominantes y quienes van en ascenso.

A los medios y quienes los dirigen, es bueno recordar la importancia de la opinión pública para que la sociedad alcance el objetivo de crear condiciones para una sociedad de iguales, sin practicas patriarcales o mesiánicas, participativa y protagónica, en la que los valores conformen un sistema con nuevos contenidos en los que el sujeto impulse la revolución de la conciencia y evite por todos los medios, ser cooptado por la propaganda y el chantaje. Para ello debemos combatir la penetración cultural, humanizar la economía, respetar los derechos humanos y establecer límites éticos en el ejercicio del poder.

El llamado a romper con la informalidad en el acto de gobernar, eliminar la improvisación como estrategia y poner freno al Goebbels instalado en el sistema de medios, es una tarea que debe estimular la organización, la movilización y el rescate de nuestras instancias de participación, el rearme político de nuestro criterio, debe desempolvar las razones para una revolución democrática, pacífica y libertaria. La renovación de nuestros partidos políticos como instrumentos de formación y defensa, el rescate de nuestra soberanía, a partir del pleno control de nuestro territorio y sus recursos, la consulta permanente a nuestro pueblo de los asuntos que puedan comprometer el futuro de las próximas generaciones, también son tareas urgentes para preservar el poder político

"RECORDEMOS QUE EL EJERCICIO DEL PODER SUPONE ENTRE OTRAS COSAS, LA CAPACIDAD DE IMPONER NORMAS DE CONDUCTA QUE LE CONVIENEN A LOS PODEROSOS, TAL COMO SIGUE OCURRIENDO EN LA VENEZUELA DEL PRESENTE, SI CONSIDERAMOS PRECISAMENTE LA CAPACIDAD QUE TIENE LA BURGUESIA CONTRAREVOLUCIONARIA, UTILIZANDO SUS MEDIOS DE COMUNICACIÓN, DE IMPONERNOS A LOS DEMAS UNA REALIDAD FALSEADA, INCLUSO UNA "REALIDAD" INEXISTENTE COMO SUCEDE ACTUALMENTE, CON LA GUERRA ECONOMICA Y EL GOLPE MEDIATICO" (IRAIDA VARGAS, MARIO SANOJA. "LA LARGA MARCHA HACIA LA SOCIEDAD COMUNAL" Pp 185)

 

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Henry Franco

Comunicador popular. Miembro del Colectivo Radiofónico de Petare y de la emisora Al son del 23 en Caracas

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